En los chats de profesores no se habla de otra cosa. Las fotos de termómetros marcando diez, cinco o cero grados dentro del aula se han convertido en el nuevo meme de los grupos de WhatsApp. La ola de frío del temporal Filomena ha desnudado la falta de previsión del Govern y ha encendido las alarmas entre los docentes. "Quizá no moriremos del Covid-19, pero a este paso cogeremos una pulmonía", sentencia Ferran Barri, portavoz de CSIF.
La recomendación de abrir las ventanas en los centros educativos para dispersar el virus ha coincidido con la peor ventisca en medio siglo, que ha obligado a cerrar 18 colegios y a confinar a 789 alumnos. Pero los profesionales también critican la escasez de recursos humanos y materiales cuatro meses después del inicio del curso. Manuel Pulido, representante del sector educativo en CCOO, tira de las orejas a la Generalitat: "Estamos igual que antes de fiestas. Desde octubre reclamamos medidas para garantizar la seguridad en las aulas cuando llegase el invierno. Ahora es cuando el Govern empieza a despertar".
Una opositora carga contra Bargalló tras quedar atrapada en la carretera por el temporal / JESSICA TOMÀS
Clases sin quitarse el abrigo
La Consejería de Enseñanza aguardó hasta el lunes 11 de enero, el mismo día en que se reanudaron las clases, para publicar sus orientaciones sobre ventilación en escuelas e institutos. La guía, que según los sindicatos llega demasiado tarde, ha quedado en papel mojado tras el paso del temporal. "En el protocolo se insta a abrir las ventanas de forma continuada un mínimo de 10 o 15 minutos cada hora", explica Lorena Martínez (UGT). En las guarderías, se recomienda airear los interiores cada media hora y se pide que los comedores y los baños estén permanentemente ventilados por ser zonas muy frecuentadas.
La sindicalista duda de que los responsables del Departamento dirigido por Josep Bargalló conozcan las condiciones atmosféricas de muchos rincones de Cataluña. "Los profesores y los alumnos están pasando mucho frío. Vamos al cole con chaquetas, gorros, guantes...", declara. "El primer día fue criminal. Y eso que la Generalitat no sigue las indicaciones del CSIC, que hablan de ventilar las aulas cada 15 minutos", añade Iolanda Segura, portavoz de USTEC. "A estas alturas todavía no se ha negociado el teletrabajo ni se han repartido los ordenadores", reprocha Pulido.

Temperaturas gélidas en el interior de una escuela de Cataluña / TWITTER
Asignaturas pendientes del Govern
Estas condiciones extremas --hay que recordar que la normativa marca los 17 grados como temperatura mínima para impartir la docencia-- podrían haberse mitigado si se hubiese invertido en filtros HEPA. En las orientaciones difundidas por Enseñanza, se abre la puerta a "implantar soluciones alternativas que complementen la ventilación natural". Los funcionarios contemplan esta promesa con escepticismo. La vuelta a las aulas tras el parón navideño ha llegado sin las mascarillas FFP2 ni las ratios reducidas por grupos que ya se incumplieron durante el primer trimestre lectivo.

Un vehículo atrapado bajo un árbol a causa del temporal Filomena en Castell de Mur / MOSSOS D'ESQUADRA
Además, la reincorporación forzosa del profesorado vulnerable ha indignado al colectivo. "Tenemos cientos de casos de compañeros en riesgo. Compañeros que antes del 21 de diciembre corrían peligro y a los que se obligó a volver al trabajo para no pagar a los sustitutos", denuncia Segura. Barri incide en este asunto: "Para nosotros, cualquier trabajador con más de 55 años es personal de riesgo y debería quedarse en casa". "El frío no ayuda al sistema inmunitario y aún no hemos visto el efecto acumulado de los 15 días de fiesta", alerta.
¿Cerrar los coles?
Esta cuestión está relacionada con el debate sobre el cierre de las escuelas hasta que no mejoren los datos epidemiológicos. Pese a que algunos expertos propusieron a la Generalitat que atrasara la reapertura de los equipamientos, al igual que ha hecho la Comunidad de Madrid, los sindicatos consultados prefieren no entrometerse en decisiones sanitarias. Ni USTEC, ni UGT ni CCOO reclaman la clausura preventiva de los colegios y señalan que la responsabilidad recae en los gestores del Departamento de Salud. "Queremos escuelas abiertas y seguras para asegurar una educación integral y garantizar las mismas oportunidades a los estudiantes vulnerables", defiende Segura.
Tan solo CSIF se muestra partidario de tomar medidas más estrictas. "Pedimos una moratoria de 15 días para retomar las clases hasta notar una subida de las temperaturas y comprobar los efectos de las vacaciones de Navidad", reivindica Barri. El resto de organizaciones no siguen esta línea y prefieren insistir eficacia y medios a la Generalitat a la hora de volver a su puesto de trabajo.
Reivindicación de las guarderías
Pero también hay aspectos en los que el gobierno autonómico ha cumplido. Uno de ellos son los refuerzos de limpieza en las instalaciones, tal y como ha confirmado a Crónica Global la patronal Ascen. También desde la Associació Catalana de Llars d'Infants se alegran de que no se haya excluido las 473 guarderías privadas de Cataluña del plan de la vuelta al cole y se haya abierto una línea de ayudas para desahogar sus problemas de tesorería.
Con todo, aprovechan la ocasión para demandar a la Generalitat que avance hacia la confluencia de criterios a la hora de habilitar los centros de educación preescolar. "Hay establecimientos que ahora mismo solo cuentan con una licencia medioambiental, mientras que el resto cumplimos gran cantidad de requisitos", puntualiza Cristina Ruiz. Las guarderías privadas, que han sufrido importantes bajas de alumnos y mantienen a parte de sus 3.500 trabajadores en ERTE, esperan que la llegada de las vacunas allane el retorno a la normalidad.

Un niño con mantas en una aula durante el temporal Filomena / EP
Dudas sobre las automuestras
La gran novedad de la reentrada escolar en 2021 son las automuestras que el Govern ha empezado a distribuir en todos los centros educativos del territorio. Con estas pruebas, el Departamento ha intentado calmar los ánimos tanto del profesorado como del resto de empleados de las escuelas. Sin embargo, existen recelos entre los docentes. "No queremos que nos responsabilicen de tomar las muestras de los alumnos. Si este es el siguiente paso, queremos que supervisen las pruebas el personal sanitario que designe Salud", manifiesta Martínez.
La ugetista compara las rigurosas condiciones de los ambulatorios con el contexto más laxo de las escuelas. "Cuando vas a un CAP a realizarte una PCR, los infermeros van protegidos con EPI. No digo que haya muchos problemas por hacer 80.000 tests en los colegios, ¿pero estamos seguros de que los resultados que tomemos van a ser realistas? Además, también se podían haber empezado las pruebas durante las vacaciones. El Govern vuelve a ir tarde", zanja. Solo que esta vez, a la tardanza y la improvisación se han sumado temperaturas cercanas a cero. Y mientras el mercurio sigue bajando, la paciencia de los profesores empieza a agotarse.