Un hombre con dos décimos de Lotería de Navidad en su mano en una administración que se suma a la huelga  / EP

Un hombre con dos décimos de Lotería de Navidad en su mano en una administración que se suma a la huelga / EP

Vida

El coronavirus enfría la ilusión navideña y reduce un tercio la compra de lotería

Las restricciones en términos de movilidad y la incertidumbre económica han provocado un descenso en la compra de boletos para el tradicional sorteo

22 diciembre, 2020 00:00

El coronavirus ha golpeado muchos ámbitos de la vida, incluida la eterna ilusión por participar en el sorteo de Navidad y ganar la lotería. Así, este año, la crisis económica que ha provocado la pandemia y ha afectado a muchos hogares españoles, unida a la limitación en los desplazamientos entre comunidades, han hecho mella en la compra de décimos.

En 2019, la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (Selae) ingresó más de 9.255 millones de euros, de los cuales unos 2.466 millones fueron directos a las arcas públicas. Y, en concreto, el tradicional sorteo navideño del 22 de diciembre experimentó un año récord en ventas al facturar más de 2.900 millones de euros. Sin embargo, este año la situación es muy distinta y las asociaciones de lotería apuntan a un descenso, sobre todo entre julio y octubre, del 30% en la venta de boletos para ganar el famoso Gordo de Navidad.

1.200 millones de euros menos

“La campaña de Navidad es la más importante porque representa cerca del 50% de la venta de todo el año, pero se está viendo muy afectada por esta crisis”, asegura Borja Muñiz, portavoz de la Agrupación Nacional de Asociaciones Provinciales de Administradores de Lotería (Anapal). De hecho, esta asociación estima que el Estado dejará de ingresar unos 1.200 millones de euros por este motivo. Además, las administraciones también perderán lo suyo este 2020.

 

Llegan los bombos del Sorteo Extraordinario de Navidad al Teatro Real de Madrid / EUROPA PRESS

Las restricciones de movilidad y una caída en la compra por parte de algunos colectivos son las principales causas. “El turismo ha sido prácticamente inexistente en gran parte del país y, con ello, también la adquisición de lotería”, matiza el portavoz de Anapal. Además, la compra en ventanilla, es decir, in situ, que es la que suelen ejercer estos turistas nacionales, “sólo representa cerca de un 20% del total”, admite. El verdadero motor de las ventas son los clubes deportivos, entidades festivas, empresas, institutos u organizaciones sociales, “que este año han comprado un 50% menos”, agrega Muñiz.

Límite al gasto

Varias personas hacen cola frente a una administración de lotería / EP

Varias personas hacen cola frente a una administración de lotería / EP

Aunque la venta online de lotería es una realidad desde hace años, lo cierto es que muchos consumidores prefieren acudir en persona para hacerse con su décimo. “Nuestra ventanilla está ubicada en una zona de paso a la que cada año se acercan personas de todo el país, sobre todo de provincias vecinas como Segovia, Guadalajara o Cuenca”, explican a este medio desde el Doblón de Oro, una administración de Loterías situada en la madrileña Puerta del Sol. El cierre perimetral de Madrid ha limitado mucho la movilidad, por lo que el descenso en la venta ha sido “alarmante” y se sitúa en un 60%, según sus cálculos. 

El impacto del coronavirus en los bolsillos de los españoles también ha influido en la compra de décimos. “Calculo que este año he gastado menos de la mitad que el anterior”, cuenta Pilar Félix, una trabajadora de Madrid. “Suelo compartir décimos con familiares, compañeros de trabajo y amigos, pero este año lo he limitado a los más cercanos para ahorrar”, confiesa. 

Un año para recordar

Aunque para algunos el 2020 es un año para olvidar, ciertos compradores han optado por adquirir décimos vinculados al coronavirus, como la fecha del primer estado de alarma o los acabados en 20, en referencia a este fatídico año. “Dicen que es para intentar recordarlo no sólo por todo lo malo que ha ocurrido, sino también por algo bueno”, explican desde el Doblón de Oro.

Muñiz también coincide en la superstición que guía a muchos compradores en su elección. De hecho, en su administración asturiana también se han pedido los mencionados números, aunque asegura que es un hecho que ocurre todos los años. “El año del referéndum de Cataluña, mucha gente pedía el 11017 o que acabara en 155”, cuenta. Y si un año ha fallecido algún personaje famoso, “los clientes piden el décimo que incluya esa fecha”, concluye.