Pedro Sánchez, anunciando la convocatoria de elecciones para votar en las generales / EFE

Pedro Sánchez, anunciando la convocatoria de elecciones para votar en las generales / EFE

Política

El PSOE ganaría el 28A pero el desplome de Podemos le impediría gobernar

En el lado de la derecha, el desplome del PP es notable, propiciando una subida de Vox que podría llegar a ser el tercer partido más votado

17 febrero, 2019 10:19

Como se preveía, la primera gran encuesta arroja un resultado agridulce para el PSOE de Pedro Sánchez. Ganaría con cierta comodidad las elecciones generales del 28A, pero no con la suficiente ventaja como para tener garantías de formar un gobierno estable, con Podemos en caída libre.

A la vista de los datos ofrecidos en la encuesta publicada este domingo por El Periódico ni la doble izquierda (PSOE-Podemos) ni la triple derecha (PP, Cs y Vox) tendrían, a dos meses de los comicios, el apoyo suficiente para ligar una mayoría fuerte, que les permitiera llegar a los 176 escaños, o casi.

El PSOE, 30 escaños más

Según el sondeo, el PSOE obtendría el 27,4% de los votos, dos puntos más que en el útlimo barómetro, y entre 115 y 117 escaños, desde los 84 con los que cuenta en la legislatura que está a punto de finalizar. Mientras que la candidatura de Unidos Podemos se desplomaría de manera notable, desde sus actuales 71 diputados a situarse por debajo de los 40, tras ceder al PSOE a uno de cada cuatro votantes de hace tres años.

Así las cosas, si Sánchez aspirase a reconstruir la alianza que le catapultó al Gobierno vía moción de censura hace ocho meses le faltarían todavía una veintena de escaños para alcanzar la mayoría absoluta.

La triple derecha tampoco llega a la mayoría absoluta

En el otro extremo, los tres partidos de la derecha sumarían entre 162 y 170 diputados y el 47,4% de los votos. Actualmente, el PP y Ciudadanos suman 169 parlamentarios y en las elecciones del 2016 recabaron el 45,6% de los sufragios.

Casado también necesitaría de otros aliados para ser investido presidente, y a pesar de quedarse más cerca que Sánchez de la mayoría absoluta (176), podría tenerlo más complicado que el líder del PSOE para convencer a un potencial socio de que comparta la foto de la investidura con Vox, como hizo Cs en Andalucía.

La sangría del PP

En este lado de la balanza, el trasiego de votos es tremendo. El PP perdería 62 de los 137 diputados que logró Mariano Rajoy en 2016. No llegaría a 80 escaños ni al 20% de los votos. Y repartiría sus pérdidas entre Ciudadanos y Vox. El partido de Albert Rivera se quedaría con unos 45 parlamentarios, una treintena menos que tres meses atrás, y el 14,5% de los sufragios (siete puntos menos que en el último sondeo). 

Y la gran novedad sería la irrupción de Vox en el Congreso, con el partido de Santiago Abascal alcanzado el 13% de los votos, y los mismos escaños, o más, que Ciudadanos. Podría ser la tercera fuerza en número de diputados, aunque sería la cuarta en intención directa de voto (el voto sin 'cocina') y la quinta en voto estimado. Todo ello tras absorber a la cuarta parte del electorado del PP y al 16% de los votantes de Cs.

Fuera de los bloques naturales habría una tercera vía, pero igual de dificultosa: un pacto PSOE-Cs. La suma de Sánchez y Rivera se queda en 159-164 escaños. La búsqueda de aliados en este caso no sería mucho más sencilla, pero se abriría la incógnita, por ejemplo, de si Unidos Podemos sería capaz de abstenerse con el acicate de cerrar el paso a la ultraderecha. 

En clave catalana

Los 20 escaños que, supuestamente, le faltarían a Pedro Sánchez para alcanzar la mayoría podrían llegar a sumar las dos fuerzas independentistas catalanas con las que el jefe del Ejecutivo central acaba de romper amarras, ERC y el PDECat. El trasvase de voto entre estas formaciones se ha convertido en una auténtica sangría para los posconvergentes.

Apenas el 17,5% de los votantes del PDECat en el 2016 escogerían hoy la misma papeleta, mientras que el 44,3% elegiría la de Esquerra y el 32,4% de declara indeciso. Pero cabe reseñar que aún no está decidido si el PDECat concurrirá al 28-A en solitario o en coalición con JxCat y la Crida de Carles Puigdemont, factor que seguramente alteraría los equilibrios entre los posconvergentes y ERC.