Fachada del instituto Jaume Balmes de Barcelona / JAUME BALMES

Fachada del instituto Jaume Balmes de Barcelona / JAUME BALMES

Vida

Los alumnos de un instituto de Barcelona ponen en jaque a la dirección

Los estudiantes protestan para tener habitaciones mixtas en su viaje de fin de curso y tachan la segregación por sexos de retrógrada y paternalista

16 febrero, 2017 00:00

Con solo 17 años, tienen las ideas claras y unos argumentos tan contundentes que tumbarían hasta la pared más sólida. Son alumnos del instituto Jaume Balmes, situado en el Eixample de Barcelona, y han puesto en jaque a la mismísima dirección del centro educativo con una protesta concreta: chicos y chicas quieren compartir habitaciones en el viaje de fin de etapa.

En unas semanas se van a París, una travesía ansiada, seguramente, desde que tienen uso de razón, pero cuyas condiciones no acaban de convencerles del todo. En concreto, los alumnos muestran su disconformidad con la segregación por sexos en las habitaciones de los alojamientos.

Idea retrógrada

Defienden sus motivos en una carta de desacuerdo, a la que ha tenido acceso Crónica Global. El primero: “Se esconde un pensamiento retrógrado que entra en conflicto con los valores del instituto”, explican. Alegan que en una sociedad heteronormativa, se considera que medidas como ésta favorecen el patrón establecido. “Se presupone que todas las personas son heterosexuales”. Algo que, según dicen, podría ofender o cohibir a quienes no siguen el patrón heteropatriarcal.

Fragmento de la carta de protesta de los alumnos del instituto Jaume Balmes / CG

Fragmento de la carta de protesta de los alumnos del instituto Jaume Balmes / CG

Pero no solo se basan en esta idea, también aseguran que la decisión del colegio “ejerce una mala influencia sobre todas aquellas personas que acaban aceptando que la disgregación por sexos es algo normal”.

Trato infantil

En el mismo texto, los adolescentes sostienen que se trata de una medida paternalista. En su opinión, en el marco de un sistema educativo donde se les educa para ser personas responsables a la hora de tener relaciones sexuales, la aplicación de esta norma implica aceptar que no se les está formando adecuadamente.

“Se nos trata como niños en este sentido, pero después se nos exige todo lo que supone ser adulto y eso responde a una manera de actuar paternalista”, espetan. De momento, han conseguido que la directora se reúna con ellos para escucharles y envíe una copia de la carta a los padres para que se pronuncien sobre el tema y opinen si están de acuerdo con sus hijos.