Primeras planas

27-O: Las horas más frenéticas de La Vanguardia

Crónica de Sergi Pàmies sobre los sucedidos en la redacción del diario de Godó durante el choque de trenes. Había otro 155 con un ministro para Cataluña y Junqueras pudo ser 'president'

27 octubre, 2018 11:03

La república proclamada como propuesta de resolución en votación secreta en el Parlament cumple un año. Magnífica efeméride que no tiene correlato en forma de festejos oficiales. Imperdonable falta de reflejos de la Generalitat y de los grupos independentistas. Se imponía alguna performance tipo arriar la bandera española del Palau durante media mañana con cualquier excusa o repetir la foto de las escaleras del Parlament poniendo siluetas de cartón con las figuras de los presos y los prófugos. Denuncia plástica de la emergencia humanitaria en Cataluña. Todos puestos en el mismo punto que ocupaban aquel día del gran octubre de sus vidas. Al lado de Anna Gabriel estaba Mireia Vehí y justo detrás de Puigdemont, Gabriela Serra, que a diferencia del expresidente lucía una sonrisa de oreja a oreja. Y el puño en alto.

Montar una foto de grupo con más de cien personas sólo está al alcance de fotógrafos como Spencer Tunick, el de las masas en pelotas, a quien se podría haber contratado para retratar a los líderes del proceso desnudos. Eso contribuiría más a internacionalizar la causa que los estrambóticos viajes de Torra y Puigdemont. Una estampa de alcaldes catalanes tapándose los genitales con las varas daría la vuelta al mundo. En fin, día triste, desapacible, espeso y melancólico en las filas republicans, además de ser del tipo "¿qué hacías tú cuando se proclamó la república?".

Así es que en La Vanguardia han decidido echar la vista atrás y le han hecho un encargado envenenado a Sergi Pàmies, un reportaje sobre la frenética actividad en la redacción y en la empresa editora durante los días 25, 26 y 27 de octubre. Comprometido texto en el que Pàmies recuerda unas palabras de Godó en la presentación del diario en catalán relativas a la conveniencia de "situarse en el carril central de la moderación”. Y añade a continuación: "No podía prever que aquella autopista metafórica evolucionaría hacia adelantamientos temerarios, cortes de circulación y cambios imprevisibles de sentido".

Sigue la crónica de Pàmies: "Para mantenerse en este carril, pues, el periódico entiende que los equilibrios y las mayorías del momento no justifican una ruptura tan radical como una DUI. Tras muchas conversaciones, se apuesta por un editorial que reclama unas elecciones que, sin debilitar las instituciones y evitando el artículo 155, detengan una cuenta atrás que empezó los días 6 y 7 de septiembre. Javier Godó ha transmitido la necesidad de ser claros y el equipo editorial hace una interpretación del momento que se refleja en la portada".

El titular de portada del 26 de octubre fue "El entorno radical empuja a Puigdemont hacia la DUI". Debajo de esa frase, una foto de Rajoy y este otro titular "El Gobierno consideran el plantón del president como un rechazo al diálogo". ¿Plantón? Pues aquello de Puigdemont de pasar de ir al Senado. El editorial llevaba por título: "Nos llevan contra las rocas".

El 27 de octubre, el titular fue: "Puigdemont insiste en la DUI y aboca a Cataluña a la intervención". Y ya el día 1 de la república, el 28, titula: "Rajoy interviene la Generalitat para convocar elecciones el 21-D". En la parte inferior se recogía la proclamación: "El Parlament declara la independencia, pero no consigue el aval de Europa".

Puestos en situación, sigue el texto de Pàmies: "Si le hicieran un análisis, en la sangre de Màrius Carol encontrarían textos de Gaziel sobre el 6 de octubre de 1934, momentos de vértigo, soledad, responsabilidad, restos de lormetapezam y un furor telefónico digno de Miguel Gila preguntando: “¿Está el enemigo? Que se ponga”. El editorial sale el 26 con una voluntad de influencia que no es ajena al ecosistema político, económico y social que, consciente de la inminencia del choque de trenes, reclama una prórroga o tiempo muerto. (...) Llegan cartas, mensajes y llamadas de lectores que reclaman un compromiso más independentista del periódico. En el fragor de la batalla, Isabel Garcia Pagan trenza todos los hilos de una noticia: las elecciones serán el 20 de diciembre. La noticia salta a la web y cuando Garcia Pagan decide trasladarse al Palau de la Generalitat para asistir a la convocatoria en la que debe anunciarse lo que ya se sabe, sus compañeros la aplauden. Han sido días de mucha tensión y, conscientes de que en una redacción no todo el mundo piensa igual, se evitan frivolidades innecesarias".

Vamos, que había un ambientazo guapo guapo en el periódico, como para alquilar sillas. Unos con la estelada y otros con un cabreo monumental mientras se colapsaba la centralita con llamadas de lectores indepes exigiendo La Vanguardia Republicana. Una cosa de no creer en medio de carreras por los pasillos, murmullos en las esquinas y grupos de whatsapp. El lormetapezam, por cierto, se indica para el tratamiento del insomnio moderado a severo, asegura la wikipedia. 

Como dice el mismo diario hoy mismo, el Govern no está para jaleos conmemorativos de la república secreta, no así Puigdemont. Esta tarde se presenta la Crida en Manresa y hoy es protagonista el expresident de una entrevista de Marta Lasalas en El Nacional. Se muestra ufano por poder presentar "un full de serveis ple de resultats". Sin duda. El titular va en la línea Colomines de los muertos, invocación muy propia en las cercanías de Todos los Santos. "Puigdemont: 'Volem fer la independència sense guerra d'independènia" es el título que encabeza la entrevista y que suena a tortilla sin huevos (que se puede). Ahí va la pregunta y la respuesta que dan pie al encabezamiento: 

-"La posada en marxa de la Crida sembla que ha creat certa confusió al carrer i un cert garbuix de sigles, PDeCAT, JxCat, JxRep, la Crida...

-Si la confusió fos aquesta, beneïda confusió. Em sembla que tenim confusions més preocupants en aquests moments que possibles canvis de noms. Nosaltres estem en un procés bastant innovador des de tots els punts de vista, com a país: volem fer la independència sense guerra d’independència, volem fer independència per fases, a més apel·lant a la República compartida amb la gent que no vol la independència, i a més sense trencar ni amb Europa ni amb l’estat de dret del qual ens sentim deutors. Això senzill no és, referents previs no n’hi ha, poder comparar-nos amb processos similars no ho tenim, per tant, necessàriament hem d’estar d’alguna manera també innovant i fent aportacions, per cert, crec que interessants en el debat polític europeu. Passa el mateix a la política. Estem veient quina és la millor manera de poder cristal·litzar la unitat. Ho vam intentar amb JxCat, jo mateix ho vaig oferir. La manera com vam fer la llista ja transmetia aquesta vocació de transversalitat, qui hi volia veure-hi la segona marca de es va equivocar. A més, així ho diuen els resultats. Això pot generar un punt de confusió? D’acord. Pot ser. Però el que preval és el punt també d’expectativa i la gestió d’aquesta expectativa. La convenció nacional de la Crida crec que respondrà moltes d’aquestes inquietuds i preguntes".

Hace algo más de un año, estaba en otras cosas Puigdemont. Nada menos que gestionando un crédito de 11.000 millones con los chinos. Al final será verdad que pretendían venderle el Puerto de Barcelona a los chinos y confiar la defensa del Estado catalán a la armada de aquel país. Escriben en El Confidencial José María Olmo y Beatriz Parera: "El Govern de Carles Puigdemont solicitó un crédito de 11.000 millones de euros a China para financiar los primeros seis meses de independencia. La Guardia Civil ha descubierto correos en un pendrive intervenido en la operación Anubis que revelan que el Ejecutivo catalán contactó en 2016 con las autoridades de Pekín para tratar de conseguir una vía de ingresos alternativa a la emisión de deuda pública en los mercados financieros internacionales, según recoge un nuevo informe sobre el 'procés' al que ha tenido acceso El Confidencial. Los investigadores sostienen que el encargado de liderar esas gestiones habría sido el actual vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonés, que en aquel momento era secretario de Economía".

Está en todos los ajos Aragonès, que fue un brillante gestor junto a Elsa Artadi del 155, cuya entrada en vigor hoy hace un año nadie celebra tampoco. Lo que podía haber sido aquello... Jorge Sáinz cuenta en Voz Populi que otro 155 fue posible, pero Rajoy, como Puigdemont, también dudó: "El borrador que Rajoy tiró a la basura la mañana del 27 de octubre preveía el nombramiento de un Govern interino de la Generalitat. Se creaba el cargo de ministro para Cataluña, con asiento en el Consejo de Ministros y las funciones propias de un presidente catalán. El ministro para Cataluña tenía su propio Govern, formado por 15 secretarios de Estado que asumían las diferentes consellerías. El 155 que nunca vio la luz dejaba activo el Parlament, con mayoría separatista, pero lo despojaba de sus funciones de control al Ejecutivo. La cohabitación de los dos poderes hubiera sido difícil".

El ministro para Cataluña iba a ser José Luis Ayllón, pero Soraya Sáenz de Santamaría presionó para que se aplicara el 155 electoral. 

Otra cosa que podría haber pasado es que Oriol Junqueras hubiera dirigido el desastre en calidad de president per accident, según la crónica en La Razón de J.Gallego y T. Bolaño, quienes escriben: "La propuesta surgió en la reunión del 25 de octubre en el Palau de la Generalitat, que se alargó hasta pasada la medianoche y aunó a los miembros del Govern y dirigentes de los partidos y entidades independentistas. En aquel convulso encuentro, Puigdemont trasladó su intención de convocar elecciones para evitar males mayores --para no perder la autonomía o poner en peligro la convivencia en Cataluña, entre otras razones, según adujo--, lo que desató un contundente y ruidoso rechazo de algunos presentes --tanto de ERC como del PDeCat--. Ante esta tesitura, el portavoz del Govern, Jordi Turull, alzó la voz y lanzó la oferta. Consistía en que Junqueras tomara la presidencia de la Generalitat, aunque en funciones para que al cabo de tres meses se convocaran elecciones automáticamente. Sin embargo, el líder de ERC estaba dispuesto a asumir las riendas, pero siempre que fuera tras someterse a una sesión de investidura, según confirman diversas fuentes del Govern cesado por el 155. El plan de Junqueras pasaba por declarar la independencia durante la exposición de su programa de investidura, pero la antigua Convergència acabó por replegarse y rechazar ese escenario".

La que sí ha querido celebrar como se merece el primer aniversario del 27-O es la alcaldesa Ada Colau, que ha colocado al Ayuntamiento en la tesitura de reprobar al Rey a rebufo del Parlament. Con lo sonriente que posaba en las fotos con Felipe VI. Colau se "institucionalizó" a marchas forzadas, las mismas con las que ahora pretende volver a su condición de agitadora vendedora de humo utópico que acabará con los desahucios, los crímenes y los alquileres abusivos.