Niños en una actividad extraescolar / EP

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Vida

El Covid-19 convierte aprender a nadar en un lujo

La falta de práctica podría incrementar el riesgo de ahogamientos durante el próximo verano

10 noviembre, 2020 00:00

La reducción de las clases de natación para los más pequeños es otra de las consecuencias indeseadas de la pandemia del Covid-19. Aunque a primera vista parezca un problema menor, hay voces que alertan sobre los efectos a largo plazo de la suspensión de esta formación en los niños de entre 4 y 6 años. Sobre todo en un país que todavía presenta cifras trágicas de ahogamientos. A finales de octubre, en España habían muerto ya 39 menores ahogados, tantos como los registrados durante todo el año anterior.

Ramsés Martí, experto en seguridad acuática, tiene claro que la crisis sanitaria obligará a extremar las precauciones el próximo año. "Venimos de un confinamiento que ha durado meses, durante el cual las instalaciones no han estado completamente abiertas. Además, hay familias que por miedo no han llevado a sus hijos a la piscina, o que han tenido problemas económicos para asumir este coste", explica Martí.

Aumento del riesgo de ahogamientos

Estos episodios dibujan una situación complicada: "Hay un grupo de niños muy elevado que no ha recibido el conocimiento de la natación, ya no solo para aprender a moverse y flotar en el agua, sino como actividad de supervivencia". El especialista abunda en este hecho --"la interrupción prolongada aumenta el riesgo de ahogamientos en las edades primerizas"-- y termina con una advertencia: "El próximo verano tendremos que estar más en alerta".

Lo cierto es que el cierre de los recintos deportivos y la restricción de las actividades extraescolares deja prácticamente a cero las oportunidades para que los niños se peguen sus primeros chapuzones. Excepto si las escuelas, que vehiculan en la comunidad la mayoría de cursos, están dotadas de una piscina privada. Lo cual reduce a "menos del 1% las posibilidades" las clases, según afirman los sindicatos educativos.

La natación no puede ser un lujo

Los portavoces consultados por este medio critican la política de trazo grueso seguida por el Govern para anular todas las actividades extraescolares. Incluida la natación. Ferran Barri (Csif) argumenta que "justo cuando el Estado acaba de declarar al deporte como una actividad de interés público, en Cataluña se cierran gimnasios y se anulan las actividades de las federaciones". "Parece coherente que en un sitio donde el agua está clorada y se comprueban los aforos, se deje continuar con la práctica", argumenta este delegado.

De forma parecida opinan sus colegas. Gemma Martínez, portavoz del sector del ocio educativo de CCOO, pide el mantenimiento de las extraescolares "mientras se mantenga la trazabilidad y no se mezclan niños de distintos grupos burbuja". "Estas actividades sirven para que los niños se relacionen, se distraigan... estamos abocando a la infancia al uso de máquinas. Además, las extraescolares también se utilizan muchas veces para las conciliaciones familiares", incide Martínez.

La UFEC reivindica el deporte seguro

Aspectos positivos que son respaldados por Carlos Villalante (UGT): "Debemos respetar las medidas del Procicat, pero no se han sectorializado las distintas situaciones ni se ha valorado que la formación no formal transmite principios y valores muy importantes de carácter social".

Por su parte, la UFEC (Unión de Federaciones Deportivas de Cataluña) reivindica la agenda fuera del horario lectivo siempre que se realice con todas las medidas de prevención. "El deporte en la edad infantil es muy importante para la sociabilización de los niños y las niñas, tanto por su autonomía y crecimiento como por el desarrollo de su personalidad".

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