Operativo de los Mossos d'Esquadra contra la mafia georgiana / MOSSOS D'ESQUADRA

Operativo de los Mossos d'Esquadra contra la mafia georgiana / MOSSOS D'ESQUADRA

Vida

Cae una mafia georgiana que perpetró 40 robos en Cataluña

Los mossos identificaron a todos los miembros de este grupo criminal gracias a las fiestas que celebraban en una finca privada de Badalona

28 octubre, 2021 18:43

Los Mossos d’Esquadra han desarticulado un grupo criminal compuesto por ciudadanos georgianos que se dedicaba a perpetrar robos con fuerza en domicilios de Cataluña.

En concreto, los agentes de la División de Investigación Criminal (DIC) han detenido a nueve de sus miembros a los que atribuyen, al menos, 40 robos con fuerza, además de delitos de receptación y pertenencia a organización criminal. La policía los ha identificado gracias a las fiestas que celebraban en una finca de Badalona. 

Marcadores en las puertas de viviendas vacías

Los ladrones seguían siempre el mismo modus operandi, utilizando marcadores hechos con finos hilos de cola para señalar las puertas de los domicilios que pretendían asaltar. Fue precisamente esta estrategia la que llevó a los investigadores hasta los líderes, dos hermanos de nacionalidad georgiana con antecedentes por pertenencia a otros grupos criminales y viejos conocidos por la policía por utilizar estas señales.

Los agentes observaron que la organización se había desmarcado de otras similares por organizarse en binomios de hombres y mujeres a la hora de perpetrar los robos. Esta estrategia les permitía pasar más desapercibidos ante los vecinos de las comunidades en las que marcaban las viviendas que serían asaltadas y ante las patrullas policiales que vigilaban la zona.

Fiestas en una finca

Cuando los investigadores comenzaron a tirar del hilo, la organización cayó en bloque. Una vez identificados los dos hermanos, vecinos de Santa Coloma de Gramenet y principales cabecillas de la organización, descubrieron al resto de los integrantes.

Aunque los puntos de encuentro solían ser bares y lugares públicos, donde mantenían un perfil bajo para pasar inadvertidos, la organización solía celebrar fiestas en una finca privada de Badalona. Esto fue precisamente lo que facilitó a los agentes la identificación de todos sus miembros.