Agente de los Mossos d'Esquadra y de la Policía Nacional durante un macrodispositivo en L'Hospitalet de Llobregat

Agente de los Mossos d'Esquadra y de la Policía Nacional durante un macrodispositivo en L'Hospitalet de Llobregat Mossos d'Esquadra

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Barcelona frena la delincuencia, pero el AMB se calienta: suben las agresiones y el ‘narco’ en la primera corona

El Área Metropolitana acumula el 53,1% de todos los delitos de Cataluña: la capital catalana mejora, pero municipios limítrofes experimentan repuntes significativos

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El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) sigue siendo el epicentro estadístico del delito en Cataluña y, un año más, sigue concentrando el mayor número de hechos delictivos. Pero no es ninguna casualidad.

En este entorno urbano reside la mayor parte de la población del país --más de 3 millones de habitantes-- y, en consecuencia, también se concentran el 53,1% de todos los hechos delictivos registrados en la comunidad.

Sin embargo, dentro de ese territorio compacto, compuesto por 36 municipios, emergen dinámicas muy distintas.

Barcelona 'versus' el AMB

Según los datos del balance de criminalidad del tercer trimestre de 2025, publicado por el Ministerio del Interior, mientras que Barcelona ciudad ha reducido significativamente el índice global de criminalidad, con un descenso del 4% y con muy buenos resultados en delitos como los robos con fuerza (–31,7%) y los hurtos (–2,5%); varios municipios limítrofes experimentan repuntes significativos.

Por ejemplo, L’Hospitalet de Llobregat crece un 9,3%; Sant Adrià de Besòs otro 9,4%; o Esplugues de Llobregat un 14,1%.

Una agente de los Mossos identificando a un presunto multirreincidente

Una agente de los Mossos identificando a un presunto multirreincidente Simón Sanchez El Prat

Y no solo hablamos de números. Los datos permiten observar una fractura entre la capital (que reduce cifras gracias al control de los multirreincidentes con el 'Pla Kanpai') y su periferia inmediata, que sufre repuntes en delitos más agresivos.

De este modo, mientras la capital logra contener el aumento de los robos violentos (+1,9%), esta tipología se dispara en el cinturón metropolitano: los robos con violencia e intimidación crecen un 20,2% en L’Hospitalet y un 19,6% en Sant Adrià de Besòs.

Más peleas fuera de Barcelona

Lo mismo ocurre con los delitos graves y menos graves de lesiones y riña tumultuaria.

A nivel autonómico, Cataluña muestra una tendencia positiva con un descenso del 2,1% en este tipo de delitos. La provincia de Barcelona sigue esta línea con una bajada del 3,4%.

Sin embargo, al hacer zoom en el Área Metropolitana, el mapa se rompe nuevamente en pedazos muy desiguales, ya que varios municipios del AMB han experimentado repuntes drásticos en conflictividad física, rompiendo la tendencia general de la provincia.

Son un ejemplo: Cerdanyola del Vallès con un aumento del 155,6%; el

De este modo, mientras la capital consigue contener la delincuencia patrimonial, varios municipios metropolitanos enfrentan un aumento sostenido de los delitos más agresivos.

Caen los hurtos en El Prat

Dentro de esta radiografía metropolitana, El Prat de Llobregat destaca por una evolución muy particular. El municipio registra una caída del 21,7% en la criminalidad, impulsada por la bajada del casi 20% en los hurtos asociados al tránsito de viajeros en el Aeropuerto de Barcelona-El Prat.

Agente de los Mossos revisando las cientos de cámaras de seguridad instaladas en el aeropuerto de El Prat

Agente de los Mossos revisando las cientos de cámaras de seguridad instaladas en el aeropuerto de El Prat Simón Sanchez El Prat

El caso de El Prat se ha convertido en una de las reducciones más pronunciadas del AMB y coincide con la implantación del nuevo plan policial en el aeropuerto, que ha permitido incoar decenas de órdenes de alejamiento a multirreincidentes y expulsarlos de la infraestructura.

La consecuencia es directa: menos delincuentes activos en un punto neurálgico que históricamente elevaba la estadística local.

La mayoría de las órdenes recaen sobre baterías organizadas del Este de Europa y sobre grupos jóvenes de origen magrebí. Estos últimos, según fuentes policiales, son “menos profesionales, pero mucho más temerarios” y son también los que más quebrantan las órdenes de alejamiento.

Alerta: aumenta el fenómeno 'narco'

Sin embargo, si existe un tipo penal que levanta ampollas ese es el tráfico de drogas, que se convierte en la variable más disruptiva del balance.

Cataluña registra un aumento del 13% en esta tipología, pero el crecimiento en el AMB es muy superior. Barcelona encabeza la tendencia con un 31,6% de incremento y 1.855 casos, casi la mitad de todos los detectados en la comunidad.

Los repuntes son todavía más marcados en su cinturón inmediato: Cornellà de Llobregat crece un 51,6% y Esplugues duplica los casos con +116,7%. Incluso El Prat, pese a su buena evolución en hurtos, suma 195 casos (+18,9%).

Montaje de una plantación 'indoor' de la marihuana con un cordón policial

Montaje de una plantación 'indoor' de la marihuana con un cordón policial Mossos d'Esquadra

Es importante recordar que Cataluña, según los propios representantes policiales, se ha convertido en la huerta de marihuana de Europa”; un título que refleja no solo el incremento de la producción de esta droga, sino también el auge de los operativos para descabezar los grupos y organizaciones que se han instalado en la región para dedicarse al 'narco'.

Estabilización con matices

De este modo, en conjunto, el tercer trimestre del año deja una fotografía de estabilización positiva para Cataluña, con una criminalidad total que desciende un 2,8%.

Este éxito estadístico se explica, entre otros motivos, por el "efecto capital": la drástica reducción de los robos con fuerza en Barcelona (–31,7%) y el desplome de los hurtos en puntos estratégicos como El Prat de Llobregat (–31,7%) han logrado neutralizar el balance global.

Sin embargo, los datos revelan una presión centrífuga hacia la primera corona metropolitana. Mientras Barcelona consigue "enfriar" la delincuencia patrimonial, el entorno inmediato absorbe un repunte en tipologías de mayor impacto.

El AMB avanza así a dos velocidades: una capital que mejora sus índices de seguridad ciudadana, frente a un cinturón metropolitano donde la violencia física y el narcotráfico ganan peso.