La grave crisis sanitaria, social y económica causada por el coronavirus se le ha vuelto en contra como un bumerán a Quim Torra. Después de haberse pasado los tres meses que duró el estado de alarma criticando, él y su Govern, la gestión de la pandemia por parte del Ejecutivo central, el presidente de la Generalitat lamenta ahora que los partidos de la oposición en el Parlament le reprochen su mala gestión en los graves rebrotes surgidos en Cataluña.
"El combate contra el Covid-19 no es una carrera de reproches. De la oposición del Parlament espero críticas constructivas como las que yo siempre he hecho siempre al Gobierno español", ha asegurado este miércoles Torra durante su comparecencia parlamentaria.
#President @QuimTorraiPla: “El combat contra la #Covid19 no és una cursa de retrets. De l'oposició del #Parlament espero crítiques constructives com les que jo he fet sempre al govern espanyol”
— Govern. Generalitat (@govern) July 22, 2020
Sin embargo, los hechos son tozudos y un simple repaso a la hemeroteca basta para desmentir las afirmaciones del president, que de forma prácticamente diaria se dedicó, junto a su Govern, a cuestionar las medidas del Ejecutivo central durante los tres meses que duró el estado de alarma. Sus críticas, en clave nacionalista, fueron desde afirmar que "en una Cataluña independiente no hubiera habido tantos muertos", como llegó a sostener la consejera de Presidencia Meritxell Budó --algo de lo que luego se retractó, aunque el propio Torra siguió flirteando con la insinuación independentista del España nos mata en el Parlament-- hasta quejarse por el envío de "1.714 miles de mascarillas" por parte del Gobierno, cifra en la que el conseller Miquel Buch y otros destacados dirigentes creyeron ver una grave afrenta patriótica, por poner sólo dos ejemplos.
Con las competencias plenamente recuperadas desde el pasado junio, el presidente de la Generalitat lamenta ahora que los partidos no secesionistas critiquen la gestión de la Generalitat por los graves rebrotes surgidos en zonas como Lleida y Barcelona y su área metropolitana. Entre esos reproches figuran muchos realizados por los propios médicos catalanes, como la falta de organización, de previsión, de rastreadores, de personal sanitario y de control epidemiológico, que están en sus manos.