Primeras planas

El Rey y Puigdemont tan felices y las turbulencias del PP

'El Mundo' muestra un sondeo en el que a Rajoy no le quieren ni sus votantes y 'ABC' afirma que en el PP se elucubra con una coalición electoral con Ciudadanos. Otra señal del clamoroso fuera de juego popular

22 febrero, 2016 09:21
ABC:Dirigentes del PP piden a Rajoy ir en coalición con C's el 26-J

El Mundo: La mitad de sus votantes no quiere a Rajoy de candidato

El País: Último intento de pacto en la izquierda con ayuda de Garzón

La Razón: El juzgado de los cursos de formación y los ERE a la UCO: "Busquen por Internet"

Ara: Mobile sense metro

El Periódico: Mobile sin metro

El Punt Avui: Mobilitat amb vaga

La Vanguardia: El Rey y Puigdemont evitan el proceso en su primera cita

Puigdemont es Mas de lo mismo pero con otro aire. Aún no se le ha subido el cargo a la closca, de modo que no necesita hacerse el "hooligan" separata en presencia del Rey Felipe VI. El primer encuentro entre ambos, en el terreno neutral de la cena del "Mobile", discurrió por la senda de la normalidad, lo que es una auténtica novedad en Cataluña. La noticia consiste en que el nuevo presidente de la Generalitat se abstuvo de ilustrar a los asistentes sobre las virtudes milenarias de la patria catalana y el derecho a decidir. Distensión, por tanto, entre Zarzuela y la plana mayor del secesionismo tras el "gesto" de Felipe VI de no despachar en audiencia con la presidenta del Parlament, Carme Forcadell.

La Vanguardia subraya el sorprendente clima institucional de buen rollo y urbanidad. Firma Maria Àngels Alcázar: "No hubo un mal gesto, pero tampoco ninguna mención al proceso soberanista. El Rey y el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, escenificaron ayer a las puertas del Gran Teatre del Liceu un nuevo clima de cordialidad institucional que puso fin a un periodo de desencuentros entre las instituciones catalanas surgido tras el 27-S y la Zarzuela. Don Felipe se vio las caras, por primera vez desde la constitución del nuevo Parlament y del nuevo Gobierno de la Generalitat, con sus más altos representantes, ofreciendo una imagen inédita en el marco de la cena previa a la inauguración del Mobile World Congress (MWC) en la que ni en público ni en privado se hicieron referencias a la situación política de Catalunya, ni tampoco a la que atraviesa España".

Sigue el texto: "En su discurso en la cena, el Rey reiteró una idea que ya ha expresado en otras ocasiones acerca de la necesidad de que las instituciones trabajen juntas, poniendo en esta ocasión, como ejemplo, el éxito del MWC. El presidente Puigdemont, que debutaba en este foro, hizo un paralelismo entre el Liceu y Catalunya destacando que "las duras pruebas" que ha superado el teatro a lo largo de su historia son un ejemplo que demuestra que "pese a las dificultades no hemos de resignarnos a las fatalidades". El resto de los discursos, en los que ambos utilizaron el inglés, el catalán y el castellano, se refirió estrictamente a la celebración del congreso y a las oportunidades para la economía y el progreso tecnológico"".

Salvo La Vanguardia, el resto de la prensa editada en Barcelona se inclina por destacar en portada la huelga de los transportes públicos que ha desnudado a Ada Colau. Difícil tránsito entre el activismo y la realidad política. La alcaldesa es una mujer enérgica y autoritaria. No se ha cortado un pelo con los currelas del Metro y ha deslizado que el sueldo medio del personal de TMB está en los 33.000 euros. No hay peor cuña que la de la misma madera, que es Colau en el papel de patrona/empresaria. El conflicto promete emociones fuertes y contradicciones agudas. La alcaldesa paga la luz a los okupas, pero se lía a palos dialécticos con los trabajadores del suburbano. Dice la primera edil que la huelga "es legítima pero desproporcionada". Empieza a revisar sus propios apriorismo doña Ada.

En Madrid prosigue el desbarajuste. El PP es la zona cero de la política. Le llueven los palos a Rajoy por tierra, mar y aire. De una encuesta de Sigma Dos para El Mundo se deduce que el presidente del Gobierno no es el candidato preferido ni de quienes le han votado. Pone letra a los números Marisa Cruz: "El futuro político de Mariano Rajoy se tambalea. Asegura estar decidido a seguir defendiendo su propuesta de gran coalición y además insiste en que, de convocarse nuevas elecciones, volverá a ser el candidato del PP. Es lo que él y su círculo más próximo desean. Pero cosa distinta es lo que los españoles y, sobre todo, sus propios votantes quieren. Según la encuesta de Sigma Dos para El Mundo, nada menos que el 48% de quienes aseguran haber apostado por el PP y por el propio Rajoy el 20-D considera ahora que el presidente en funciones debería dar un paso atrás y renunciar a ser otra vez el rostro del cartel popular. La apuesta sube hasta el 75% si se tiene cuenta la opinión de todos los electores, al margen de su simpatía política. Los motivos para rechazar así al líder del PP pueden ser variados, pero el que se percibe con más nitidez es la corrupción. Según el sondeo, un 72% de los ciudadanos cree que Rajoy debería dimitir por los continuos escándalos de su partido".

Aún así, hay esperanza para el líder popular: "Las combinaciones de la política, que a veces deparan resultados insospechados, podrían aupar de nuevo a Mariano Rajoy a la Presidencia del Gobierno, incluso pasando antes por una nueva cita electoral. Pero desde luego eso no parece ser lo que desean los votantes, ni siquiera los del PP".

Aún así, hay esperanza para el líder popular: "Las combinaciones de la política, que a veces deparan resultados insospechados, podrían aupar de nuevo a Mariano Rajoy a la Presidencia del Gobierno, incluso pasando antes por una nueva cita electoral. Pero desde luego eso no parece ser lo que desean los votantes, ni siquiera los del PP".

En el ABC, Manuel Marín firma un texto que es la prueba de la desesperación en el partido conservador. Escribe tal que esto: "Pesos pesados del Gobierno y del Partido Popular están sugiriendo a Mariano Rajoy la conveniencia de ofrecer a Albert Rivera la conformación de una «coalición electoral» para acudir junto a Ciudadanos a las urnas, en el hipotético caso de que se repitan los comicios generales el 26 de junio. Antes de que el pasado jueves Rajoy fuese sorprendido en Bruselas comunicando al primer ministro británico, David Cameron, su sospecha de que Pedro Sánchez fracasará y no conseguirá cerrar su investidura con Podemos, ya lleva semanas extendiéndose entre altos cargos del PP la tesis de que repetir las elecciones no servirá de nada a ninguno de los cuatro principales partidos si no se altera a priori el tablero del juego. Por eso, una de las salidas manejadas en el PP pasa por no plantear acuerdos de legislatura post-electorales, sino trabajar discretamente para intentar concurrir junto a Ciudadanos en el «difícil supuesto», admiten fuentes próximas a Rajoy, de que Rivera aceptase".

En el PSOE también deben estar pensando en lo mismo con Podemos. Lástima que ni Rivera ni Iglesias sean tan panolis como para aceptar semejante mojón de idea.

Por la parte izquierda deambulan sobre la hipótesis de un pacto. Anabel Díaz, Francisco Manetto y Elsa García de Blas se ocupan de esa información en El País: "Las fuerzas de la izquierda afrontan la tarde de este lunes una cita decisiva para explorar la viabilidad de un Gobierno encabezado por el líder socialista, Pedro Sánchez, y para determinar si cabe la posibilidad de seguir negociando un acuerdo. Los equipos negociadores del PSOE, Podemos, IU y Compromís se sientan por primera vez a la misma mesa con escepticismo. Las condiciones de Pablo Iglesias, que solo apoyará a Sánchez si este lo acepta como vicepresidente, dificultan la negociación. No obstante, cuando falta poco más de una semana para la investidura, el PSOE está decidido a agotar todas las vías de diálogo".

Y: "Ahora sí se encara el tiempo político que conducirá a la primera sesión de investidura el 2 de marzo, dos meses y dos días después de las elecciones generales. Las cuentas siguen sin salir. El candidato del PP, Mariano Rajoy, dejó pasar su turno sin abrir un proceso de negociación al dar por seguro que no tenía apoyos suficientes para ser presidente del Gobierno. De momento, tampoco los tiene Pedro Sánchez que, sin embargo, no dejará de intentarlo hasta el último momento por si sus interlocutores dejaran de vetarse entre sí".

En la contra de El Mundo, Raúl del Pozo, titula "Puta parió bastardo" para explicarse un lunes de bajas presiones y pasiones. Europa ha muerto, o casi: "Los que no creen en la Unión Europea ni en la moneda única se hacen cada vez más fuertes. «Como Europa está en crisis -dice Tony Blair- ser antieuropeo es popular». Ser popular: he ahí la cuestión, el escrache del bien contra el mal. También, al otro lado del mar, un millonario desequilibrado y racista, puede ser presidente de Estados Unidos atacando a los millonarios. A esa corriente despiadada le llaman populismo; revive aquel adagio florentino tan reaccionario: quien se sostiene en el pueblo se sostiene en el barro. Los nuevos políticos antieuropeos hablan con dulzura a la plebe. Julio Anguita en una entrevista de Gonzalo Suárez en Papel se une a la marea contra el sistema de partidos. «Los viejos partidos -dice- son los capataces del señorito global». Defienden a los indignados que el llamaba «puteados», los que en el canon marxista serían «señoritos pequeños burgueses» o «lumpenproletariado»".

Más: "En todas las ciudades de Europa surgen demagogos contra gobiernos democráticos. Las ideas viejas que se venden como novísimas. La venganza anticorrupción y la peligrosa antipolítica son banderas que llevan los ídolos. Vuelven a prometer cielo, mar y tierra, y el fin de los partidos. La puta que, según Brecht, parió al bastardo está de nuevo en celo y ladra pidiendo la salida del euro. En el sur, el antieuropeismo es de izquierdas, en el centro y el norte, de extrema derecha. (...) Las hordas eurófobas se unen a la peste nacionalista y a los ex rojos, para destruir Europa y los partidos".

Es el apocalipsis. Se ha producido un temblor sísmico del 5'1 en el mar de Alborán.

22 de febrero, santoral: Maximiano de Ravena, obispo Pascasio, Margarita de Cortona y Papías.