Primeras planas

Cumbre en Moncloa: Rajoy y Puigdemont, "cazados"

Los presidentes del Gobierno y el Govern se reunieron en secreto el 11 de enero en Madrid, según 'La Vanguardia'. Munté y Albiol, retratados. Caso Yiannopoulos: católico, gay y ultraderechista

22 febrero, 2017 08:30

Mienten. Mienten como bellacos, cosacos y corsarios. Mienten y todo el mundo sabe que mienten pero aún así resulta imposible no escandalizarse. La portavoz del Govern, Neus Munté, negó este martes que Rajoy y Puigdemont se hubieran reunido. También Xavier García Albiol, que desmentía lo confesado el domingo en TV3 por el delegado del Gobierno, Enric Millo. Tratándose de Munté y Albiol, cabría la posibilidad de que mientan por ignorancia, lo que aún agrava el calado de sus trolas. ¿Qué crédito cabe dar a la portavoz Munté? ¿A qué se mete Albiol a desmentir lo que ha dicho Millo?

Lo apuntaba Iceta. Ese par de pájaros (por los presidentes del Gobierno y de la Generalitat) se han visto. Y lo lleva en portada La Vanguardia para dejar con el trasero al descubierto a Munté, cuya impostura es tremebunda. En cualquier otro sitio que no sea España, esta señora habría dimitido al amanecer.

portada vanguardia

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La reunión entre Rajoy y Puigdemont, explica Lola García, fue amable e infructuosa: "Mariano Rajoy y Carles Puigdemont ya se han reunido. Fue el pasado 11 de enero. En la Moncloa. Los dos presidentes almorzaron juntos y mantuvieron una conversación cordial, pero sin que hubiera acercamiento alguno sobre cómo resolver el fondo del conflicto político en Catalunya. Puigdemont reiteró su voluntad de convocar un referéndum y Rajoy le replicó su negativa a permitirlo. El president insistió en que podían negociarse las condiciones de la consulta (fecha, pregunta...), sin éxito. Lo mismo que ambos han mantenido en público y en privado multitud de veces. El almuerzo tuvo lugar a instancias de Rajoy".

¿Y ahora qué, Munté? ¿Qué decimos, Albiol? ¿Hay o no hay contactos? Otra cosa es que sea un diálogo obtuso porque Puigdemont es el presidente florero, un jarrón chino de plástico cuyos días al frente de la Generalitat están contados. Hay nervios en el Consell Executiu. Cada facción va a lo suyo y pende del alero la hoja de ruta. Ayer, dos funcionarios del TSJC llamaron a las puertas del Palau y a las del Parlament como las entrañables visitadoras de Avon. Les tocó dar la nota del parte del TC que prohíbe el referéndum o referéndum. La Generalitat mantiene sus planes. Posturero.

Bronca en el Senado para que luego digan que la Cámara Alta no sirve de nada. En El Nacional, Estefanía Molina firma el texto en el que relata la agitada sesión en la que la representación de ERC en Madrid dio un paso más en el rufianismo. Escribe Molina: "La presunta Operación Catalunya para desacreditar a políticos independentistas ha devuelto la política española a los años 80 de la guerra sucia del Estado, con el símil hecho por la senadora de ERC, Mirella Cortès, en la pregunta al presidente Mariano Rajoy, durante la sesión de control en el Senado. 'Fabricar informes, comprar periodistas, invertir recursos de fondos reservados... ¿Es la Operación Catalunya un nuevo GAL sin violencia física?', pedía Cortés, entre gritos de la bancada del Partido Popular. '¿Es usted el señor X de la Operación?', remachaba sobre el hipotético cerebro de la trama".

Sigue: "Rajoy se ha plantado entonces, visiblemente molesto. 'La felicito por el tono tan constructivo utilizado en esta cámara', ha dicho, exigiendo a los independentistas de ERC y PDeCAT que dejaran de inventar conspiraciones. 'La última que hemos conocido es la Operación Zanahoria. Eso quiere decir que si yo quiero plantear alguna cosa al presidente de la Generalitat, ustedes no le darán apoyo porque no es lo que quieren. Eso sí es diálogo. Mire, le daré un consejo, aproveche su imaginación para otras cuestiones, porque se lo agradecerá el común de los mortales', ha sentenciado".

Donald Trump no se apea de los medios. El gran indocumentado quiere expulsar de los Estados Unidos a los "indocumentados". En El País se advierte de deportaciones masivas en una crónica de Jan Martínez Ahrens: "El país que se hizo grande con la emigración le da la espalda ahora a más de 11 millones de indocumentados, la mitad mexicanos. Su Administración lo niega. 'No queremos crear pánico ni proceder a deportaciones masivas, sino sólo hacer cumplir la ley', señalan sus portavoces. Pero pocos les creen. Hasta la fecha los agentes tenían como objetivo prioritario la captura de todos aquellos que hubiesen cometido un delito grave. Con las nuevas directrices, este listón queda pulverizado y se 'limitan extremadamente' las excepciones. 'Todos aquellos que violen las leyes de inmigración pueden ser sujetos de los nuevos procedimientos, incluyendo la expulsión de Estados Unidos', establece la directriz".

Del mismo autor es la crónica sobre el caso Yiannopoulos, un tipo sin precedentes que refleja en sí mismo todas las contradicciones del trumpismo: "Milo Yiannopoulos desata un incendio a cada paso que da. Católico, homosexual, poeta fracasado y ultraderechista impenitente, este provocador nato es una de las estrellas de Breitbart, el estridente medio que dirigía Steve Bannon antes de ocupar el puesto de estratega jefe de Donald Trump. Desde esa atalaya extremista, que apoyó los postulados más explosivos del republicano, Milo Yiannopoulos alcanzó una notoriedad que ahora se le ha vuelto en contra. Dueño de un humor patibulario, a sus 33 años ha cruzado un límite que difícilmente podrá superar: en unas entrevistas grabadas en vídeo ha defendido la pederastia e incluso ha bromeado con ella. (...) En las grabaciones, el editor de Breitbart dice, entre otras cosas: 'La atracción sexual hacia alguien con 13 años, que es sexualmente maduro, no es pedofilia'. Y recordando los abusos sexuales que sufrió de niño a manos de un cura: 'No daría tan buen sexo oral si no fuera por el padre Michael'".

Qué salado. Y así es que el alemán Trump y el griego Yiannopoulos son los que mandan en Estados Unidos.

22 de febrero, santoral: Cátedra de San Pedro en Antioquía, Abilio y Pascasio.