La impulsora de esta petición, Carmen Córdoba, explica que en la cita "se colocan dos palos altos en el centro de la plaza a una distancia de unos seis metros y se unen por una cuerda gruesa donde se ata por las patas a una serie de gansos previamente sacrificados por un veterinario".
Patrocinio público
Alega la peticionaria que este ritual "se hace con el patrocinio del Ayuntamiento de Carpio de Tajo y con el beneplácito de la Iglesia, que debería ser la primera en liderar el fin de esta fiesta de sangre y muerte", ha informado Change.org en nota de prensa.
"Aún es más triste que estas prácticas sean presenciadas por niños, que van a crecer aceptando que los animales deben ser motivo de festejo violento. Hay que alejar a la infancia de la participación y observación de actos y espectáculos que supongan el sufrimiento y maltrato de los animales, como forma de conseguir una sociedad futura más pacífica y con mayor empatía hacia el sufrimiento, que rechace cualquier forma de violencia sea quien sea la víctima", afirma Carmen.