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Barreras físicas de hormigón en una calle de Valencia / EFE

La alerta antiterrorista dispara las ventas de bolardos

Fundiciones y factorías reciben más peticiones de información desde que España está en nivel 4 por posibles ataques

6 min

La alerta antiterrorista ha disparado el interés por los productos de los fabricantes de bolardos y pilonas. Fundiciones y factorías reciben más demandas de elementos fijos de disuasión de atentados desde que el país se encuentra en nivel 4 por posibles ataques.

Según han explicado varias firmas comercializadoras, el interés viene de "instituciones, comunidades de propietarios y constructoras" desde junio de 2015. Aquel año, el Ministerio del Interior elevó el listón de la alerta tras la cadena de ataques yihadistas que empezó con el tiroteo de la sede del semanario Charlie Hebdo en París (Francia) el 7 de enero. 

"Para los atentados de Barcelona y Cambrils es muy temprano. Pero recientemente, en los últimos meses, sí que habíamos notado un aumento de peticiones de información. Y algunas de ellas se convirtieron en pedidos", explican desde Urbadep Equipamiento.

La misma información aportan desde Ado Cerramientos Metálicos. "Sí ha aumentado el interés por los bolardos, pero no podemos desvelar quién son los clientes", matizan.

"Entre 300 y 5.000 euros"

El mismo día que la junta local de seguridad de Barcelona anunció que colocará obstáculos móviles en puntos "a estudiar" de sus calles, los fabricantes explicaron qué son estos elementos.

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Imagen de bolardos retráctiles de control de acceso / CG

"Las pilonas cuestan entre 300 y 5.000 euros. Pueden ser mecánicas o hidráulicas, que tienen más durabilidad. Hay de muchos tipos, materiales y configuración", ha indicado un portavoz de Aprimatic, fabricante de puertas automáticas que también tiene una línea de producción de este producto antiterrorista.

"Su solidez depende de su grosor y anclaje. Ello determinará qué fuerza de embestida de un vehículo puede aguantar", ha agregado.

Antes de que la corporación de la capital catalana los instale para evitar nuevos ataques con furgoneta como el que cometió Younes Abouyaaqoub en Las Ramblas hoy hace siete días, ¿quién compraba estos productos? "Instaladores. Se popularizaron para evitar robos en joyerías o almacenes con material caro. O las empresas directamente".

"Las maceteras, más efectivas"

Más crítico se ha mostrado David Alarcón, responsable de calidad del fabricante Grup Fábregas. "Los bolardos no están pensados como elemento de seguridad pasiva. Están concebidos para separar zonas de tráfico de vehículos o tranvías de la circulación a pie", ha indicado.

"Si el Ayuntamiento de Barcelona los coloca para evitar que vehículos barran una zona llena de peatones, deberá escoger una línea especial o rediseñarlos. Una pilona retráctil aguanta el choque de un automóvil de dos toneladas a baja velocidad. Una furgoneta de más de 3,5 toneladas a media velocidad lo arrancará de cuajo", explica.

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Maceteros en la Puerta del Sol de Madrid / EFE

"Mucho más seguros son los maceteros. Un elemento de más de 200 kilos de peso tiene muchas más opciones de provocar graves daños a un vehículo que quiere embestir a alta velocidad y frenarlo que una pequeña columna retráctil con poco anclaje", ha abundado.

¿Qué otra solución existe para blindar los puntos sensibles de Barcelona? "Levantar los cantos de las aceras en las zonas concurridas. El punto más débil de un vehículo son sus neumáticos. Un coche que se estrelle contra un bordillo un tanto más elevado de lo habitual no avanzará muchos metros más".

"Bolardos sí, pero debemos anticiparnos"

Tras la admisión municipal y autonómica de que la Ciudad Condal necesita más obstáculos móviles en sus calles para evitar atropellos múltiples; y el reconocimiento de los fabricantes de bolardos de que ahora venden más, un experto matiza esta política de seguridad.

"Las barreras físicas contra los atentados mediante atropello me parecen bien. Pero el yihadista es un terrorismo en evolución. Un día es una furgoneta, al siguiente es un lobo solitario con un cuchillo y al final pueden ser drones", explica David Garriga, presidente de la Comunidad de Inteligencia y Seguridad Global (Ciseg).

"Hasta ahora hemos ido un paso por detrás de ellos. Por ello, creo que la instalación de obstáculos en las calles es correcta, pero hay que hacer más. Trabajar en la inteligencia y la prevención, por ejemplo. Si cada año aumentan los detenidos por radicalización en España es que algo está fallando", remacha el consultor.