El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez / EFE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez / EFE

Política

Sánchez se decanta por esperar hasta las elecciones autonómicas de mayo

El líder del PSOE está a la expectativa del gobierno que pueda formar la derecha en Andalucía para reivindicar el centro y ganar tiempo

4 diciembre, 2018 00:00

Las elecciones andaluzas, con el descalabro de los socialistas, y el posible gobierno autonómico con los partidos de derecha no cambiarán los planes del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pese a las dudas de las últimas semanas. Sánchez desea llegar, como mínimo, hasta las elecciones municipales, autonómicas y europeas de mayo de 2019. Sin embargo, en las últimas horas sus máximos asesores en la Moncloa han introducido un cambio que supone generar una duda: ¿y si se convocaran en el mes de marzo, en el caso de que ese gobierno de derechas, con Vox, se acabe constituyendo?

Las dudas están ahí. El mapa político puede cambiar por completo después de las elecciones andaluzas, con la representación de Vox en muchos municipios y autonomías. Esa situación, que, además, deja a los socialistas andaluces en la estacada, se une a la presión de los independentistas, y a la erosión que supone en el Gobierno español que el centro-derecha insista una y otra vez en que está en manos de los partidos “separatistas”.

El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos / EFE

El secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos / EFE

José Luis Ábalos, secretario de organización del PSOE

La posibilidad de marzo

Sánchez pondrá todos esos elementos en común en la ejecutiva federal del PSOE que se celebra este martes. Serán unas 50 personas, que deberán analizar por qué el socialismo andaluz ha cosechado los peores resultados de su historia, y qué se puede hacer para retener la Junta de Andalucía, si se negocia o no la propia presidencia con Ciudadanos, y la abstención de Adelante Andalucía. Son 14 diputados menos y más de 400.000 votos.

Eso es lo urgente. Pero lo necesario será saber acertar, para los intereses socialistas, en qué momento Pedro Sánchez decide convocar las elecciones. Analistas como Iván Redondo se inclinan, desde la Moncloa, por este mes de marzo, siempre que para entonces ya esté formado un gobierno de derechas, con la inclusión de Vox, en Andalucía.

Sin presupuestos

Sánchez, sin embargo, quiere esperar. La prueba definitiva del poder que alcanza Vox y de los pactos que pueda establecer el conjunto de la derecha se producirá en las elecciones de mayo. Si en ese momento, los socialistas pierden poder, porque Ciudadanos opta por acuerdos con el PP o con los representantes que pueda tener Vox, el PSOE podrá otorgarse el centro político y acudir a las urnas con esa denuncia sobre cómo el centro-derecha ha incorporado, de forma natural, un elemento de ultraderecha que en Europa se orilla y se deja en la oposición. Hacerlas coincidir con las autonómicas y municipales, aunque no se descarta, se ve demasiado complicado. Demasiadas urnas, lo que significaría jugárselo todo a una carta.

¿Arriesgado? Sánchez no puede hacer otra cosa, a la espera de poder aprobar algunas medidas, a través de decretos ley, que muestren el catálogo político del PSOE. Aprobar los presupuestos ya se ve muy lejano, porque tampoco puede el Gobierno dar ahora una imagen de que pide al independentismo una ayuda, que, por otra parte, tampoco quiere ofrecer.

Susana Díaz, en el momento de depositar su voto / EFE

Susana Díaz, en el momento de depositar su voto / EFE

Susana Díaz, en el momento de votar en las elecciones andaluzas

Erosión del propio PSOE

Hay un factor que tiene en cuenta Sánchez. El juicio a los políticos independentistas presos comenzará en enero. Supondrá un desgaste enorme para el Gobierno, por las protestas y agitación que prepara el independentismo. La sentencia podría llegar en verano, después de las elecciones municipales y autonómicas. Sólo después de esos comicios, y del final del juicio, se podría preparar una estrategia para las elecciones generales. Eso supone que serían en otoño de 2019.

Sánchez también tiene en cuenta la propia erosión que se pueda producir en el seno de los partidos de centro-derecha de cara a formar gobierno en Andalucía.

¿Y Susana Díaz?

El problema, sin embargo, es que esa erosión puede afectar al propio PSOE. Los socialistas deben gestionar una posible sustitución de Susana Díaz al frente del PSOE andaluz. Díaz se niega, por ahora, a dimitir porque sostiene que ha ganado las elecciones, aunque no pueda formar gobierno. La relación de fuerzas en el seno del PSOE es favorable a Sánchez, pero las heridas todavía siguen abiertas y el peligro de una convulsión interna no se ha conjurado.

Toda España sufre ahora la enorme sorpresa que ha significado la irrupción de Vox, producto, en gran medida, del proceso independentista en Cataluña.