Imagen del cuchillo que encontraron en el lugar del crimen

Imagen del cuchillo que encontraron en el lugar del crimen Montaje de Crónica Global

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Todos los detalles del primer crimen del año en Cataluña

El autor le asestó hasta 32 puñaladas a la víctima en el marco de una pelea desencadenada por asuntos de "familia" y "honor"

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Ha pasado una semana desde que se produjo el primer crimen del año en Cataluña; concretamente, en el distrito de Ciutat Vella de Barcelona. Fue el 3 de enero.

Ese día, J. I., un ciudadano pakistaní de 31 años, se presentó en el centro de urgencias de atención primaria (CUAP) de la calle Manso con una profunda herida en la mano izquierda y declarando repetidamente: "Lo he matado".

La víctima, M. N., de 40 años y de su misma nacionalidad, era el excuñado y compañero de piso del agresor. Ambos compartían una vivienda en la calle del Lleó junto a otros dos hombres.

Una disputa por el "honor" familiar

Tras una comida conjunta, J. I. y M. N. se quedaron solos en el piso. Horas después, alrededor de las 18.30, iniciaron una acalorada discusión relacionada con el honor familiar, un asunto de gran importancia en la comunidad pakistaní.

La disputa se desencadenó por la insistencia de M. N., la víctima, para que J. I. retomara su matrimonio con su hermana menor, de quien se había separado meses atrás. Hecho que había afectado negativamente a la reputación de la familia. 

Según ha podido saber este medio, el homicida confeso ya había rechazado dicha proposición en múltiples ocasiones, previas a la discusión del pasado viernes 3 de enero. Esa fue la última. 

Fuentes conocedoras de las tradiciones pakistanís relatan que, con la separación, los familiares de la mujer ya no pueden volver a "juntarla" con otro hombre, "manchando" gravemente el honor de toda la familia. 

"Me he peleado y lo he matado"

Según ha podido saber Crónica Global, hasta dos vecinos del mismo bloque relataron haber escuchado ruidos, golpes y gritos entre las 18.30 y las 19.00, seguidos de un repentino silencio. Posteriormente, vieron a J. I. salir apresuradamente del piso con un vendaje hecho con cartóndejando un rastro de sangre tras de sí.

Minutos después, sobre las 19.20, el joven irrumpió muy exaltado en el CUAP del Raval con un corte muy profundo en la mano izquierda y confesando haber matado a alguien.

Exterior del CUAP de la calle de Manso, en el barrio del Raval de Barcelona

Exterior del CUAP de la calle de Manso, en el barrio del Raval de Barcelona Google Maps

En un primer momento, el personal sanitario intentó estabilizar al homicida confeso, que no paraba de repetir que se había peleado con alguien y que lo había matado, asestándole varios cuchillazos. Mientras, los responsables del centro alertaron a los Mossos d'Esquadra

Le asestó hasta 32 puñaladas

La primera patrulla llegó al centro de urgencias en escasos minutos. Durante el primer interrogatorio, J. I. insistía en haber matado a alguien. De hecho, fue él quien les proporcionó a los policías la dirección de la vivienda en la que habían sucedido los hechos. 

Acto seguido, los agentes se desplazaron hasta el domicilio de la calle del Lleó. Allí encontraron el cuerpo sin vida de M. N., con múltiples heridas de arma blanca en el cuello y espalda, sumando un total de 32 puñaladas. 

Imagen de dos agentes de la Arro de Mossos d'Esquadra

Imagen de dos agentes de la Arro de Mossos d'Esquadra Cedida

Según fuentes cercanas al caso, durante la confrontación, ambos hombres habrían utilizado cuchillos, resultando en la lesión de J. I. Sin embargo, este último logró dominar a M. N., infligiéndole las heridas mortales con un cuchillo de mayor tamaño.

Del CUAP al Clínic

Tras su detención en el CUAP, J. I. fue trasladado al Hospital Clínic, donde fue intervenido quirúrgicamente debido a la gravedad de la herida en su mano izquierda, que casi le costó la extremidad. Una vez dado de alta, a la mañana del día siguiente, fue llevado a la comisaría de los Mossos en Les Corts, en Barcelona.

Durante las horas que estuvo retenido antes de pasar a disposición judicial, los investigadores del Área de Investigación Criminal de Barcelona interrogaron a los dos compañeros de piso. 

Ambos coincidieron en reconocer que, a pesar de no ser habitual, no era la primera vez que se enzarzaban en una discusión por el futuro de su familia y por el honor. Sin embargo, ese día, ninguno de ellos notó nada extraño en su comportamiento. 

Prisión provisional y sin fianza

Finalmente, el domingo 5 de enero, pasó a disposición del Juzgado de Instrucción 28 de Barcelona, que decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, acusado del primer homicidio registrado en Cataluña en 2025.