La acción consiste en entregar una paga y señal durante el entetamiento del lechal, y el resto tras la muerte de la bestia. La cantidad entregada asegura la viabilidad del rebaño, además de permitir al pastor acometer obras en el cercado y pagar la maquinaria necesaria. En lo que se refiere al cliente, éste se asegura carne de primera calidad o, si no desea saborear a su apadrinado, pasar un día en la granja o aprender a tejer cestas.