Ni la Costa Amalfitana ni la Toscana: este precioso pueblo se encuentra en Cataluña, Miravet

Ni la Costa Amalfitana ni la Toscana: este precioso pueblo se encuentra en Cataluña, Miravet

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Ni la Costa Amalfitana ni la Toscana: este precioso pueblo se encuentra en Cataluña

Uno de sus principales atractivos es su castillo árabe del siglo XIII

Más información: El pueblo con el nombre más corto de Tarragona: tres letras, menos de 600 habitantes y unas impresionantes piscinas naturales

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Si la Venecia catalana es Empuriabrava y el Roc de Sant Gaietà es la Florencia de Cataluña, muchos empiezan a pensar en otros puntos de la autonomía que se comparen con Italia.

El país de la bota tiene muchas similitudes con esta comunidad: el clima, la comida y hasta parte de la naturaleza y arquitectura. De allí que ya se hable de la Toscana catalana o incluso de la Costa Amalfitana catalana.

Dónde está

Algo de eso tiene la zona de Tarragona, una región no tan conocida como la Costa Daurada, interior. De allí que recuerde a la Toscana por su vegetación. ¿Y a la región de Amalfi? Las fotos hablan por sí solas.

El atractivo de este pueblo excede a la zona. Sus calles, su historia, su arquitectura y su gastronomía son también parte de su atractivo. No en vano, alguna vez ha sido destacado por National Geographic. Se trata de Miravet.

Pasado árabe y trincheras de la guerra

Uno de sus principales atractivos es su castillo árabe. Esta fortaleza medieval del siglo XII está considerada el mejor ejemplo de construcción templaria en Cataluña. A eso se le añade un pasado mucho más reciente: en sus bases todavía se observan las trincheras de la Guerra Civil

Resulta curiosa la relevancia que este bastión ha tenido a lo largo de los siglos y cómo la localidad de Miravet apenas llegue en la actualidad a los 750 habitantes, pero, claro, está, los tiempos han cambiado y lo que antes era un punto estratégico en la vía fluvial que suponía el río Ebro, ahora solo es un atractivo turístico de primera magnitud, eso sí.

Un castillo templario

Porque el Castillo de Miravet no solo aportará bonitas fotografías, sino que además regalará a los turistas una buena dosis de hechos históricos que enriquecerán su visita. No en vano, este edificio religioso y militar es de origen árabe y fue conquistado en el año 1153 por los cristianos durante el reinado de Ramón Berenguer IV.

Fue precisamente tras la conquista de la plaza cuando comenzó la relación con la Orden de los Templarios. El monarca se lo cedió al maestre de estos en Hispania y Provenza, Pere de Rovira, quien no tardó en ordenar su reconstrucción al estilo de las fortalezas de Tierra Santa, dotándolo de una capacidad defensiva que anteriormente no tenía.

La Orden del Temple

A partir de ese momento, el castillo ganó importancia por el simple hecho de que controlaba, como se ha expuesto, el paso fluvial. Eso también lo convirtió en un importante centro estratégico e incluso político, habida cuenta de la importancia de la Orden del Temple durante la Edad Media en todos los territorios de la cristiandad. Tanto es así que entre sus muros residía el maestre provincial y albergaba tanto el tesoro como los archivos que los templarios tenían en la Corona.

Destacan especialmente el Patio de Armas, a partir del que se estructuraba la vida en la fortaleza y cuyos muros muestran incluso partes del castillo musulmán, la cocina, el refectorio, la bodega y, por supuesto, sus torres. Entre estas hay que nombrar la Torre del tesoro y la Torre de la Sangre, ya que se cuenta que fue donde se ajustició a los caballeros que no quisieron rendirse una vez que la Orden del Temple se prohibió. El conjunto se puede visitar de martes a domingo para recorrer las 14 dependencias con las que cuenta, así como los tres niveles en los que están distribuidas.

Cómo es el pueblo

A pesar de que el castillo que vigila esta localidad tarraconense es el principal atractivo de la misma, hay que apuntar que el conjunto ofrece una de las imágenes más representativas del medievo catalán. Además, Miravet cuenta con otros encantos que el visitante puede degustar.

Uno de ellos es el tradicional Paso de Barca, en el que un transbordador sin motor (el último que queda en todo el río Ebro) cruza la corriente fluvial simplemente valiéndose de la maestría del barquero para hacerlo y llegar a buen puerto.

Tradiciones templarias

Un paseo por las calles del pueblo es otra de las actividades que no pueden dejarse de lado cuando se acude a Miravet, pues la estrechez de las mismas y la estructura de su callejero ofrecen un viaje al pasado medieval de una localidad donde existe una amplia tradición alfarera.

No en vano, es uno de los lugares donde aún se mantiene vivo el oficio. En la actualidad hay siete talleres alfareros que siguen trabajando las piezas más habituales, como los cántaros, los pitxells o los cadufos. Algunos de estos talleres disponen de pequeños museos que hacen las delicias de los más curiosos y de los amantes de las viejas profesiones. Tan antiguas como la Iglesia Vieja de Miravet, de estilo renacentista y reconstruida sobre la antigua mezquita árabe.

Puntos destacados

En cualquier caso, recorrer las calles empedradas de estilo medieval resulta sumamente encantador. Al recorrerlas, se pueden contemplar también el Molino Viejo, el Portal del Motxi y el Palacio del Comendador.

Otra actividad imprescindible en cualquier visita a Miravet es explorar el Mirador de la Sanaqueta, un punto que regala vistas impresionantes del río, sorprendentes a más no poder.

Cómo llegar

Para llegar a Miravet desde Tarragona, se debe tomar la carretera T-11 en dirección a Reus y enlazar con la N-420 hasta Móra la Nova. Desde allí, se sigue por la C-12 en dirección a Miravet. El trayecto dura aproximadamente una hora, dependiendo del tráfico.

Desde Barcelona, el recorrido más directo es por la AP-7 hasta la salida 34 en Reus, donde se toma la N-420 en dirección a Falset y Móra la Nova. Luego, se continúa por la C-12 hasta Miravet. El tiempo estimado de viaje es de unas dos horas.