Barricada en la universidad UPF contra la sentencia que obliga a impartir un 25% de castellano / SEPC

Barricada en la universidad UPF contra la sentencia que obliga a impartir un 25% de castellano / SEPC

Política

Así han resistido los jóvenes que apoyan el 25% de castellano en las aulas en la UPF

Diez miembros de S'ha Acabat! saltaron las vallas y las barricadas de los estudiantes independentistas y lograron acceder a las clases en un acto simbólico en contra de las "huelgas ideológicas"

1 junio, 2022 00:00

Ha sido un acto simbólico, admiten sus protagonistas, pero importante si se tiene en cuenta el poder que el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC) tiene en las universidades catalanas. Una decena de miembros de S’ha Acabat!, asociación estudiantil que defiende la neutralidad en los campus, ha hecho frente a la huelga convocada en la Universitat Pompeu Fabra (UPF) para protestar por la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que obliga a impartir un 25% de horario lectivo en castellano. Contrarios a una huelga que consideran ideológica, estos alumnos han saltado las vallas y las sillas que habían sido colocadas como barricadas, y han entrado en las dependencias de la universidad.

Previamente, el rectorado había anunciado la suspensión de la actividad académica “hasta nuevo aviso” debido a la “ocupación del campus de Ciutadella”.

Exámenes finales

Tal como se puede comprobar en los vídeos incluidos en esta información, 10 integrantes de S’ha Acabat! han logrado llevar a cabo esa acción simbólica “ante una nueva huelga ideológica impuesta y que impedía el paso a la biblioteca a pocos días de que comiencen los exámenes finales”, explica a Crónica Global la presidenta de S’ha Acabat!, Julia Calvet.

Los alumnos recibieron un comunicado de los decanos en el que se informaba de la suspensión de las clases, “no se posponían como decía el rector. Había una huelga impuesta por parte SEPC. Llevan haciendo varias huelgas este año por el mismo motivo, la defensa del catalán”, añade Calvet, quien denuncia la imposición “de un derecho a huelga que no beneficia a nadie”.

Pasividad del rectorado

El grupo contrario a los activistas secesionistas, que pasaron la noche en el campus, habló con el vicerrector para pedirle que les abriera las puertas del centro, pero finalmente optaron por “saltar las vallas como acción simbólica para acceder a las clases”. “Hay que ser conscientes de la capacidad limitada que tenemos. El SEPC actúa con la mirada cómplice de la universidad”, remarca la entidad.

“S’ha Acabat! --añade-- ha reivindicado su derecho a ir a clase y a no callar ante los radicales que discriminan a quien piensa distinto”, concluye.