El secretario general del PP catalán, Santi Rodríguez, ante la sede central del partido en Barcelona / CG

El secretario general del PP catalán, Santi Rodríguez, ante la sede central del partido en Barcelona / CG

Política

Santi Rodríguez: "Discrepo de Margallo, cae en la tentación de los independentistas"

El secretario general del PPC afirma que ni su partido ni el Gobierno "han hablado de tanques" y califica de "totalitarismo" la "perversión de la democracia" que pretenden los secesionistas

15 mayo, 2017 00:00

Asume Santi Rodríguez (Vilanova i la Geltrú, 1964) la díficl tarea de cohesionar un partido, el PP de Catalunya, para recuperar el terreno perdido en el último ciclo electoral. Elegido nuevo secretario general de los populares catalanes, este respetado parlamentario, enemigo de extremismos verbales, cree que su partido puede volver a ser útil a la sociedad catalana.

-¿Qué es más difícil, ser secretario general de un partido o diputado en un Parlamento hostil por el debate independentista?

-¡Jajaja! Me pillas en el primer mes y con congresos provinciales, por lo que la visión subjetiva es que está siendo más difícil ser secretario general. En el Parlament hay posturas distintas sobre el modelo de sociedad y es normal discrepar, pero en un partido todos trabajamos por el mismo objetivo, por lo que las diferencias de opinión son más difíciles de gestionar.

-¿Cuál es el objetivo del PP ahora?

-Trasladar nuestro proyecto político a cuanta más gente mejor y lograr los máximos niveles de representación. En 2012 tuvimos los mejores resultados del PP en Cataluña, pero en 2015, por muy diferentes motivos, tropezamos y tuvimos una caída importante. El principal objetivo es recuperar la fuerza que tuvimos.

-¿La fuerza que se perdió a favor de Ciudadanos?

-No nos preocupa tanto quien se ha llevado ese electorado, sino haberlo perdido. Debemos valorar qué ha motivado que un grupo de catalanes haya perdido la confianza en nosotros. Haciendo un símil económico, debemos ser útiles a la sociedad para que “nos compre”.

Ha habido voluntad desde el primer día, y quienes lo niegan son los que hablan de 'operación diálogo'. Ha habido voluntad de hablar de todo, menos de los límites territoriales de España o de un referéndum de autodeterminación

-Usted está considerado como un parlamentario más didáctico, más jurídico que provocativo ¿Ese es el discurso que debe tener el PPC?

-No es una estrategia, es que yo soy así. Cuando defiendo temas me gusta prepararlos a conciencia, me gusta aprender, tomar decisiones y compartirlas con conocimiento de causa. A mí me ha sorprendido ver cómo se hacen determinadas leyes, sin tener presente que lo que tu estás debatiendo va a tener consecuencia en la sociedad. Un ejemplo es el “impuesto de la CUP” que se aprobó en el último Pleno.

-¿El “impuesto de la CUP”?

-El impuesto sobre los activos no productivos de las empresas. El PP ya advirtió de que si esa ley pretendía evitar el fraude, lo que en realidad haría sería legalizarlo. El nuevo tipo impositivo es muy bajo, por lo que a aquel que cumple la ley, no defrauda y paga el impuesto de patrimonio, le sale más a cuenta ponerlo a nombre de una empresa y pagar el impuesto de la CUP porque pagará mucho menos.

pp santi rodriguez catalan

pp santi rodriguez catalan

Santi Rodríguez, secretario general del PPC, en un momento de la entrevista con Crónica Global

-Me viene a la cabeza aquello del Govern dels millors, el gobierno de los mejores…

-Ni ellos mismos lo mencionan ya. El proyecto independentista lo eclipsa todo. Los medios de comunicación en general prestan casi una atención en exclusiva al procés, por lo que el resto de la actividad parlamentaria que interesa a la gente no sale publicado. También es verdad que se está haciendo demasiada política con 140 caracteres. El político busca un titular. Cuesta contraexplicar las consecuencias de la independencia. Por ejemplo, es difícil explicar en 140 carácteres lo complicado que sería pagar las pensiones en una Cataluña independiente.

-¿La llamada operación diálogo iba en ese sentido de hacer más pedagogía?

-Lo que se intentaba era contrarrestar una corriente de opinión de que no había por parte del Gobierno voluntad de dialogar sobre los problemas de Cataluña. Ha habido voluntad desde el primer día, y quienes lo niegan son los que hablan de operación diálogo. Ha habido voluntad de hablar de todo, menos de los límites territoriales de España o de un referéndum de autodeterminación, que no puede decidir ni el presidente del Gobierno, ni el Gobierno, ni el PP ni siquiera el Congreso. Es algo que afecta a todos los españoles.

-Según los independentistas, esa voluntad del Gobierno ha fracasado.

-Entiendo que Puigdemont se sienta fracasado. Pero hay ejemplos de que, cuando hay diálogo, las cosas salen adelante. La candidatura de Barcelona como sede de la Agencia Europea del Medicamento, los Juegos del Mediterráneo o Sant Jordi como patrimonio inmaterial de la Humanidad. Eso les sabe mal, claro.

-¿El pacto del PP con el PNV para sacar adelante los presupuestos del Estado también es un ejemplo?

-Es un ejemplo de que hay una vía que produce resultados, y otra vía que no.

-¿Habrá referéndum?

-Referéndum de autodeterminación con todo lo que ello significa, es decir, legal y con garantías democráticas, rotundamente no. Puede haber otra cosa, que no sé cómo le llamarán.

-¿Qué le parece las palabras del exministro José Manuel García-Margallo sobre la necesidad de intervenir urnas y asumir el control de los Mossos?

-Margallo tuvo responsabilidades de gobierno y entiendo que es sincero cuando, ahora que no es ministro, va explicando lo que él considera que puede ser la solución. Discrepo, evidentemente, de sus planteamientos. Alguna vez hemos tenido ocasión de hablar con él y precisamente le habíamos reiterado que el objetivo del independentismo no es tanto hacer méritos para lograr la independencia, sino provocar que otros hagan deméritos para facilitarla. Margallo hubiera caído en esa tentación. Afortunadamente, Rajoy no.

-Hay dirigentes del PP que aseguran que una parte del electorado hubiera preferido una reacción como la que plantea Margallo el 9N.

-Es cierto que hay un sector que sería más contundente en las medidas que hay que tomar. Pero la responsabilidad de un gobernante no es dejarse llevar solo por los impulsos, sino actuar con proporcionalidad, razón, sensatez y valorar las consecuencias de determinadas actuaciones. El objetivo principal de los independentistas es provocar una irracionalidad del Gobierno. Quien ha hablado de tanques no ha sido ni el Gobierno ni el PP. Han sido los propios independentistas. Quien ha amenazado a los funcionarios han sido los propios independentistas.

-Por sus palabras, entiendo que se identifica con un discurso más moderado, mientras que Albiol está identificado con una postura digamos más contundente. ¿Hay un reparto de papeles?

-No creo que haya incompatibilidad entre imágenes más contundentes o más firmes, y otras más argumentales, más de persuasión. Discrepo de la hipotética contundencia del presidente del PPC. Si Albiol ganó dos veces las elecciones municipales en Badalona es porque ha sabido contactar y empatizar con sus vecinos. Más que contundencia, es firmeza en las convicciones, que se puede expresar de forma más seria, pero el objetivo es el mismo.

-¿Prevén una campaña electoral crispada para el PP?

-Para nosotros, cualquier campaña es dura. Estamos luchando en un ambiente hostil. Nuestro objetivo es superarnos y cuando has tenido un bajón, te tienes que rehacer, tienes presión. Antes se manifestaba explícitamente el cordón sanitario contra el PP, pero aunque ahora no lo haya, es una realidad importante. Hay un 10%, nada desdeñable, de catalanes que votan al PP. Y en España ganamos elecciones. No merecemos ese nivel de rechazo. Y me duele decirlo porque somos tan catalanes como el que más. Y no deberíamos jugar en un campo extraño, es nuestro campo. Pero tenemos el estigma de que somos de fuera.

El kafkianismo ha llegado a la Mesa del Parlament. Nos dicen que las leyes que no son justas hay que desobedecerlas. ¿Y quién decide qué leyes son justas? ¿La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, o la CUP?

-¿Qué le parece que haya una ley de desconexión escondida en un cajón para evitar el debate parlamentario o que los independentistas rechacen todas las comparecencias pedidas por la oposición en el comisión Vidal?

-El kafkianismo ha llegado a la Mesa del Parlament. Nos dicen que las leyes que no son justas hay que desobedecerlas. ¿Y quién decide qué leyes son justas? ¿La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, o la CUP? Eso que lo llamen como quieran, pero eso democracia no es. Los independentistas utilizan las instituciones para pervertir la democracia y eso tiene tintes totalitarios. Me extraña que CDC y ERC caigan en eso, no me extraña de la CUP, cuyos referentes son países totalitarios.

-¿Por qué Junqueras genera tanta fascinación en Madrid?

-No creo que en Madrid haya esa visión, pero el hecho de que Junqueras esté en segundo plano, haya optado por un perfil no radical para no meterse en líos y, desde un punto de vista demoscópico, tenga más posibilidades de ganar las elecciones, le da una proyección que él mismo intenta no estropear. Intenta mantener ese halo de divinidad por el que puede pasar el futuro de la Cataluña autonómica.

-Pedro Sánchez defiende en su nuevo programa como candidato a las primarias del PSOE una España plurinacional, pero solo desde el punto de vista  cultural ¿está de acuerdo con esa definición e incluirla en la Constitución?

-Creo que demuestra su absoluta ingenuidad y absoluta incapacidad para ser el secretario general del PSOE. Precisamente uno de los argumentos del nacionalismo catalán ha sido perseguir el reconocimiento de Cataluña como nación, sea como sea, culturalmente, lingüísticamente... para justificar los derechos históricos de la nación. Ese es el error de Sánchez, intentar contentar a unos pocos con una afirmación que luego es utilizada por una minoría para lograr sus objetivos. Les da base histórica y legal para exigir el derecho a la autodeterminación, que no se puede vincular ni siquiera a las naciones, solo a las colonias. Y Cataluña no es una colonia de España.