Han pasado casi dos meses desde que se celebraron los comicios catalanes, pero todavía se desconoce si habrá investidura o si el empecinamiento de Carles Puigdemont en ser investido a distancia provoca un adelanto electoral. Las diferencias entre Junts per Catalunya y ERC mantienen bloqueadas las negociaciones, en las que poco o nada se ha hablado de programas de gobierno. Sin embargo, el entorno de Puigdemont ya piensa en el reparto del botín, es decir, en la designación de los futuros consejeros del ejecutivo catalán.
Lo hace de forma unilateral, es decir, sin consultar a ERC y PDeCAT, lo cual no ayuda a recomponer la unidad secesionista.
Vallory, el gran discutido
Uno de los nombres que genera más rechazo entre republicanos y el partido convergente es el de Eduard Vallory, director --que no ideólogo— de Escola Nova 21, un nuevo proyecto educativo inspirado en los países nórdicos que genera amplio consenso entre las formaciones independentistas y que está financiado por La Caixa.
Sin embargo, el controvertido carácter de Vallory le ha ganado muchos enemigos, tanto en la comunidad educativa como en ámbitos políticos, a lo largo de su carrera en la Administración, impulsada por Andreu Mas-Colell, quien en 2000 le nombró su jefe de gabinete en la consejería de Universidades. Sin duda, la sombra de Mas-Colell , el gurú económico de Artur Mas, sigue siendo alargada, pues entre los protegidos del exprofesor de Harvard figura Elsa Artadi, que suena como presidenciable si, finalmente, Puigdemont decide dar un paso al lado. O la exconsejera de Educación Clara Ponsatí, fugada en Bruselas.
Procedente del 'escoltisme'
Procedente del mundo del escoltisme catalán, Vallory también colaboró con el expresidente socialista Pasqual Maragall. A juicio del equipo de Puigdemont, su perfil transversal le convierte en un buen candidato a consejero de Educación como independiente, mientras que los republicanos cuestionan que Puigdemont dé por hecho que ese departamento vuelva a estar en manos de los convergentes.
Tampoco genera consenso en JxCat, ERC y PDeCAT la posibilidad de que el presidente de Cecot, Antoni Abad, pueda aspirar a una cartera económica. Aseguran fuentes del entorno independentista que Abad siempre se ha postulado como consejero en los sucesivos gobiernos catalanes. Los republicanos no ven con buenos ojos su marcada trayectoria en la patronal soberanista, aunque su expulsión de Foment del Treball le ha hecho ganar enteros.
Que el también independiente Eduard Pujol pueda convertirse en consejero de Presidencia tampoco genera entusiasmo generalizado. Se trata de un cargo que hasta ahora habían ocupado dirigentes de PDeCAT como Neus Munté y Jordi Turull. Pero el exdirector de RAC1, emisora privada del Grupo Godó alineada con el soberanismo, está adquiriendo en las últimas semanas una gran proyección mediática gracias a su cargo de portavoz adjunto en el Parlament.