Primeras planas

El perdón del papa catalán y vida de Llarena

El abad de Montserrat, contra las cuerdas. Puigverd denuncia las burlas en la opinión pública contra los presos. El efecto de la "revolta dels somriures" en el juez instructor del 1-O

4 febrero, 2019 10:37

Uno de los curas que confesaba en los Maristas de Logroño en los años setenta tenía por mal nombre El Sobas. Mejilla contra mejilla preguntaba susurrante a los niños si se tocaban, cuántas veces, cómo y dónde. Con una mano acariciaba el lomo de las criaturas y con la otra se la debía pelar. Como ya tenía una edad provecta, tras las quejas recurrentes de los padres fue retirado a una residencia para sacerdotes ancianos en la sierra de los Cameros, o por ahí. 

Por esos mismos años operaba en Barcelona un cura apodado mossèn Peta. El hombre disimulaba lo justo, más bien nada. Llevaba calzado masculino, pero con unos tacones de la época de Fiebre del sábado noche y un bolso (mariconeras se llamaban entonces) en bandolera. 

En Montserrat ya son ocho las víctimas del monje Andreu Soler, que se murió en 2008 entre homenajes de la comunidad benedictina tras llevar a imprenta un libro con sus experiencias --las ortodoxas, claro-- con los boys scouts y un prólogo del prócer Pujol. El abad Josep Maria Soler pidió perdón ayer en la homilía. Su voz resonaba con el soniquete típico de los predicadores antiguos, impostada y falsa, nada que ver con la energía con la que ora por los presos y "exiliados". El abad dice que ofrece a las víctimas el "apoyo de la comunidad", pero no renuncia al cargo de papa catalán.

Tras el párroco de Vilobí d'Onyar, mossèn Tomàs, salta el de Constantí, mossèn Llagostera, al que acusan varias víctimas, entre ellas el batería de Els pets, Joan Reig, según informa El Periódico. El cura se llevaba a los muchachos de excursión a los lagos de los Pirineos de Lleida, donde se daba sus homenajes y cometía depredaciones sexuales contra críos de entre 10 y 12 años. Les tocaba y baboseaba en sesiones nocturnas que después dos seminaristas que ayudaban a pastorear a los monaguillos atribuían a pesadillas o a la acción de sus propios compañerines.

La petición de perdón del abad Soler que recoge toda la prensa catalana de papel en portada abunda, según las víctimas, en la hipocresía criminal que permitió a los violadores eludir la acción de la justicia. El "apoyo de la comunidad" que ofrece ahora Soler les produce escalofríos y les recuerda como esa comunidad miró siempre para otro lado. 

Saldrán más casos y habrá más testimonios. Y los rectores de la Iglesia, incluso en Cataluña, no merecerán crédito alguno hasta que no pongan a disposición de la justicia y expulsen de sus parroquias, colegios y abadías a los curas satánicos.

Portada de 'El País' del 4 de febrero de 2019 / KIOSKO

Portada de 'El País' del 4 de febrero de 2019 / KIOSKO

La prensa de Madrid repara en el fin del plazo del ultimátum de la Unión Europea a Nicolás Maduro, dispuesto, como le dijo a Évole, a desatar un baño de sangre. También avisa a Juan Guaidó de que es un hombre joven, demasiado como para arruinarse la vida. Venezuela está en un callejón sin salida. Para Maduro, lo que diga la Unión Europea es puro humo. De la crónica en El País de Lluís Pellicer y Bernardo de Miguel: "Después de que Nicolás Maduro haya desoído la demanda de convocatoria de elecciones que llegaba de las principales cancillerías europeas, Bruselas espera que este lunes España, Reino Unido, Alemania y Francia lideren lo que auguran que será una cascada de países que irán apoyando la presidencia interina de Juan Guaidó en Venezuela. Los intentos de la UE de fijar una posición conjunta para reconocer, al menos de forma implícita, al líder de la Asamblea Nacional se dieron de bruces con una oposición liderada por Italia. Pero en las últimas horas se han ido deshaciendo las reticencias que había en algunos países, como Austria o Hungría, para apoyar a Guaidó. Las diferencias entre los socios comunitarios pueden hallarse en las fórmulas y los tiempos empleados para legitimar su presidencia hasta la convocatoria de nuevas elecciones".

Por su parte, La Razón aporta una encuesta sobre las municipales en Madrid. Gana Carmena, pero no le da la suma para repetir. Analiza los resultados Rocío Esteban: "Si hoy se celebrasen elecciones municipales, la alcaldesa no revalidaría el Palacio de Cibeles, a pesar de ganar las elecciones con el 26,9% de los votos. Sus 16 concejales y 439.000 electores a favor no propiciarían la aritmética para sumar junto al PSOE, que pierde un escaño respecto a los comicios anteriores. Según la encuesta de NC Report, la plataforma de Carmena (Ahora Madrid, ahora Más Madrid pero sin el equipo de Pablo Iglesias, que se retira de los comicios) se dejaría cuatro ediles en cuatro años. La pérdida del PSOE es menor pero confirma que el efecto Pepu no rentabiliza electoralmente al partido de Pedro Sánchez, máximo valedor del exseleccionador de baloncesto. Las medidas estrella de Carmena como Madrid Central, la peatonalización de la Gran Vía o el protocolo anticontaminación no hacen que pueda mantenerse otros cuatro años en el cargo".

Aproximaciones al proceso y miradas contrapuestas en La Vanguardia. Joaquín Luna se atreve a hablar de "rebelión" en el artículo en el que vuelve a denunciar al nobel de la paz fake que quería llamar como testigo la defensa de Jordi Cuixart. Acaba así el artículo: "Me pregunto en qué causa en favor de la humanidad andará metido Ahmed Galai y quién será el primo que le pague ahora el hotel, la manduca y aquel verbo florido con el que animaba alegremente a la rebelión...".

Antoni Puigverd, en cambio, denuncia la generalización de la burla en la opinión pública española respecto a los encausados y fugados: "Los presos ya están en Madrid. Trasladados en autobuses de la Benemérita, han recibido, a pie de carretera, el calor de miles de seguidores. La tenacidad de los militantes independentistas no debería pasar desapercibida. Después de este año de cárcel que ha puesto en evidencia la fuerza del independentismo, en los sectores catalanes contrarios a la independencia y, en la gran mayoría de la opinión pública española, se ha generalizado el desprecio y la burla. Reducidos a caricatura, los indepes son descritos como fanáticos alucinados. Sin embargo, es un hecho que las bases independentistas persisten a pesar de las profundas divisiones estratégicas de sus líderes. Sobreviven al cansancio de tantos años de sueño inútil. Sobreviven a la evidencia del fracaso de la proclamación de una república de opereta".

De burlas y caricaturas precisamente habla Emilia Landaluce en un amplio retrato que realiza del juez instructor del caso, Pablo Llarena: "A principios de febrero, Llarena recibió una carta en su juzgado. Más o menos, explica una fuente de Interior, decía: "Es muy duro ir a un funeral y más si es de los tuyos". Esa fue la primera de muchas misivas amenazadoras. (...) Por esas mismas fechas, Polònia, el programa de imitaciones de políticos de TV3 estrenaba uno de sus primeros gags sobre Llarena. "¿Cómo sería una película de acción de los 80 según Llarena? Prepárate para una experiencia brutal. Nunca habrás visto tanta violencia. ¡Rebelión extrema!". Y aparecían una serie de personajes con ametralladoras disparando contra gente con lacitos amarillos cantando los típicos lemas del independentismo. Aquel fue el primero de muchos sketches supuestamente cómicos que dejaban entrever un Llarena como un tipo enconado, facha, con unos cojones literalmente inmensos (al actor se los ponían postizos). Por ejemplo, en otra ocasión, el cómico travestido de Llarena aparece interpretando una suerte de Gila botando sobre sus testículos. "¿Oiga es la Justicia alemana? ¿Cómo que no hubo violencia con la cantidad de uñas de guardias civiles que se rompieron? ¿O la mierda de croquetas que daban en el Piolín?". La risa y la burla son un instrumento infalible de deshumanización".

4 de febrero, santoral: Aventino, Eutiquio, Juana de Valois, Gilberto de Sempringham y Remberto obispo.