Una pareja joven que representa el prototipo de los 'Dinks' / CG

Una pareja joven que representa el prototipo de los 'Dinks' / CG

Vida

Los 'Dinks', el nuevo objetivo de las marcas 'premium'

Las parejas profesionales con dos sueldos y sin hijos representan el 6,5% de las familias en Barcelona, un mercado al que apuntan sectores como el ocio, la gastronomía 'gourmet' o el cuidado personal

20 mayo, 2018 00:00

Tienen más de 30 años, están en pareja, la mayoría gana en torno a los 2.300 euros por hogar y destinan gran parte de sus ingresos a actividades de ocio. Los Dinks (por sus siglas en inglés Doble-Income No Kids) son las parejas que deciden no tener hijos y emplean sus ingresos en ellos mismos, lo que les convierte en un público objetivo ideal para muchas marcas premium.

Barcelona es la provincia de España con mayor densidad de esta tipología familiar. De 2.110.280 familias, 131.667 corresponden a Dinks, más del 6%. De ese total, un 10,4% alcanza una media superior a 3.750 euros mensuales por pareja.

Dónde están los Dinks

A pesar del crecimiento en Barcelona, los Dinks disminuyen en el resto de España, según los datos de Habits, presentados en un informe de la consultora AIS Group. El estudio se realiza para empresas que quieren identificar un público codiciado.

Pilar Mateo, de AIS, explica que muchas marcas “buscan estos perfiles, sobre todo aquellas dedicadas al sector del ocio, viajes, restauración, gimnasios o cuidado personal”. Tras Barcelona, el ranking de los Dinks continúa por Palma de Mallorca, con un 5,7% de hogares, Gijón la tercera, con un 5,5% y la última es Salamanca, con sólo un 1,9%. El ranking se ha realizado solo entre ciudades de más de 50.000 habitantes.

¿Por qué no tener hijos?

La psicóloga y especialista en coaching, Sara Gallisà Mestre (colegiada nº15728 por el Colegio de Psicólogos de Cataluña) analiza los posibles motivos de la proliferación de Dinks en Barcelona.

“Se trata de una ciudad cosmopolita, moderna, y con una buena economía. Aquí es donde aparece este colectivo: tienen un sistema de valores diferente, se prioriza el bienestar, el ocio y el cuidado personal, la carrera profesional, y para ello se tiene que renunciar a algo, se renuncia a los niños para mantener este nivel de vida”, reflexiona.

Carrera profesional vs hijos

Gallisà agrega un factor que es la decisión personal más allá de la económica. Tener hijos, asegura, “ya no es obligatorio” sino que se trata de un modelo más de familia, y no el único. Hoy está mucho más aceptado el hecho de que tener hijos no solo “implica renunciar a una parte importante de la economía personal” sino también al tiempo de ocio, y a perder independencia.

Si bien las sociedades más avanzadas tienden a tener cada vez menos hijos, la especialista considera que se trata también de un modelo cultural. “Creo que a más cultura y estudios, la gente piensa mucho en qué invierte el dinero que gana. Pero, creo que influye mucho el sistema de valores de las parejas, y hasta dónde se quiera llegar a nivel profesional”.

“Los hijos ya no son obligatorios para las mujeres”

Los cambios culturales y la batalla por la igualdad de género tienen que ver en la formación de estos modelos de familia. Gallisà explica que en estos tiempos --al menos en ciudades como Barcelona-- “ya no se tiene que renunciar a según qué puestos de trabajo por tener hijos”, aunque acepta que no a todos, y que en muchos casos se opta por el trabajo en lugar de los hijos.

En este sentido, considera que “queda mucho camino que hacer en la igualdad de género, en lo laboral y en la parte familiar”. 

¿Economía o elección personal?

El economista José Carlos Díez ve la necesidad de diferenciar entre dos cuestiones. Por un lado, aquellos que tienen más de 30 años y que por motivos económicos aún no tienen hijos, “pero posiblemente en algún momento los tendrán y dejarán de ser Dinks”; y por otra parte, quienes realmente deciden volcarse a una vida en pareja sin descendencia, por elección.

Respecto a si el aumento de familias sin hijos en Barcelona es un indicador positivo o negativo de la economía, Díez considera que si tienen salarios precarios y baja renta es un indicador negativo, por el contrario, es positivo si se trata de una opción de vida no forzada.