Primeras planas

Batas blancas que no se merecen y el pasado de Boye

Tormentosa visita de Sánchez a Barcelona, con escrache de personal sanitario azuzado por el Govern. Sànchez pide el cese de los disturbios. Investigan al letrado de Puigdemont por blanqueo

22 octubre, 2019 09:13

Una parte minúscula del personal sanitario de Sant Pau, médicas y enfermeros, abronca al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Portan sus batas blancas. No están en su tiempo libre o privado, sino en horario de servicio. Gritan a pleno pulmón que quieren la libertad para los denominados "presos políticos" y le gritan a Sánchez que no tiene vergüenza. La imagen es pavorosa, peor que la de la ciudad en llamas. Claro que no representan ni a todos los médicos ni a todos los enfermeros, pero el daño a la profesión es enorme, incalculable. 

Las batas blancas son la esperanza, el cuidado, la generosidad, el consuelo, la vida en su mejor expresión, el uniforme más digno, casi sagrado. Todo el mundo sabe lo que significan porque nadie se libra de la enfermedad. El personal sanitario es, evidentemente, muy libre de pensar lo que quiera, de sumarse a las causas que le roten o le convengan, faltaría más. Pero no deberían manifestarse de uniforme, salvo en materia de reivindicaciones estrictamente profesionales. 

La consejera de Salud de Cataluña se llama Alba Vergés y es de ERC, el partido supuestamente moderado. A ella hay que atribuirle la "operación cientos de heridos" para contrarrestar el efecto de ese policía nacional que se debate entre la vida y la muerte. (Evoluciona favorablemente, lento pero a mejor). También parte del indecente espectáculo en Sant Pau. Está a la altura de su antecesor, Toni Comín

En Crónica Global se cuenta cómo se preparó la encerrona. Es una pieza de Ignasi Jorro de la que destacan un par de párrafos: "En este escenario, Sánchez entró en el hospital y visitó a los agentes de la Policía Nacional heridos. Hicieron las veces de cicerone algunos médicos, con las notorias ausencias de la gerente y de Xavier Borràs, director médico. Sánchez mostró su apoyo a las familias de los lastimados, que estos días se encuentran en el complejo sanitario. A la salida, dos minúsculos grupos provocaron el incidente azuzado por el Govern, orquestado por IAC (Intersindical Alternativa de Catalunya) y amplificado por TV3 que los independentistas repitieron en numerosos vídeos. "Fue una irresponsabilidad. No te puedes manifestar con la bata blanca. Es un descrédito a la profesión médica y un menoscabo a la imagen del hospital", lamentan. "Y poco representativo de la profesión médica, en la que el independentismo es minoritario en Cataluña", agregan".

El desastre es de tal envergadura que requiere explicaciones adicionales como la siguientes: "Pese a esta contradicción, aseveran los médicos consultados que "en Sant Pau se atiende a todo el mundo", de policías a manifestantes heridos. "Es nuestra obligación en cumplimiento de los deberes de la profesión médica", recalcan. A este respecto citan la presencia este fin de semana del jefe de servicio de Oftalmología. "Acudió pese a no estar de guardia porque había activistas independentistas heridos por pelotazos de goma en el ojo. Al mismo tiempo, otro personal del hospital atiende a los efectivos policiales que les hicieron frente. Aquí se cuida y sana a todo el mundo. Los hospitales catalanes, por mucho que algunos se empeñen, no son políticos", apostillan".

No, claro, no son políticos, pero hay una parte ínfima del personal que no lo entiende y se solaza haciendo saber a los pacientes sus opiniones políticas con la exhibición del lazo amarillo prendido en la solapa. Dicen que es libertad de expresión, como la de algunos profesores.

Portada de 'La Razón' del 22 de octubre de 2019 / KIOSKO

Portada de 'La Razón' del 22 de octubre de 2019 / KIOSKO

La estancia de Sánchez en Barcelona no fue fácil. La Razón destaca el maletín antibalas que llevaba uno de los escoltas y en la prensa afecta a la causa procesista denuncian que un guardaespaldas portaba un subfusil. También el diario de Planeta se hace eco de ese detalle en una pieza que firma Susana Campo: "Pese a que el Ejecutivo en funciones trata de quitar hierro a las manifestaciones violentas organizadas por Tsunami Democratic tras la sentencia del procés, el amplio dispositivo de seguridad con el que viajó el socialista a Barcelona refleja lo contrario. Maletín antibalas, el doble de escoltas y hasta subfusil fueron visibles durante la fugaz visita del socialista a la Jefatura Superior de Policía de Barcelona y a los dos hospitales --Sant Pau y Sagrado Corazón de Barcelona-- donde se recuperan los agentes brutalmente heridos durante las protestas".

Horas después del trago, Sánchez protagonizó un mitin de precampaña. De la pieza de Irene Castro en El Diario: ""Estamos restaurando el orden público, poniendo en cintura a los violentos y protegiendo a la sociedad catalana de los violentos y lo estamos haciendo solos", ha aseverado en un acto en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) en el que ha aprovechado a atizar a los "extremos y los radicalismos", en referencia a la derecha y a los independentistas. "Ahí está la derecha y sus tres siglas: cero soluciones y cero lealtad", ha expresado".

Continúa la nota: "El principal reproche ha sido para el partido de Pablo Casado, a quien ha recordado que los disturbios en Cataluña se han producido a raíz de una sentencia sobre "unos hechos acaecidos cuando gobernaba el PP en España". "Por tanto, lo único que pedimos es corresponsabilidad, lealtad, pedimos lo mismo que hizo el PSOE cuando estaba en la oposición: apoyar al estado en un momento crítico", ha afirmado".

Cambio de registro en el discurso de algunos de los condenados. Carme Forcadell concede su primera entrevista. Es a Catalunya Ràdio y el titular más destacado es que "no tuvimos empatía con los no independentistas". También practica la autocrítica en materia de tiempos: "Puede que hiciéramos una lectura precipitada, no deberíamos haber puesto plazos".

También el discurso de Jordi Sànchez contrasta con el de otros presos, como el vehemente Cuixart. Sànchez sale en dos diarios, El Mundo y La Vanguardia. En el primero deja caer a preguntas de Ángela Martialay que "espero que cuando se me aplique el reglamento penitenciario no exista una campaña contra los profesionales de las prisiones en Cataluña". 

Ahí va la cuestión y su respuesta:

-"¿Cree que pasará la Nochebuena en su casa? ¿Cuándo espera acceder al tercer grado? ¿O a un segundo grado flexible?

-Llevo más de dos años en prisión. No sé cuándo podré acceder a los permisos. Creo, y usted lo sabe, que esta Navidad la volveré a pasar en prisión. Con esta ya serán tres Navidades. Sólo espero que cuando se me aplique el reglamento penitenciario como se hace con cualquier otro penado no exista una campaña periodística para dañar la reputación de los profesionales de prisiones en Cataluña. Yo ya sé que algunos me quieren ver, nos quieren ver, cumpliendo íntegramente la condena en la cárcel. Es la España del odio y la venganza fruto de su incapacidad para dialogar, para comprender, para permitir que la política democrática resuelva conflictos y no los empeore. Tarde o temprano el diálogo se impondrá".

Parece anticipar su pronta salida de la cárcel a pesar de que Quim Torra y Pere Aragonès no han dejado de echar leña al fuego con los cien años de condena. 

En La Vanguardia firma la entrevista Isabel Garcia Pagan. Sànchez habla de la violencia y reivindica la revuelta de las sonrisas: 

-"¿Cómo digiere las imágenes de violencia?

-La debemos erradicar, sacarle oxígeno. Hay que volver con urgencia a la política. Quien crea que sólo estamos ante un problema de orden público corre el riesgo de convertir la violencia en estructural. La espiral acción-reacción entre policías y manifestantes es terrible.

-¿Quiénes son los violentos?­ El president Quim Torra habla de infiltrados.

-No podemos frivolizar con los disturbios. La mayoría de nuestros jóvenes no se han dejado seducir por ellos. Pero también es indiscutible que una parte de los que tiran adoquines al lado de profesionales de los disturbios son nuestros jóvenes y adolescentes. No son sólo extranjeros o personas ajenas al independentismo. Entiendo a estos jóvenes, pero no justifico su ira.

-¿Qué tienen que hacer los políticos ante esta situación?

-Los que hemos liderado en uno u otro momento la revolución de las sonrisas tenemos la obligación de explicar que la idea que algunos hacen suya según la cual la no violencia y el pacifismo no llevan a ninguna parte es falsa. Aunque una minoría nos cri­tique en las redes. No hemos venido a ser complacientes con nosotros ­mismos".

Caso Gonzalo Boye. El abogado de Puigdemont está en problemas con la justicia. De la nota de Carmen Lucas-Torres en El Independiente: "La declaración de un colombiano investigado en la Audiencia Nacional en la causa contra la presunta organización criminal liderada por José Ramón Prado Bugallo, alias Sito Miñanco, por tráfico de cocaína y blanqueo procedente de éste, desató el registro practicado este lunes en el domicilio y el despacho del abogado Gonzalo Boye por parte de la Policía. Fuentes de la investigación informan a El Independiente de que la declaración de este investigado ante la jueza de la Audiencia Nacional, María Tardón, a propuesta de la Fiscalía Antidroga hace unas semanas cerró el círculo del "cúmulo de elementos contra Prado Bugallo y personas de su entorno que indican que pudieron llevar a cabo un conjunto de actividades de blanqueo" que los investigadores rastrean desde hace meses".

Grandes muestras de solidaridad en círculos independentistas con Boye. Se infiere sin lugar a dudas en esos medios que la investigación es una represalia por su papel en el proceso. Ningún medio afecto a la causa independentista enseña el perfil del letrado. En El Confidencial, Pablo Gabilondo da cuenta de la semblanza: "Boye, ahora exponente del independentismo, era entonces miembro del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Nacido en Chile en 1965, empezó la carrera de Políticas y Economía en Alemania, sin llegar a concluir sus estudios. Recaló en España a finales de los ochenta y fue detenido en 1992: uno de sus compañeros en el grupo de ultraizquierda le traicionó y sentó la base de su condena por colaboración con ETA, en la que se consideró demostrado que vigiló los movimientos del industrial Emiliano Revilla".

En El Nacional están muy críticos con TV3, televisión a la que reprochan un deficiente seguimiento de la crisis. Pieza de Marc Villanueva alabando en cambio a ETB, que entrevista a un curioso personaje surgido de las barrricadas, un perfil inédito: "Cristian de 28 anys, no parla català: "No me identifico con la violencia, llevo siete noches seguidas manifestándome en Barcelona. He estado mano a mano con los CDR. No todos somos violentos. No es normal que la gente esté sentada y carguen contra ellos. Es una dictadura que no deja decidir al pueblo sobre su futuro". El millor és quan parla del seus pares".

Sigue la pieza: "Cristian: "Sí, mis padres saben que salgo cada noche. Están del lado opuesto, mis padres tienen una mentalidad de derechas, fascista. También salgo a la calle para evitar que gente así siga infestando las calles y hablando mal de Catalunya". Més enllà del tòpic que als CDR només hi ha els fills dels convergents o dels indepes (als qui a Antena 3 anomenen "hijos de puta") hi ha Cristian, fill de família benestant de Ciudadanos, PP o Vox. No cal ni ser de família indepe ni tan sols cal ser català per sortir al carrer. ETB ho va saber veure. A TV3, Katalonski".

Qué grande Cristian que dice que hay que evitar que la gente hable mal de Cataluña. En cuanto a eso de "hijos de puta", lo dijo hace unos días el director general del diario Público, Chema Crespo, en el programa de Susanna Griso en relación a la filiación de los alborotadores.

Llueve y va a llover, según las agencias meteorológicas, lo que permite predecir una cierta tregua y tráfico algo más fluido.

22 de octubre, santoral: Juan Pablo II (Karol  Wojtyla), Moderano de Berceto, Nunilona de Huesca y Verecundo obispo.