Primeras planas

Rasputín Comín y las fases del duelo

El contexto de la exclusiva de Ana Rosa. Palabras de Forcadell en sede judicial: "Soy abuela y quiero estar con mis nietas, por favor no quiero ir a prisión, acato la Constitución..."

1 febrero, 2018 09:42

Periodistas. ¿Hay algo peor? Menuda plaga. Es preferible trabajar en un banco o, mejor aún, vender drogas en las puertas de los colegios. El periodista president se ha derrumbado. El editorialista del proceso, Toni Soler, lo sentenció el mismo martes de la no investidura en un artículo de eldiario.es de Escolar: "Que Carles Puigdemont no será president lo sabe todo el mundo, empezando por él mismo. No lo será porque la justicia española quiere verlo entre rejas y porque un gobierno serio, sobre todo uno que quiere devenir república, no puede dirigirse por vía telemática. Punto".

No hay más que añadir. De las fases del duelo, Puigdemont vendría a estar en la de la ira a tenor de su cascada de mensajes, que reproducimos a continuación por su indudable trascendencia y valor documental:

1) "Volvemos a vivir los últimos días de la Cataluña republicana..."

2) "El plan de Moncloa triunfa. Solo espero que sea verdad y que gracias a esto puedan salir todos de la cárcel porque si no, el ridículo histórico, es histórico..."

3) "Supongo que tienes claro que esto ha terminado. Los nuestros nos han sacrificado. Al menos a mí. Vosotros seréis consellers (espero y deseo), pero yo ya estoy sacrificado tal y como sugería Tardà".

4) "No sé lo que me queda de vida (¡espero que mucha!), pero la dedicaré a poner en orden estos dos años y a proteger mi reputación. Me han hecho mucho daño con calumnias, rumores, mentiras que he aguantado por un objetivo común. Esto ahora ha caducado y me tocará dedicar mi vida a la defensa propia".

El museo de historia que guarda la pluma con la que Artur Mas firmó el decreto de convocatoria del referéndum del 9N de 2014 debe gestionar ya la adquisición para sus fondos de los teléfonos celulares de Puigdemont y Comín

El director de Crónica Global, Xavier Salvador, retrata al exconsejero de Salud, el inimitable, inigualable e inevitable Toni Comín: "Por ese conocimiento estrecho de Comín, que nos ha mencionado en más de una ocasión en el Parlament, nadie se extrañó ayer de que el enterrador de la sanidad del país haya sido, también, el sepulturero del procés. Dirán que no tiene ninguna culpa, que le fue hurtada una información privada o cualquier otra justificación para su figura. Pero, a la postre, Comín es el hombre que ha cavado la tumba del ilusorio republicanismo".

Ay, Comín, Comín, genio y figura, saltarín de la política, intrigante rasputino. Lo de Cagancho en Almagro es poco. Le puede pasar a cualquiera, pero te ha tocado a ti, Comín, que ya es casualidad que todo lo que tocas se rompa. Lo más seguro es que caiga de pie. ¿Pero... y si estaba todo preparado, falso robado acaso?

Beatriz Navarro firma un texto en La Vanguardia en torno a la captura de la exclusiva del programa de Ana Rosa Quintana en los matinales de Telecinco: "¿Descuido o montaje? ¿Bajó la guardia Comín, o hay gato encerrado? No hay unanimidad entre los presentes pero a algunos reporteros en primera fila les llamó la atención la falta de discreción del diputado con el móvil –de hecho un colaborador le avisó al final de ello–. De lo que no hay duda es de que las imágenes y las explicaciones del reportero del Programa de Ana Rosa (Telecinco), Luis Navarro, contrastadas con el repaso a los momentos clave del acto en el que fueron filmadas dan una idea clara del momento en que se enviaron los melancólicos mensajes. Y por mucho que el entorno de Puigdemont diga que lo que vale es lo que dijo en el video distribuido después, a las 20.36, lo cierto es que el mensaje estaba pregrabado y que a esa misma hora Puigdemont se confesaba con Comín con un análisis muy distinto de la situación: “Supongo que tienes claro que esto ha terminado. Los nuestros nos han sacrificado”".

Portada de 'El Mundo' del 1 de febrero de 2018

Portada de 'El Mundo' del 1 de febrero de 2018

A mayor abundamiento en el contexto, Eduardo Fernández entrevista en El Mundolos reporteros del momento: "«Mira sus redes sociales y sus servicios de mensajería. Estamos justo detrás y siempre atentos. Fernando Hernández, mi cámara, ve que hacen algo, yo acerco la vista y veo que pone 'Carles' en el servicio de mensajería Signal. Le digo a Fernando: 'Hay qué ver qué hay allí'. Él consigue coger el plano, pero la persona de seguridad le escribe a Comín y le dice que tenga cuidado con su móvil. Lo vemos porque en ese momento Comín recibe un mensaje, cambia de aplicación y, acción y reacción, se da por aludido, porque se aparta»".

Son tantas las derivadas de la capitulación de Puigdemont. Que Moncloa tiene un plan, que espera que sea verdad que los presos salgan, que se acuerda de Tardà, lo de las calumnias y rumores, su reputación... Arcadi Espada profundiza en su artículo de El Mundo sobre el mensaje número 1: "Pero no es la fragilidad del liderazgo ni el contraste entre el discurso público y el privado lo peor que tienen este centenar de palabras robadas por un periodista en el correcto ejercicio de un oficio que a pesar de vainas como García Márquez o Kapuscinski será siempre un oficio de malvados. Lo peor, y lo que no puedo olvidar, es la frase: 'Volvemos a vivir los últimos días de la Cataluña republicana'. La frase, que ni siquiera fue dicha en el calor emocional de cualquier algarada, sino en la más escueta intimidad, revela el grado de alienación y la textura ofensivamente vanidosa de la mirada que este hombre se dirige a sí mismo y a su fracasado proyecto desleal".

La prensa soberanista cierra filas, aunque nadie da un duro por Puigdemont. Manda la consigna en Twitter de Gabriel Rufián: "Y cuando despertaron, los 70 diputados seguían ahí". Cierto. Son setenta pero no son los mismos, convertido el 130 presidente, como Mas, en más madera para la locomotora del proceso. La columna de Iu Forn en El Nacional refleja el espíritu de que lo que no mata engorda: "Y mientras Ana Rosa concluye que el procés se ha acabado, la realidad dice que esta exclusiva mundial servirá para coser el independentismo. El de la gente y, sobre todo, el de los políticos. Como antes lo ha hecho la reacción al 9N, las cargas del 1-O, el piolinismo, el encarcelamiento y exilio de los líderes y tantos y tantos movimientos que habían acabado definitivamente con una situación que, a pesar de la guerra sucia y el dinero invertido en su contra, volvió a ganar las elecciones".

Seguimos para bingo entonces, aunque se advierte cierta depresión en las prietas filas independentistas. Pilar Rahola ni escribe sobre el caso, que es la versión en mensajería telefónica de alta seguridad de la película El hundimiento.

Como dice la canción, negras tormentas agitan los aires y en la portada de El País le anuncian a Puigdemont que lo tiene clarinete para volverse a presentar. José Antonio Hernández y José María Irujo firman la noticia sobre la inhabilitación exprés o preventiva que les espera a los componentes de la cúpula del proceso: "Si Carles Puigdemont busca nuevas tretas para saltarse el dictamen del Tribunal Constitucional y conseguir su investidura como presidente de Cataluña, el tiempo corre en su contra. Puigdemont y los cuatro exconsellers que le acompañan desde hace tres meses en su fuga de la Justicia quedarán previsiblemente inhabilitados para ejercer cargos públicos a finales de marzo, según fuentes jurídicas cercanas al Tribunal Supremo. Y pueden ser inhabilitados porque la Ley de Enjuiciamiento Criminal permite adoptar esta decisión a quienes ocupen cargos públicos y siempre que se haya dictado auto de procesamiento, el investigado se halle en prisión provisional e incurra en los delitos de terrorismo o rebelión. (...) Solo cabe inhabilitar sin sentencia firme a un cargo público en el momento en que un juez lo procesa y a la vez dicte una orden de prisión. Y siempre y cuando concurra al menos uno de los tres delitos siguientes: terrorismo, banda criminal o rebelión".

De la misma crónica destaca el detalle sobre el comportamiento de Forcadell en sede judicial: "Frente a su dureza para ladear la Ley durante el proceso secesionista en el marco del Parlament, funcionarios del Supremo aún recuerdan los ruegos que lanzó entre lágrimas para que el juez Llarena no ordenase su ingreso en prisión ("Soy abuela y quiero estar con mis nietas, por favor no quiero ir a prisión, acato la Constitución...", soltó, antes de abrazarse a la funcionaria que le comunicó que el juez había decidido imponerle prisión eludible bajo fianza)".

Estremecedor.

1 de febrero, santoral: Cecilio, Brígida, Severo, Trifón, Urso y Viridiana.