A media mañana de un martes cualquiera, el trajín del barrio de El Carmel de Barcelona está protagonizado por los actores habituales. Varios ancianos debatiendo, sentados en los bancos –a la sombra, que ya empieza a apretar—; mujeres que empujan cochecitos de bebé y plazas de carga y descarga que van siendo ocupadas por cortos espacios de tiempo.
En el pasaje de Tossa, en concreto, a la estampa se le añade una cola en plena calle. Un grupo acordeónico que varía de entre dos a diez personas que esperan lo mismo: el ascensor que les llevará a los edificios y equipamientos situados en la parte superior de la vía.
Escaleras mecánicas en El Carmel / CG
Escaleras como alternativas
“Aquí arriba hay muchas viviendas en las que vive gente muy mayor”, explica a Crónica Global una joven que espera el ascensor junto a su bebé. “Lo utilizan sobre todo ellos y los que llevamos carrito”. Y así es, en un lapso de media hora suben y bajan ininterrumpidamente hombres y mujeres mayores y algún que otro joven al que no le apetece escoger andar.
La alternativa, en esa plaza, es subir cuatro tramos de hasta 20 escaleras que, para muchos, se convierte en una auténtica maratón. Ese es uno de los factores que el Ayuntamiento de Barcelona tiene en cuenta a la hora de instalar un ascensor a pie de calle.
Ascensor en El Carmel / CG
Según explica a este medio una portavoz municipal, “lo principal es la orografía del terreno, que sea muy necesario instalarlo allí, pero también de la respuesta y las necesidades de los vecinos”.
Prácticamente inaccesible
Hay zonas de la ciudad que son menos accesibles e, incluso, no se puede llegar a pie sin la presencia de un ascensor, sostienen las mismas fuentes. Esas son las que se priorizan y el motivo es un cóctel de la iniciativa administrativa y la necesidad práctica de los barceloneses.
Ascensor en avenida Meridiana / CG
Siempre que se pueda, además, el ayuntamiento se decide por los ascensores inclinados “porque llegan a más lugares”. Es el último caso de elevador a pie de calle que el consistorio instalará en la calle Alt Pedrell, en el barrio de la Font d’en Fargues del distrito de Nou Barris.
Precisamente ese distrito es el que se disputa el ranking de las zonas menos accesibles y en las que se han instalado más ascensores junto con El Carmel. Algunas de esas calles son Alguer, Túnels de la Rovira, Alcántara, Pont del Congost, Canfranc o Amílcar.
Otras, quizás más sorprendentes, están en la plaza Cerdà, Font del Gat, Vall d’Hebrón, Federico García Lorca, Antoni Capmany o Mercat Nou, entre otros.