Primeras planas

Soraya, Cospedal y los 'ángeles de Charlie'

La vicepresidenta presume de recurrir la ley en 24 horas; Puigdemont y Junqueras, convencidos de que el referéndum se va a celebrar

5 julio, 2017 09:36

La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ha declarado como de pasada que las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil sirven para preservar la integridad territorial y la soberanía nacional. La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha sido más concreta al referirse al caso y a Puigdemont: "Puede pasarse ahora 30 días explicando la ley del referéndum o la de transitoriedad jurídica y puede decir que en 48 horas puede declarar la independencia, pero una cosa está clara, que el Estado ha demostrado que le bastan 24 horas para recurrir esas leyes y obtener su paralización".

No parecen muy inquietas ante la presentación de la ley del referéndum, veinte folios veinte para desmontar un Estado y montar el Estado, prodigio jurídico metafísico que o bien pasa a los anales del papel mojado o será la inspiración de los procesos independentistas del País Vasco, Cartagena y el principado de Vallecas.

Es sabido que las relaciones entre Cospedal y Santamaría son perfectibles, pero ayer parecían John Travolta y Samuel L. Jackson en la escena de arrancada de Pulp Fiction, cuando lo de la parrafada del Libro del Eclesiastés. Muy coordinadas y profesionales. Proporcionada respuesta, juegos florales sobre las potencias del Estado frente a las pedorretas consumadas, las exhibiciones de Puigdemont y el despliegue de amor al prójimo de Junqueras.

portada pais

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Un día más y un día como los demás. Según Jordi Turull, una de las eminencias que ha redactado la gran norma suprema, estamos en la cuenta atrás del referéndum, una advertencia que los medios de Madrid se toman con menos calma que los ángeles de Charlie Mariano. El editorial de El País incurre en el título Ley fraudulenta para referirse a las normas de la señora Gabriela, "acto fundador de un régimen que difícilmente escaparía al calificativo de autoritario", manifiesta la cabecera.

En El Mundo se alude a la fractura social en la pieza sobre la opinión del medio: "Resulta políticamente irresponsable y éticamente inaceptable que Puigdemont, condicionado por una fuerza antisistema como la CUP, sitúe en el disparadero al conjunto de los ciudadanos catalanes, a los que se quiere obligar a elegir entre Cataluña o España, como si ambas opciones no encontraran un encaje en el ordenamiento legal desde hace cuatro décadas".

La gracia del ABC está en que además de incidir en el disparate jurídico el editorialista acuña la expresión anarco-batasunos para referirse a la CUP.

En Barcelona, La Vanguardia tampoco es partidaria, pero su editorial contiene más palos al Gobierno que al Govern: "Desde que el soberanismo planteó su desafío al Estado, la respuesta del Gobierno, y de buena parte de los poderes capitalinos, ha sido decepcionante. Para cualquier catalán, es obvio que el problema no resuelto del encaje de Catalunya en España condiciona, y no para bien, la marcha del país; que es prioritario y reclama máxima atención. Pero nada indica que al Gobierno se lo parezca. Este es un error de percepción cuyo coste se anuncia elevado. El Gobierno que preside Mariano Rajoy, sobre un inquietante fondo de crisis de Estado, parece creer que el quietismo contribuye a la estabilidad. Pero acaso ocurra lo contrario y degenere hasta transformarse en factor de grave agitación social. Quizás no en julio o agosto. Pero sí en septiembre y octubre, cuando la proposición de ley entre en el Parlament y se intente votarla. La falta de propuestas del Gobierno en la actual circunstancia, más allá del recurso a los tribunales, no puede comprenderse en Catalunya. Tampoco en muchos observatorios internacionales".

Cierto es que habrá catalanes que no crean que haya que encajar nada en nada y que ha habido mucho pirómano con piel de cordero y mucho falso bombero.

Federico Jiménez Losantos recomienda aplicar sobre el caso la receta aznariana en su artículo de El Mundo: "El vaticinio de Aznar (antes se romperá Cataluña que España) se basaba en tres sencillos datos: el primero es la diferencia de poder entre un Estado multisecular y una institución que, legal y materialmente, depende de ese Estado; el segundo, el diferente tamaño del Todo, que es España, y la Parte, que es Cataluña; y el tercero y más importante: la división de la opinión pública de Cataluña sobre España es mucho mayor que la de España con respecto a Cataluña".

Y concluye: "Aznar también le indicaba a Rajoy el camino a seguir: actuar sobre esa fractura de Cataluña y apoyar a la parte de la sociedad catalana que no comulga con las ruedas de molino del separatismo, y que, pese a toda la violencia simbólica y real que padece, se niega a romper su participación en la común empresa española. Es un milagro, por la escasa oposición posible a la tiranía político-mediática, pero es".

Suspiros de España es el título de la melancólica tribuna de Antonio Elorza en El País, arqueología sobre la jodienda del Perú del que destaca este párrafo: "Fue un primer ministro inglés, lord Salisbury, quien en la crisis del 98 proclamó que España era un "país moribundo” condenado a desaparecer. Es también entonces cuando desde los nacionalismos emergentes la propia existencia de España resulta negada. Para Sabino Arana, es el país de los degenerados maketos; para los catalanistas, hay un Estado español, no España. Es una satanización del nombre de España que sigue hoy vigente en los medios de comunicación oficiales, tanto vascos como catalanes, e incluso se infiltra en el lenguaje especializado. Así Henry Kamen, al escribir sobre Fernando el Católico, advierte que sería mejor hablar de 'monarquía hispánica', cuando sus estudiados Guicciardini y Maquiavelo escriben sin rodeos España. Fue la objeción que recibí hace tiempo de un excelente historiador catalán. De acuerdo, repliqué, pero entonces habría que comunicarse por el túnel del tiempo con Maquiavelo, Bodino o Montesquieu para hacerles ver su error".

Una de las historias edificantes sobre la recuperación económica y el fin de los desahucios y la pobreza energética es la que firma Alexis González en Eldiario.es. El exministro Soria tiene un regimiento de guardaespaldas que pagamos todos, trinco, tranco, porque las arcas del tío Montoro están a rebosar. Sostiene el periodista: "Quince meses después de dimitir por el escándalo de sus empresas familiares en paraísos fiscales, el exministro de Industria José Manuel Soria sigue gozando de privilegios públicos, como si todavía fuera un alto cargo oficial. A pesar de que ya no tiene derecho, el ex presidente del PP canario dispone de escolta que a lo largo de este año y cuarto ya le ha costado al Estado más de 250.000 euros".

Y añade: "En realidad se trata de dos servicios de protección distintos. Uno es la escolta de dos policías que le acompañan siempre en sus desplazamientos; otro, la vigilancia estática de su chalet en el barrio residencial de Tafira Alta, en Las Palmas de Gran Canaria, por parte de seis agentes en tres turnos las 24 horas. Una custodia que se ha convertido en permanente desde el misterioso asalto a su casa en Nochebuena".

Completa la actualidad la última iniciativa de los compañeros de la CUP, que quieren convertir la Catedral de Barcelona en un centro de artes escénicas y un supermercado popular. Hay recalcitrantes unionistas que están por apoyar el referéndum para no perderse los prodigios y desastres de una república catalana en manos del pueblo cupero.

5 de julio, santoral: Agatón, Antonio María Zacarías, Marino y Teodoro.