Una prostituta en una calle.

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Vida

¡A la caza del putero!

ZéroMacho, que ya existe en 56 países, se organiza en Barcelona para abolir la prostitución y perseguir a quienes se sirven de ella

4 febrero, 2016 21:35

"Perseguir a los puteros". Esta es la máxima de ZéroMacho, una organización de hombres contra la prostitución que se ha constituido en Barcelona. La entidad de nuevo cuño es la pata en España de una organización internacional que ya alcanza los 56 países. En todos ellos persiguen al cliente de servicios sexuales bajo una premisa: "Explotar sexualmente es incompatible con la democracia".

La asociación se ha presentado este jueves en la Ciudad Condal y ya prepara acciones de varios tipos. "Presionamos a la Administración para que implemente políticas abolicionistas. Además, actuamos a pie de calle, en los puntos en los que se practica el turismo sexual", explica Pere Soler, uno de los impulsores de la red.

Foco en el cliente

ZéroMacho nació en Francia y se ha extendido en varios países. La organización trabaja en red y con un enfoque distinto sobre el trabajo sexual. "Siempre se aboga por legalizar, criminalizar o permitir la prostitución, como en España. ZéroMacho pone el foco sobre el cliente. Si los disuadimos y baja la demanda, quizá la oferta también lo haga", señala Soler. 

El punto de partida del grupo es que la prostitución "explota a las mujeres y alimenta las redes de tráfico de personas". Así, según ellos, "una democracia sana es incompatible con el hecho de que el 50% de la población explote al otro 50%".

Contra la permisividad

Además de señalar al usuario de servicios sexuales, ZéroMacho denuncia el doble rasero de algunas posturas progresistas. "En Alemania se legalizó la prostitución y fue un desastre. Se ofrecían ofertas laborales en el servicio federal de empleo como camarera que eran para trabajar como meretriz", explica el activista.

Aunque ha nacido en Cataluña, la asociación espera extenderse por toda España. Ello ayudaría a ejercer de lobby ante las administraciones, además de montar piquetes en los puntos más calientes de solicitación sexual, como en el municipio de La Jonquera (Girona), en la frontera entre España y Francia.