Eva Granados y Miquel Iceta, dirigentes del PSC / CG

Eva Granados y Miquel Iceta, dirigentes del PSC / CG

Política

Choque entre las dos almas del PSC en plena precampaña

El pacto lingüístico entre PSOE y ERC, la 'operación Voloh' y la aproximación al nuevo catalanismo aflora el malestar en agrupaciones socialistas ante el perfil bajo de Miquel Iceta

13 noviembre, 2020 00:00

De nuevo, ruido de sables dentro del PSC. Las dos almas socialistas vuelven a chocar en plena precampaña. Y esta vez a consecuencia del pacto lingüístico entre PSOE, Podemos y ERC, la reacción a la operación Voloh y la aproximación al nuevo catalanismo. Antes del verano, diversas agrupaciones del partido ya expresaron su malestar por el perfil bajo de Miquel Iceta, a quien exigían una mayor beligerancia contra el Govern, tanto sobre la gestión del coronavirus, como en el cierre de Nissan.

Se abrió entonces el debate sobre la sucesión del primer secretario, con la vista puesta en Salvador Illa, ministro de Sanidad, cuya gestión ante la pandemia le ha hecho subir enteros --también dentro del PSOE-- como futuro candidato a la presidencia de la Generalitat. El amago de crisis quedó resuelto ante lo evidente: que Illa no puede abandonar su cargo en el Gobierno en medio de una crisis sanitaria. Iceta es, sin discusión, el cabeza de lista a las elecciones del 14F.

Las dos almas socialistas vuelven a chocar en plena precampaña / CG

Redacción del programa electoral

El partido se encuentra ahora en plena redacción de su programa electoral. En él se aborda el tema lingüístico, que ya provocó fricciones en el congreso celebrado en diciembre de 2019, cuando la ejecutiva socialista hizo una propuesta de flexibilización de la inmersión en las escuelas. Si el PSC afrontó ese asunto, que durante años había sido tabú, fue gracias a Eva Granados, portavoz parlamentaria y número dos del partido, que forma parte de la poderosa agrupación del Baix Llobregat, identificada con un socialismo más obrero y “españolista”. Precisamente el que, en las últimas elecciones de 2017, vio cómo Ciudadanos le comía el terreno en el tradicional cinturón rojo barcelonés. Granados coordina esas propuestas, que según ha explicado ella misma se centrarán mucho en sanidad, educación y trabajo.

Fuentes del partido admiten que la enmienda pactada entre PSOE, Podemos y ERC en el marco de la reforma de la Lomce (Ley para la Mejora de la Calidad Educativa), que blinda el catalán como única lengua vehicular en la escuela, “es contraria a las posturas defendidas por Granados”. No obstante, la viceprimera secretaria del PSC --para algunos, una excelente futura candidata si quisiera dar el paso-- fue la que dio la cara ante el escándalo que provocó ese acuerdo lingüístico. “Ciudadanos se está frotando las manos”, afirma un diputado socialista.

El espinoso asunto de la inmersión

Las diferencias que la siempre espinosa cuestión de la inmersión lingüística generan entre Granados e Iceta son un secreto a voces. El primer secretario siempre ha preferido pasar de puntillas sobre ese asunto. También por la llamada operación Voloh, que afecta a una supuesta trama de financiación del procés y de tráfico de influencias. En el último pleno del Parlament, Iceta no fue especialmente incisivo con el Govern, donde conviven los dos partidos salpicados por la investigación judicial: Junts per Catalunya y ERC. Y esa tibieza irritó a una parte de las bases del PSC.

“Iceta nunca ha sido un político agresivo, cree en el pacto y la moderación. No puede cambiar su personalidad. Y esa postura ha tenido resultados positivos ante el hartazgo procesista”, explica un miembro de la ejecutiva. Por el contrario, Salvador Illa sí es visto como un político más “aguerrido”. O al menos así lo demostró cuando era secretario de organización.

Desconexión con el votante perdido

“Miquel es muy bueno, pero no conecta con posibles votantes que se tienen que recuperar. Lo tenemos todo de cara, pero es necesario hacer una buena campaña”, añade un dirigente territorial.

Una campaña en la que, tal y como explicó Crónica Global, el PSC quiere romper su dependencia del área metropolitana y volcarse en zonas del interior, hasta ahora feudos nacionalistas.

El 'nuevo catalanismo'

En este sentido, también genera tensión la posibilidad de que las listas socialistas incorporen a ese nuevo catalanismo que lleva semanas llamando a la puerta de Iceta. Este considera que el fichaje de políticos de la órbita de Lliures y la Lliga, unido a la renovación del acuerdo con Units per Avançar, aportan al partido. No en vano, determinados sectores económicos y votantes de la antigua CDC consideran que el PSC representa el voto útil del catalanismo, ya que el supuesto giro moderado de ERC no acaba de cuajar.

Sin embargo, las agrupaciones que tienen a Granados como referente no acaban de entender las ventajas de esas incorporaciones.

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