Una persona a punto de despertarse / CREATIVE COMMONS

Una persona a punto de despertarse / CREATIVE COMMONS

Vida

Los problemas para despertarse por la mañana tienen nombre

Al contrario de lo que siempre se ha pensado, las dificultades para empezar el día no tienen que ver únicamente con la pereza

1 febrero, 2019 06:55

Levantarse de la cama, dejar atrás las calientes sábanas y la mullida almohada se puede convertir en un trance inasumible para más de uno. Lo que siempre se ha calificado como “ser un gandul” no tiene por qué estar relacionado únicamente con la pereza de cada uno. La costumbre de posponer la alarma matutina una y otra vez hasta conseguir llegar tarde a trabajos, universidades o cualquier otro lugar tiene un nombre y unas causas.

La dysania es la dificultad extrema para despertarse. Desde un punto de vista médico se califica como un estado alterado de la consciencia en el que se sigue necesitando tiempo de sueño pese a que no pueda ser así. Esto genera una complejidad enorme a la hora de despertarse y dejar atrás la cama para afrontar el día.

No es una enfermedad

Al contrario de lo que pueda parecer y pese a tener un nombre, esta prácticamente imposibilidad para despertar cuando se debe no esta catalogada como una enfermedad. La dysania no constituye una enfermedad en sí misma, sino que se engloba dentro de los síntomas que pueden manifestarse a causa de otras. Puede deberse a motivos físicos o psicológicos.

Los malos hábitos de sueño, el estrés o las continuadas situaciones de ansiedad pueden repercutir en las personas y terminar provocando la ya nombrada dysania. Es por esto que, aunque no representa una enfermedad de por sí, sí que debe alertar a quien la sufre para acudir al médico.

¿Cómo evitarla?

Como cualquier alteración del sueño, se trata de un síntoma preocupante y lo más recomendable es acudir cuanto antes a la consulta médica. Sin embargo existen opciones para combatir la dysania que comienzan por garantizar un sueño de calidad y de acuerdo a la duración estipulada.

Por ello, establecer una rutina diaria en la que se incluya no posponer la hora de ir a dormir, el realizar ejercicio para forzar al cuerpo a descansar o realizar técnicas de relajación antes de acostarse pueden ayudar notablemente a combatirla.