La estimulación cerebral reduce a la mitad los síntomas del Trastorno Obsesivo-Compulsivo severo

Una de cada 10 personas que padecen Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) presenta una forma crónica e incapacitante de la enfermedad. Estos casos más severos suelen ser resistentes a los tratamientos convencionales y provocan sufrimiento tanto a los pacientes como a las familias. 

Un equipo de psiquiatras y neurocirujanos del Hospital de Bellvitge ha confirmado que la estimulación cerebral profunda --que empezó a estudiarse como alternativa terapéutica hace unos años-- es una técnica segura y efectiva que reduce el 42,5% de los síntomas obsesivos a largo plazo.

Estimulación cerebral profunda

La estimulación cerebral profunda es un tratamiento quirúrgico que consiste en implantar unos electrodos que permiten estimular puntos específicos del cerebro de forma selectiva y reversible. Se trata de una técnica que también se utiliza en pacientes con enfermedades resistentes a los  tratamientos como el Párkinson, el temblor o la epilepsia.

Los resultados del estudio elaborado por Bellvitge determinan que, además de reducir los síntomas obsesivos, la estimulación cerebral profunda también mejora la ansiedad, la depresión y la capacidad funcional de los pacientes. Asimismo, se ha comprobado que la mayoría de los pacientes que se someten a este tratamiento no experimentan efectos secundarios.

Un 2% de la población desarrolla TOC

Las personas que sufren TOC presentan pensamientos, imágenes o impulsos no deseados --obsesiones-- que provocan comportamientos o acciones mentales repetitivas. Estos síntomas impactan en el día a día de los pacientes, causando un gran impacto emocional.

De acuerdo con los expertos, alrededor de un 2% de la población desarrolla un TOC, aunque se desconoce la causa específica, aseguran desde el centro.