“Llegaremos tan lejos como la gente quiera”. Esta es la promesa que ha lanzado el presidente de la Generalitat, Quim Torra, justo antes de unirse a la manifestación independentista contra la condena del Tribunal Supremo a los líderes políticos del 1-O que discurre la calle Marina de Barcelona.
Ha afirmado que el Ejecutivo catalán tiene la intención de avanzar hacia el “derecho a la autodeterminación”. Reitera de este modo el mensaje que ha divulgado ante unos 700 alcaldes secesionistas en el encuentro mantenido al mediodía en el Palau de la Generalitat, donde ha prometido otro referéndum en un discurso más radical en las tesis. Con todo, ha eludido poner fecha a la nueva votación tras el rechazo que suscitó incluso dentro del Govern.
Petición “de la gente”
Torra también ha explicado que tanto él como otros miembros de la Generalitat como el vicepresidente Pere Aragonès (ERC) porque así lo quería “la gente”. Ha reivindicado que es el “pueblo catalán” el que impulsa el procés y ha dejado claro que le darán una respuesta.
Además, ha insistido en la necesidad de “unidad” de los partidos políticos catalanes. Afirma que es la mejor fórmula para conseguir la “libertad, los derechos cívicos y políticos y, lo más importante, la independencia de Cataluña”.
Derechos de autodeterminación
Aragonès, a su vez, ha insistido en la tesis de que “el derecho de autodeterminación está reconocido en la carta de las Naciones Unidas”, por lo que el Estado debe amparar la votación en Cataluña. Responde de esta forma a la advertencia que había lanzado horas antes la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, de que no se negociaría ningún referéndum porque no está cubierto por el ordenamiento jurídico ni de España “ni de ningún otro país”.
Para el político de ERC, en pugna con Roger Torrent por el liderazgo de los republicanos, esta decisión implica una “interpretación restrictiva” de la normativa vigente. Ha reivindicado la “libertad, la amnistía y el referéndum”, en línea a las palabras del presiente del Parlament.