Carles Puigdemont en sus escaños del Parlament / EFE

Carles Puigdemont en sus escaños del Parlament / EFE

Política

Puigdemont recula y suspende la declaración de independencia

El presidente de la Generalitat aplaza, en contra de la voluntad de la CUP, la proclamación de la república para dar una “última oportunidad al diálogo” y a la mediación internacional

10 octubre, 2017 20:22

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha decidido suspender la declaración de independencia que, según ha explicado él mismo, exige la Ley del referéndum, para dar “una oportunidad al diálogo” y a la mediación internacional. La decisión ha sido aplaudida por sus compañeros de Junts pel Sí, pero no por la CUP, que rechaza esta DUI en diferido. Ambas formaciones han mantenido tensas reuniones a lo largo de esta nueva “jornada histórica del independentismo”.

[Lea aquí la comparecencia del president Puigdemont]

En una comparecencia que había levantado grandes expectativas —un millar de periodistas acreditados; un centenar de ellos, extranjeros—, Puigdemont ha despejado la incógnita respecto a si proclamaría una declaración unilateral de independencia (DUI), pues tras la votación del 1-O, la Ley del referéndum daba un plazo de 48 horas para proclamar la independencia en el Parlament si ganaba el sí.

"Las urnas han dicho sí"

“Con los resultados del referéndum, Cataluña se ha ganado el derecho a ser un Estado independiente. El sí ha ganado por mayoría absoluta a golpe de porra. Pero las urnas han dicho sí”, ha asegurado Puigdemont.

“Llegados a este momento histórico, asumo el mandato del pueblo catalán de que Cataluña se convierta en una república catalana. Pero con la misma solemnidad, propongo que el Parlament suspenda la declaración de independencia para abrir un proceso de negociación para bajar la tensión”, ha añadido.

Críticas a la represión

“Hay un ruego europeo de que haya diálogo, nos piden que demos una oportunidad al Gobierno español”, pero también pide al Estado que reduzca su “represión” ante este gesto de “generosidad” expresado por Cataluña.

“Vivimos un momento excepcional, de dimensión histórica, sus efectos van más allá de nuestro país. No es un asunto doméstico, Cataluña es un asunto europeo. No esperen amenazas ni chantajes ni insultos. Todos tenemos la responsabilidad de desescalar la tensión y no aumentarla”, ha dicho el president.

“Lo que expongo hoy no es una voluntad propia, sino resultado de haber organizado un referéndum de autodeterminación. Hay que hablar de los resultados del 1-O. Era la primera vez que una jornada electoral se desarrollaba con violencia contra los votantes. Todos vimos los ataques de la Guardia Civil y la Policía Nacional. Lo vio todo el mundo”. 

Provocar el pánico

“El objetivo —ha dicho— era provocar el pánico general. Pero a los responsables de eso les salió el tiro por la culata. 2,2 millones de personas salieron de casa y fueron a votar. Cuando llegaron a su colegio encontraron urnas, papeletas, mesas constituidas y un censo fiable y operativo. Ni las escuchas telefónicas, ni el cierre de webs, ni las violaciones de correspondencia, ni los registros ni las detenciones impidieron votar”.

Puigdemont es consciente de que “hay gente asustada, gente de todas las tendencias". "El traslado de la sede social de las empresas ha enturbiado el ambiente. Pero el Govern no se moverá ni un milímetro de la tolerancia, la voluntad negociadora y teniendo en cuenta a los 5,5 millones de votantes”.

Desde la muerte de Franco, “Cataluña ha contribuido a la estabilidad económica y a la transición democrática". "Cataluña se implicó en el retorno a las instituciones europeas tras 40 años de autarquía”. Pero todo ello se truncó con la reforma del Estatut, que fue recortado por el Congreso y por el Tribunal Constitucional hasta convertirlo en un “texto irreconocible” en un proceso donde hubo “humillación” y “catalanofobia”.

Negativas reiteradas

Desde entonces, según el exalcalde de Girona, “se han producido intentos de recentralización y menosprecios hacia la lengua”. Por ello, “ha crecido la voluntad catalana de celebrar un referéndum de autodeterminación pactado”, pero “la respuesta ha sido una negativa reiterada por parte del Gobierno, combinada con la persecución judicial y policial de las instituciones catalanas”. Ha recordado, en este sentido, la condena de inhabilitación y la multa millonaria de Artur Mas y las consejeras Irene Rigau y Joana Ortega por organizar la consulta del 9N.

También se ha referido a las querellas contra el Govern y la Mesa del Parlament, así como la detención de altos cargos de la Generalitat y la imputación por sedición de la Assemblea Nacional Catalana y Òmnium, responsables de las movilizaciones.

El presidente catalán ha lamentado que no había ningún interlocutor, ni siquiera la Monarquía, “tal como se demostró la semana pasada”, en alusión a su discurso televisado sobre el conflicto catalán.

Puigdemont ha utilizado el castellano para reiterar su oferta de diálogo al Gobierno. “No somos unos abducidos, ni unos delincuentes, ni unos golpistas. No tenemos nada contra España y los españoles. Nos queremos reentender mejor. La relación no funciona y la situación es insostenible. Hay democracia más allá de la Constitución”, ha asegurado.