Retrato de Alberto Moyano antes de la entrevista en el bar Bodega Carol / LENA PRIETO

Retrato de Alberto Moyano antes de la entrevista en el bar Bodega Carol / LENA PRIETO

Vida

Alberto Moyano: "Proteger nuestras bodegas evita que perdamos la esencia vecinal"

El portavoz de 'En ocasiones veo bares' refleja su satisfacción por la moratoria que impide construir obras mayores en 31 bares históricos de Barcelona: "Es nuestra intención"

22 julio, 2019 00:00

No imaginaba Alberto Moyano, abogado de profesión, que cuando empezó con su iniciativa En ocasiones veo bares, terminaría siendo el artífice de la moratoria que el ayuntamiento de Barcelona ha impuesto a 31 establecimientos históricos de hostelería para protegerlos de un cierre inminente. Es copropietario de la Bodega Carol, en la calle Aragón de Barcelona, y ya lo había sido con anterioridad de la Montferry del barrio de Sants. Lo que empezó siendo un divertimento para dar a conocer estas pequeñas reliquias gastronómicas de la capital catalana se ha acabado por convertir en un intenso trabajo para blindar estos espacios, reflejos de una identidad barcelonesa cada vez más desdibujada por el cambio económico y social. 

--¿Qué significa un "hobby que se ha ido de las manos"?

--Siempre le he tenido cariño a los bares y a las bodegas: ir a comer, a beber, a compartir un buen rato. Quería hacerme un mapa en el que colocar estos establecimientos históricos y colgarlo en mi habitación, pero terminé por hacer un Google Maps. De allí, me convencieron para que me abriera un blog. Como pasaba muchas horas en el despacho, me daba pereza escribir, pero al final me puse a hacer reseñas de sitios. Fue ahí cuando conocí al Moviment en Defensa de les Bodegues de Barri, con Josep Lluís Cots, y también a Shawn Stocker. Empezamos a organizar movidas, como las yincanas para dar a conocer las tabernas. 

--¿Qué objetivo perseguiáis con las yincanas? 

--Con las yincanas hemos pasado grandes ratos. Es una forma de cuidar a la gente y de que conozcan barrios y lugares de Barcelona. Una de las primeras cosas es apreciar lo que tenemos, porque si no sabes que cerca tienes una bodega nunca la llegarás a querer. Hacíamos grupos de 5 y los enviábamos. Solo un 20% habían estado antes en el club de petanca del Carmel haciéndose un quinto. De estas actividades han salido incluso dos parejas: Una de ellas se casó, tuvieron un hijo y nos lo presentaron. 

Imagen de Alberto Moyano antes de la entrevista en el bar Bodega Carol / LENA PRIETO

Imagen de Alberto Moyano antes de la entrevista en el bar Bodega Carol / LENA PRIETO

--¿Y en qué momento pasáis de la parte lúdica a ser activistas? 

--Hemos pasado de la diversión al activismo casi sin darnos cuenta. En todo este transcurso, un amigo mío --Marc-- me propuso en 2013 coger la bodega Montferry de Sants, y fue allí donde encendimos la mecha. Con él iniciamos el camino para salvarla, aunque se la terminó por quedar a solas porque la idea era que fuera suya. Dos años después, en abril, nos hicimos cargo de esta [bodega Carol], que estaba en riesgo de cierre. Estamos muy contentos porque tira muy bien, no genera pérdidas y ahora empieza a dar beneficios. Los que la llevaban antes eran gente mayor, y es normal que no tuvieran el mismo empuje, aunque hicieron el esfuerzo de presentarnos a parte de sus clientes. 

Alberto Moyano explica cómo se gestó la moratoria que blinda establecimientos históricos de la ciudad aprobada por Ada Colau, así como el caso de la bodega Carlos en Sants / LENA PRIETO

--Sobre la moratoria a los 31 establecimientos, no sé si era lo que esperábais. ¿Qué pasa con las otras nueve bodegas de vuestra lista que han quedado fuera? 

--Esta no va a ser ni la última ni la moratoria definitiva, es una primera de emergencia. No sabría decirte exactamente por qué las otras han quedado fuera, pero me puedo imaginar algunos de los criterios. Por ejemplo, que el que esté dentro sea a la vez el propietario de la finca. Si en estos casos el dueño no ha hecho un "alto, socorro, voy a tirar el edificio y me quiero autodestruir" habrán decidido no catalogarla. Otro motivo: que alguno de ellos está previamente estudiado y clasificado por el ayuntamiento, eso era duplicar trabajo. Pero estamos contentos, tenemos un poco de todo: Ciutat Vella, Sant Martí, Sants...

--En Sarrià-Sant Gervasi no tenéis ninguna... 

--Cierto, y eso que está el Tomàs, aunque creo que los que lo explotan son a la vez propietarios del bar. En el momento que ellos son los dueños, calma. Si esta gente sigue trabajando, no hay riesgo. La catalogación consiste en proteger un sitio de la desaparición, que al final es nuestra intención. 

Alberto Moyano durante la entrevista en el bar Bodega Carol / LENA PRIETO

Alberto Moyano durante la entrevista en el bar Bodega Carol / LENA PRIETO


Alberto Moyano durante la entrevista en el bar Bodega Carol / LENA PRIETO

--¿Solo actuáis en Barcelona? También hay bodegas en l'Hospitalet, Badalona, Sant Adrià...

--Tenemos en la cabeza sitios de otros municipios que nos gustan y que no querríamos que desaparecieran. Hemos tirado una piedra en nuestra ciudad y nos ha funcionado, que al final es la que más conocemos. Si más adelante se puede hacer lo mismo con los ayuntamientos de l'Hospitalet, de Cornellà o de Badalona, pues adelante, claro que sí. Eso sí, de momento solo Barcelona. 

--¿Hacéis de intermediarios entre una persona que quiere desahacerse de un bar y otra que querría comprarlo? 

--Alguna vez lo hemos hecho, y si tenemos que ayudar, claro que sí. Eso sí, eso de tener un catálogo y demás, no lo veo ni me gustaría. En cambio, sí que hacemos mucha difusión a través de las redes sociales. Tenemos una comunidad digital muy numerosa, que responde muy bien, que colabora mucho. 

--¿Qué segmento de edad se interesa más por estos bares?

--Si tuviera que apostar, de la mitad para arriba, a partir de los 40. Al final, estos sitios evocan recuerdos de infancia, a revivir y hablar lo que tu ya habías vivido...

--Pero entre los jóvenes atrae mucho lo retro... 

--También, también. Al final todo lo retro es nostálgico: "Echo de menos esos sitios a los que mi madre me llevaba a tomar el bitter con las olivas y no sé si un Starbucks conseguiré algo parecido con un latte, que además es caro". 

Alberto Moyano durante la entrevista en el bar Bodega Carol / LENA PRIETO

Alberto Moyano durante la entrevista en el bar Bodega Carol / LENA PRIETO


Alberto Moyano durante la entrevista en el bar Bodega Carol / LENA PRIETO

--¿Las grandes firmas de restauración son el principal enemigo de este tipo de bares? 

--Starbucks no es el enemigo, es una consecuencia del modelo económico basado en el capitalismo neoliberal. Para mí, el problema es el cortoplacismo: pongo la pasta, quiero la rentabilidad y me agobio si no cumplo para ese día la facturación que había previsto en mi jodido business plan. Todo es "sube precios, sé agresivo", pues no: ¡calma chico! Si ese es tu modelo, muy bien, pero no nos contagies.

--¿Qué representa la cultura tabernística en la identidad de la ciudad de Barcelona?  

--Barcelona es una de esas ciudades que, por su relación con el puerto y con el mar, tiene a mucha gente que viene y a mucha gente que va. La ciudad se ha desarrollado gracias a movimientos migratorios, a la diversidad, a muchas cosas: "Ostia, voy a hacer mis boquerones porque en mi sitio de origen los cocinaba así". Esta suma nos mantiene la consciencia respecto a la velocidad a la que van las grandes ciudades. Un bar es un sitio para escucharle el rollo al de al lado, un lugar de encuentro, donde le explicas a un amigo si una semana te ha ido bien o mal. Cosas como estas hacen y evitan que perdamos nuestra esencia vecinal y social, que también es gastronómica. ¿Dónde se ve normalmente una cazuela de fricandó para comer?