Posiblemente sea la primera decisión que toma Quim Torra como presidente de la Generalitat: contratar un maestro de ceremonia/camarero para su oficina en el Palau de la Generalitat. El mismo día en que el dirigente catalán pronunciaba una conferencia en la que nada se dijo de su acción de gobierno, su departamento publicaba una oferta de trabajo dirigida “prioritariamente” a funcionarios que tengan experiencia en este tipo de servicios. Y, sobre todo, que tengan “tolerancia a la presión”.
No aclara este anuncio a qué se refiere este requisito, si a la “presión” que provocan las turbulencias políticas que genera el procés o a la exigencia de este puesto de trabajo.
Según se indica en la oferta de trabajo, publicada el martes, se trata de un contrato por tres meses --¿tan corta será esta legislatura?-- que se ejercerá en un “horario especial”, es decir, durante los fines de semana. Está dirigido preferentemente a funcionarios de carrera del cuerpo de subalterno de la Generalitat. Excepcionalmente, en el caso de que no se presente ningún funcionario, se exigirá disponer de la titulación necesaria para acceder a ese cuerpo y acreditar el certificado de nivel intermedio de catalán (B2) de la Dirección General de Política Lingüística o equivalente.
Habilidades comunicativas
Las funciones que desempeñará este camarero/maestro de ceremonias son la atención personalizada del presidente de la Generalitat, recibir y atender las audiencias del presidente que tienen lugar en la residencia presidencial, así como atender a las personalidades en sus visitas y estancias en la residencia presidencial. Y, por supuesto, realizar labores de restauración.
Entre los requisitos destacan las "habilidades comunicativas, la experiencia en el ejercicio de puestos de trabajo similares, capacidad de flexibilidad y adaptabilidad, discreción y tolerancia a la presión".
Según la oposición, Torra es un presidente que no gobierna y que, en lugar de dar explicaciones sobre sus proyectos de legislatura en el Debate de Política General que se suele celebrar a finales de septiembre en el Parlament, decidió pronunciar una conferencia en la que nada se dijo al respecto, más allá de mantener viva la agitación independentista. Pero gracias a esta oferta de trabajo, se sabe al menos que Torra confía en tener una agenda social intensa durante los fines de semana.