Gabriel Rufián, ganador por ERC de las elecciones generales en Cataluña, en un mitin electoral de los independentistas / EFE

Gabriel Rufián, ganador por ERC de las elecciones generales en Cataluña, en un mitin electoral de los independentistas / EFE

Política

Los resultados del 10N abren la batalla de ERC y el PSC por el Parlament

Republicanos y socialistas se consolidan como fuerzas mayoritarias en la autonomía pese a los nubarrones del radicalismo independentista y constitucionalista en el horizonte

10 noviembre, 2019 23:24

ERC y PSC. Los resultados de las elecciones generales del 10 de noviembre consolidan a republicanos y socialistas como fuerzas a disputarse el triunfo en unos eventuales comicios al Parlamento catalán. Las dos fuerzas, primera y segunda en Cataluña, se consolidan como primeras opciones en el terreno independentista y constitucionalista, pese a la recomposición intrabloques y la amenaza de los radicalismos en ambos campos.

Gabriel Rufián y la cúpula de ERC celebran su victoria en Cataluña / EFE

Esquerra repitió victoria en una cita electoral para elegir representantes al Congreso en la autonomía. Los de Gabriel Rufián perdieron cerca de 170.000 votos, pero mantuvieron 13 electos de los 15 logrados en las pasadas elecciones, las del 28 de abril. Todo ello pese a la zozobra de la sentencia condenatoria del procés, que utilizaron sus rivales secesionistas para inflamar el clima político, en algunos casos con violencia. Junts per Catalunya (JxCat), los neoconvergentes que pilota el expresidente catalán prófugo, Carles Puigdemont, ganaron una acta, pero su avance fue mínimo: 17.000 votos más respecto al medio millón cosechado el 28A. Laura Borràs, candidata que cuenta con el aval de Waterloo (Bélgica), celebró los resultados, pero no pudo esconder que la formación ya no es hegemómica en el nacionalismo catalán. Ese cetro ha pasado a su rival histórico. Tampoco menor es el hecho de que la CUP ha entrado en la cámara baja en la primera ocasión que concurría. Logró 240.000 vots y dos actas, a pocos miles de sufragios del tercer diputado por Girona. Los radicales podrán imprimir presión sobre Rufián, aunque nunca cuestionar la primacía del histriónico diputado, ahora criticado por blando por los independentistas esencialistas o hiperventilados, partidarios de la unilateralidad.

El PSC, carril central del constitucionalismo

Sí podría cuestionar ese nuevo rol de árbitro de ERC en Cataluña el PSC. Los socialistas, que presentaban de nuevo a Meritxell Batet como cabeza de cartel por Barcelona, son ahora el carril central del constitucionalismo. Aguanta el partido hermano del PSOE en el territorio la segunda plaza en las generales en la autonomía. Cede casi 180.000 votos, pero resiste los 12 representantes al Congreso de Diputados. Los resultados son un aval a la estrategia de Miquel Iceta, primer secretario del PSC. Iceta tendrá mucho que decir en unas futuras elecciones al Parlamento regional. Tanto que el 10N lo ha colocado en la parrilla de salida de líder del constitucionalismo moderado, apeando a un Ciudadanos hundido.

Si el dirigente socialista revalida ese papel de aglutinador del constitucionalismo, es por méritos propios --aguantar el envite del independentismo-- pero también por deméritos ajenos. El mayor de ellos se le debe atribuir a Ciudadanos. Vencedor en las elecciones autonómicas del 21 de diciembre de 2017 en Cataluña con 935.000 votos, los de Inés Arrimadas ya cayeron a cinco diputados y 439.000 papeletas el 28 de abril. Esta vez se hunden a 213.500 sufragios y dos actas. En otras palabras: Cs pierde más de la mitad de votos y escaños en Cataluña en apenas seis meses, el 77% en dos años. Especialmente doloroso es el hecho de que pesos pesados del partido como Fernando de Páramo, José María Espejo-Saavedra y Carina Mejías queden sin acta. Un hecho que complica la necesaria renovación de la formación naranja, que en esta plaza lleva el nombre de Lorena Roldán. Si la diputada sería capaz de revalidar la victoria de Arrimadas en Cataluña en 2017 es una incógnita. Una más en el campo naranja. Muy distinta fue la noche electoral en la sede del PP de Barcelona. Los de Cayetana Álvarez de Toledo no solo aumentan votos en pleno huracán Vox (pasan de 200.000 a 283.000 papeletas), sino que suman una diputada: la exdelegada del Gobierno en Cataluña, María de los Llanos de Luna.

Aval al Vox de los Garriga

Más reflexión merecerá el papel de En Comú Podem-Guanyem el Canvi en Cataluña. La lista del abogado independentista Jaume Asens se ancla en los siete electos, pero pierde 65.000 votos en el territorio. Estuvo a punto la confluencia de izquierdas de ceder la séptima acta por el pressing de la CUP en Girona. ¿Resultados meritorios de Asens y los suyos? Depende. La marca de Pablo Iglesias en la región ha pasado de ganar las elecciones generales en Cataluña en junio de 2016 con 12 diputados y casi 850.000 votos --entregada entonces a un Xavier Domènech que dimitió-- a quedar relegada a la cuarta posición empatada con el pantanoso espacio político de JxCat. Ello perjudica a Podemos a nivel nacional, y abre un debate de cara a la próxima renovación de cargos de la dirección de Catalunya en Comú. La alianza de izquierdas que comanda desde la sombra Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, es hoy poy hoy una fuerza menos relevante que en 2016 en la autonomía. Se imponen cambios en un escenario en el que el debate identitario en esta plaza lo manchará todo.

Pablo Iglesias después de los resultados del 10N / EUROPA PRESS

Quien sí lo tiene todo por delante en una cita electoral en el Parlamento catalán es Vox. La fuerza de los Garriga --Ignacio como cabeza de lista por Barcelona y Joan como presidente en esta provincia-- logró 240.000 votos, 60.000 más que seis meses atrás. Aseguró el segundo diputado por Barcelona --Juan José Aizcorbe Torra-- y superó a Ciudadanos como sexta fuerza con más apoyos en esta comunidad. Queda Vox bien posicionado de cara a unos comicios al hemiciclo regional, sobre todo teniendo en cuenta el empuje en la provincia de Tarragona, donde supera el 8% de votos y vapulea a Ciudadanos, al PP y a la CUP. El partido verde ha deglutido parte de los restos de Cs en la autonomía, pero sigue siendo insignificante en Cataluña. Asimismo, ha aprendido que un PP fuerte es inalcanzable en condiciones normales, como ha ocurrido en el caso de Barcelona, donde los populares les han sacado más de 40.000 votos gracias a una dura campaña de Cayetana Álvarez.

Queda muy lejos Vox del carril central del constitucionalismo, ocupado por el PSC. Arremetió contra este partido ultra en la noche electoral el ex primer ministro francés, Manuel Valls. Precisamente, el ahora concejal en el Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado su intención de presentarse a los comicios al Parlament. El factor Valls podría decantar la balanza de una batalla que, por ahora, es entre dos: ERC y PSC.