Primeras planas

Alarma en Cataluña: 155 o pogromo

El Gobierno tantea un nuevo 155 por si el Govern se pasa de la raya. Los malos catalanes piden auxilio internacional para evitar una tragedia. Un profesor expedientado por no nacionalista

15 mayo, 2018 09:30

¿Y ahora qué? En Madrid maniobran sobre la hipótesis de una reedición del artículo 155. De momento, Montoro se queda al cargo (El Confidencial) y Hacienda auditará las cuentas de la Generalitat con periodicidad mensual. Montoro, toda una garantía de control. Como es sabido, desde que el ministro de Hacienda supervisa las cuentas autonómicas, ni un duro ha ido a parar al proceso. Eso dice al menos el mochuelo tributario.

En La Razón dan cuenta de los preparativos del 155 bis, artefacto rediseñado con un "gobernador" especial en Cataluña (Voz Populi) que se ocupe un poco mientras Millo toca el arpa y contempla con delectación los magníficos artesonados de El Álamo mientras aguarda la llamada de Mònica Terribas o Jordi Basté. 

Corre como la pólvora el último artículo de Javier Cercas, que pide ayuda internacional para detener el pogromo que se avecina: "A veces la historia no se repite como comedia, según creía Marx, sino como pesadilla; es lo que está ocurriendo ahora mismo en Cataluña. El señor Torra lleva razón en una cosa: de un tiempo a esta parte, todo el nacionalismo catalán y dos millones de catalanes parecen haber abrazado las ideas que en los años treinta defendían Estat Català y Nosaltres Sols!; la mayoría de los separatistas no lo saben, claro está, pero eso explica que nuestro nuevo presidente sea el señor Torra. O dicho de otro modo: ayer tomaron el poder en Cataluña aquellos a quienes la mayor parte del nacionalismo catalán, desde los años treinta hasta hace muy poco, consideraba extremistas peligrosos, cuando no directamente descerebrados. En estas circunstancias, no sé si merece ya la pena pedir ayuda a un Gobierno español que ni siquiera ha sido capaz de explicar a la opinión pública europea qué es lo que está pasando en Cataluña; se la pido al Estado democrático, a los europeos, a los españoles y a los catalanes de buena fe —incluidos los separatistas catalanes de buena fe—: hay que parar esta pesadilla".

larazon.200

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"Autodefensa" es el título de la columna de José María Marco en La Razón. Acaba así: "Todo esto debería haberse puesto en marcha desde por lo menos 2015, pero las rutinas y los reflejos adquiridos durante tantos años de inmovilismo diletante ante la construcción nacional catalana han pesado y siguen pesando en los responsables políticos nacionales. Ya no se puede postergar más. Resulta imposible seguir negando la evidencia de que el nacionalismo, aplaudido y ensalzado hasta hace muy poco tiempo como el colmo de la modernidad, lleva a la ruptura de las sociedades en las que prende. Las democracias liberales son incompatibles con el nacionalismo, y aunque haya mucha gente que lo ha descubierto en los últimos meses, es urgente actuar en consecuencia. De hecho, el nacionalismo se va a llevar por delante a quienes sigan negando esta realidad".

En cambio Sostres alaba el gran talento de Rajoy en su análisis en el ABC y escribe: "La investidura de Quim Torra supone una apabullante victoria del Estado. Primero porque deja sin efecto y reduce a mero folclore el 1 de octubre. Segundo porque le ha investido un parlamento que ha salido de unas elecciones convocadas por el presidente Rajoy en virtud de la aplicación del artículo 155 y a la que todos los partidos llamados independentistas se presentaron. Tercero porque el único desafío real -aunque patatero- que todavía el independentismo mantenía al Estado, que era la investidura de Puigdemont y su investidura, se ha desvanecido y todo en Cataluña sigue siendo perfectamente autonómico".

Sin duda, autonomísimo, como prueba en ese mismo periódico la entrevista de Esther Armora a Francisco Oya, profesor expedientado por decir que los catalanes no son una raza superior: "El profesor asegura en su defensa que su intención «nunca fue decir a los alumnos que el nacionalismo catalán es supremacista». «No en su totalidad, pero sí que es un componente importante y tiene una continuidad histórica hasta nuestros días. Esto me parece evidente», concluye.

Pues eso va a ser lo de Quim Torra, cuya cuenta en Instagram ha revisado Ok Diario con sorprendentes resultados en materia de habilidades culinarias del 131 president. Lástima que ya ha empezado a retirar vídeos y fotos y el perfil está medio capado. Qué no habría ahí dentro. 

Además de viajar a Berlín para rendir pleitesía ante el líder supremo de la república blanca de Katalonien, Torra tiene que habilitar un ejecutivo que será el Govern de los comisionados de los presos, según El Nacional. También pretende resarcir a Trapero y devolverle a las funciones del cargo de Major. Per llogar-hi cadires.

La prensa afecta al proceso prevé grandes escenificaciones rozando el larguero de la ley, mucho postureo simbólico. El filósofo Manuel Cruz, en artículo para El Confidencial, clava el cargo y el papel del experto en craneometría: "A Quim Torra le ha nombrado Carles Puigdemont jefe de campaña de las próximas elecciones autonómicas. Para que no hubiera el menor malentendido y nadie se pudiera llamar a engaño al respecto, lo manifestó públicamente en la alocución televisada del pasado jueves, en la que, por si alguien se distraía un momento y no prestaba sostenida atención a sus palabras, dejó claras en diversos pasajes unas cuantas cosas que definían con poco margen para el error el signo del nombramiento".

Ahí es donde entra el tema del despacho, que Ignacio Vidal-Folch aborda en su artículo en CRÓNICA GLOBAL.

En El directe son muy sensibles a los símbolos y elaboran la crítica de decoración sobre otro despacho de Puigdemont, el de Berlín, en una pieza relativa al conejo amarillo y los dos palos de mocho que forman parte del ornamento mobiliario en el búnker.

15 de mayo, santoral: Isidro Labrador, patrón de Madrid, Aquileo Taumaturgo, Simplicio de Cerdeña, Torcuato obispo y Witesindo de Córdoba.