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Beatriz Silva (PSC), en la entrevista con Crónica Global / CG

Silva (PSC): "El independentismo va en contra de los valores de la izquierda"

La número 4 de la lista socialista cree que Puigdemont ha querido convertir Cataluña en "un paraíso fiscal" y que la mayoría de los catalanes "son federalistas, pero no lo saben"

14 min

Comunista y feminista. Pero, sobre todo, activista social. Así se define Beatriz Silva (Chile, 1969), número 4 de la candidatura del PSC a las elecciones del 21 de diciembre. Fundadora de Federalistes d’Esquerres, propone un gran pacto de todos los partidos políticos para defender el derecho a la vivienda y luchar contra la pobreza.

—Pregunta. Usted es miembro de Federalistes d’Esquerres. ¿Qué aporta a la candidatura del PSC?

—Respuesta. En Federalistes hemos sido muy activos, haciendo una propuesta positiva que, a la larga, es la única solución para Cataluña, España y Europa. Esta guerra que hemos tenido entre independencia versus mantenernos como estamos no llevaba a ningún sitio. Sabíamos que se debía decantar a una solución que pase por una reforma que tenga el apoyo de una amplia parte de la población.

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—Cuando empezó el conflicto se decía: “Hay que hacer un referéndum y contarnos”. Pero eso no es una solución. No lo es quedarnos como estamos ni romper. En ambos casos, la mitad de la población quedaría descontenta. Incluso nosotros creemos que no hay una mitad de la población a favor de la independencia. Cuando tú preguntas a la gente que elija entre independencia, statu quo y federalismo, gana el federalismo. Cataluña integrada en España en un nuevo marco donde las cosas mejoren, es lo que quiere la mayoría. O un nuevo encaje.

Desde Federalistes d’Esquerres se ha hecho una labor muy académica, de análisis de la situación, de debate. Entre tanto ruido ¿cree que su labor ha llegado a la gente?

—Creo que la gente es federalista, pero no lo sabe. Muchos han votado un programa independentista, pero desean que el proceso acabe de otra manera. El federalismo es complejo, no está en el día a día. Pero la mayoría de la gente es moderada, no quiere la ruptura, no quiere romper con sus amigos, no quiere una crisis económica. No creo que haya nadie en contra del pacto y del diálogo. Son unos pocos los que están radicalizados.

Beatriz Silva, la número cuatro de la candidatura del PSC / CG

Beatriz Silva, comunista y feminista

¿Hay un voto anti-Rajoy entonces? ¿O un rechazo a las políticas de derechas?

—Es contradictorio porque el proceso independentista está liderado por un partido que ha hecho los recortes más importantes de Europa, durante la época de Artur Mas. Decir que se quiere romper con las políticas sociales de Rajoy no es un argumento. No tenemos señales de que si Cataluña fuera independiente, sus gobernantes harían políticas sociales. En muchos temas, el Gobierno de CiU ha estado muy por debajo de España, por ejemplo en inversión en políticas de infancia, que es lo que yo conozco mejor. La media europea es el 2,2% del PIB; en España, el 1,4%, y en Cataluña, el 0,9%. Y no solo en época de crisis.

Cuando se ofrecen esos datos, el independentismo habla del “discurso del miedo”.

—El discurso independentista va en contra de todos los valores de la izquierda. Poner nuevas fronteras no es de izquierdas. Lo de izquierdas es unirnos con otros trabajadores y asalariados que nos necesitan, no solo a nivel de España, sino de Europa. Querer la independencia es insolidario porque se defiende el bienestar para uno mismo sin importar lo que le pase a los demás. Va en contra de la tradición de las izquierdas internacionalistas. Es repetir los mismos errores de la Primera Guerra Mundial, dividir a los obreros de Europa por unas banderas; un obrero tiene más en común con un obrero extremeño o de cualquier otro país de Europa. Da la sensación, cuando oyes hablar a PDeCAT, de que su idea es convertir Cataluña en una especie de paraíso fiscal. Business friendly, que aquí lleguen los capitales… Convertirse en una especie de Andorra o Luxemburgo. Habrá quien esté a favor de esto, pero yo, que soy de izquierdas, no puedo estar a favor.

¿Qué opina de la gestión de ERC?

—Ha priorizado la independencia en lugar de hablar de lo que socialmente está pasando aquí. La crisis ha deteriorado de forma muy grave la situación de diferentes colectivos sociales. El procés permite que no se hable de esto. Y ERC no ha hecho nada por visibilizar eso.

¿Se volverá al debate izquierda-derecha?

—Yo lo espero. La prioridad de esta legislatura debe ser hablar de las cosas de las que no hemos hablado. La crisis ha perjudicado de forma bestial a personas que no tienen ingresos. Rajoy asegura que se ha superado la crisis, pero esto no llega a toda la población. En Barcelona, hay un 20% de personas en situación de pobreza. Son familias que tienen niños y están hipotecando su futuro. Hay una generación de niños que no saldrá adelante porque no hemos hecho nada para que puedan estudiar y ganarse la vida. Les estamos condenando a cronificar su pobreza.

¿No se habla de ello porque la independencia ha tenido un arrollador eco mediático o porque los catalanes somos poco activistas?

—No solo los medios catalanes han ocultado el debate, también a Rajoy le conviene hablar de la independencia. En ambos gobiernos hay personas de derechas a las que no interesa hablar de la pobreza ni de sus problemas de corrupción que tienen en su partido. Sin el procés, estaríamos hablando del caso Gürtel y del 3%.

¿Cómo convive alguien tan marcadamente de izquierdas como usted con un candidato democristiano como Ramon Espadaler tan alejado ideológicamente?

—Esto incomoda a una parte del electorado de izquierdas. Yo soy comunista y activista feminista, y el PSC ha decidido integrar a personas de diferente ideología por el momento excepcional que estamos viviendo. Hay que intentar ampliar el centro, reforzar posiciones que permitan romper la dicotomía independencia-statu quo.

Desde que vivo en España siempre me ha llamado mucho la atención las líneas rojas que se ponen los partidos. Yo crecí durante la dictadura chilena y fue muy difícil recuperar la democracia. Y si se pudo fue porque todos los partidos políticos estuvieron dispuestos a pactar

¿Es provisional o puede ser una nueva forma de hacer política?

—Desde que vivo en España siempre me han llamado mucho la atención las líneas rojas que se ponen los partidos. “Yo no pactaré con este o con aquel”. Yo crecí durante la dictadura chilena y fue muy difícil recuperar la democracia. Y si se pudo fue porque todos los partidos políticos estuvieron dispuestos a pactar. El primer gobierno de concentración para la democracia fue un popurrí de gente muy diversa.

Siempre se ha dicho que en España no hay cultura de coalición. Y el tripartito de izquierdas catalán fue muy criticado.

—Bueno, en Chile ahora mismo no se puede (se ríe). Pero sí, allí ha habido cultura de coalición. El tripartito hizo cosas que estaban muy bien, pero tuvieron una campaña mediática en contra brutal. Creo que la ERC de ese momento trabajó para avanzar en las políticas sociales. Joan Saura (ICV) hizo un gran trabajo en la consejería de Interior al poner las cámaras en las comisarías. Eso tuvo un gran valor.

¿Ve posible reeditar esa alianza de izquierdas?

-Depende de lo que proponga ERC. Si vuelve a proponer independencia o unas elecciones plebiscitarias, evidentemente no es posible. Pero yo, personalmente, creo que debemos estar abiertos a pactar para formar una amplia mayoría, incluyendo a los soberanistas. Si no, no suman los números. Lo ideal sería un gobierno en el que se sintiera representada una amplia mayoría, que no ignore a una parte de la población. Hay mucha gente cansada de vivir en el conflicto permanente y que quiera un acuerdo. No hay un problema entre Cataluña y España. Tenemos un problema entre catalanes.

El PSC va a ser muy criticado por apoyar la aplicación del artículo 155 de la Constitución. ¿Qué opina?

—A mí no me gusta, me siento incómoda con la intervención de las instituciones catalanas. En mi entorno hay muchas personas del PSUC que lo están pasando mal porque lucharon para restablecer esas instituciones tras la dictadura. Pero culpar al PSOE del 155 no es justo porque se ha aplicado por la aprobación de una DUI (declaración unilateral de independencia). Rajoy y Puigdemont son culpables de esa situación, porque les interesaba mantener a un electorado extremo. El PSOE ha luchado por dialogar, por buscar una salida, por encontrar una solución. Aquí se decidió incumplir todas las leyes catalanas y aprobar una DUI. ¿Qué se podía hacer?

Yo he ido a manifestarme por el encarcelamiento de chicos jóvenes que viven en barrios marginales y que no han hecho nada. Pero a nadie le importa. Porque ahora estos políticos estén en prisión preventiva, se organizan grandes manifestaciones. Hay ciudadanos de primera y de segunda clase

¿Cree que hay presos políticos en Cataluña?

—No son presos políticos, son políticos que están presos. No deberían estarlo porque la prisión preventiva se usa de forma un poco abusiva, pero no solo con estos señores. Yo he ido a manifestarme a la puerta de los juzgados por el encarcelamiento de chicos jóvenes que viven en barrios marginales y que no han hecho nada. Les estropean de por vida. Pero a esas manifestaciones van cuatro gatos. A nadie le importa. Porque ahora estos políticos estén en prisión preventiva, se organizan grandes manifestaciones. Siento que hay ciudadanos de primera y de segunda clase. Es como lo que ha ocurrido con las cargas policiales. Me parece deleznable lo que pasó el 1-O, pero parece que la gente ha descubierto ahora las cargas o las torturas. El empresario Juan Andrés Benítez murió por una intervención de los mossos d’esquadra.

¿Qué opina de Ada Colau, con la que comparte activismo?

—Su problema es que no tenía un modelo de ciudad muy definido. Pero valoro positivamente la gestión que ha hecho en su pacto de gobierno con el PSC. En el ayuntamiento todavía hay cargos de la época en la que el PSC gobernaba con ICV y que demostraron un interés por erradicar la pobreza. Se eliminó el chabolismo y se crearon infraestructuras que no son deprimentes, como ocurre en otras ciudades. Eso es gracias a la labor que hizo el gobierno de izquierdas durante muchos años. Es una lástima que Colau haya roto.