Mariano Rajoy y Albert Rivera, que puede aprovechar para Ciudadanos la situación del PP, similar a la del PSOE en los años noventa  / EFE

Mariano Rajoy y Albert Rivera, que puede aprovechar para Ciudadanos la situación del PP, similar a la del PSOE en los años noventa / EFE

Política

El PP vive la misma situación que el PSOE de los noventa

Los populares asisten a una pérdida constante de voto, con casos de corrupción que no saben contrarrestar, igual que los socialistas antes de tocar suelo en 2000

7 febrero, 2018 00:00

Alarma total. Con sordina, pero luces rojas. El PP ha comenzado a vislumbrar el mayor peligro para un partido: el descenso continuo, la pérdida de confianza de su propio electorado. El PP de Mariano Rajoy vive la misma situación que el PSOE de los años 90, cuando los casos de corrupción minaban la capacidad política de Felipe González, y los españoles vieron en la fuerza política de José María Aznar una alternativa posible. Ahora le ocurre al partido de Rajoy, según los analistas consultados, tras los resultados del último barómetro del CIS, lo mismo con Ciudadanos. La formación de Albert Rivera se percibe como una alternativa real, y el descenso del apoyo electoral del PP puede ser inexorable.

Rajoy ha comenzado a ser consciente de ello, y ha convocado para el próximo lunes una cumbre con todos los líderes regionales. Se asegura que es una “reunión ordinaria”, pero se trata de reaccionar cuanto antes tras los números del último CIS, que arrojan una realidad: el PP pierde votos sin parar, y se sitúa ahora en el 26,3% en intención de voto, dos puntos menos que en octubre, cuando estaba en el 28%. De forma paralela, Cs se encarama al 20,7%, tres puntos más que en octubre.

Efecto bola de nieve

Oriol Bartomeus, profesor de Ciencia Política en la UAB, considera que el elemento de cambio es que Ciudadanos “ahora sí, se percibe como una alternativa posible, como un partido al que acudir desde la constatación de que el Partido Popular ya no es reformable, de que no pasan cosas que indiquen que pueda haber cambios internos”. Con los casos de corrupción, con la cuestión de Cataluña empantanada, sin reformas de Estado, con una especie de guerra interna entre los guardianes de las esencias y el equipo de abogados del Estado que capitanea la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, Bartomeus considera que se puede generar “una bola de nieve a favor de Ciudadanos”.

La reacción de Rajoy ha venido a confirmar las aseveraciones de Bartomeus y del resto de expertos consultados por Crónica Global. Y es que Rajoy se ha enfrentado directamente a Albert Rivera con el anuncio de un proyecto de ley para ampliar los delitos penados con prisión permanente revisable. ¿Por qué?

Frontera en la derecha

El objetivo es llevar al partido naranja a un terreno pantanoso, entre el centro-derecha y el centro-izquierda, para proteger el núcleo de derecha del PP. “Es una reacción muy ilustrativa de que se ve en Ciudadanos un peligro electoral real”, señala José Fernández Albertos, investigador permanente en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos del CSIC, quien añade que la política tiene ahora un alto componente de volatilidad.

Sin embargo, y ese es el elemento diferencial en España en comparación con las dos últimas décadas, los nuevos partidos como Ciudadanos o Podemos son hegemónicos en determinadas comunidades. Mientas Podemos es la referencia de los jóvenes “precarizados”, el partido de Rivera “es ya la fuerza política de clases medias más acomodadas, urbanas y de profesiones liberales”. Y ese era el feudo, precisamente, del Partido Popular.

Huyen 1,2 millones de votos

Bartomeus, que ha analizado los datos de los últimos barómetros en Agenda Pública, y que cree que el PP asiste a su propio “declive”, considera que el cambio se ha producido en esos entornos urbanos que ya no confían en la capacidad “regeneradora” de la dirección del PP. Y buscan un cambio en positivo, es decir, la posibilidad de ilusionarse “como ocurrió con muchos electores que se inclinaron por el centro reformista que lideró José María Aznar tras refundar el PP”.

Para ello se basa en algunos datos clarificadores. En 2013, los votantes que se sentían descontentos con el Gobierno de Mariano Rajoy se refugiaban en la abstención. Pero ahora existe Cs, y el grupo más numeroso de los que recuerdan haber votado al PP en 2016, y que ya no declaran intención de hacerlo se van al partido de Albert Rivera e Inés Arrimadas. Se van hasta 1,2 millones de votantes. "Hace sólo un año, esa crifra era de apenas 200.000". 

A falta de fichajes

Fuentes de la formación que apoya al Gobierno, precisamente, admiten que ahora sí ven posible que Ciudadanos capte cuadros y dirigentes locales de capitales de provincia y ciudades medianas y pequeñas, el terreno en el que no entraba el partido naranja. Pero, ¿qué falta? A juicio de Bartomeus, “la puntilla, cuando se compruebe que realmente puede ser la fuerza que sustituya al PP en el centro-derecha, llegará si se acercan a Cs algunas figuras significativas, algunos candidatos a alcaldías o a comunidades autónomas que sean reconocibles”.

El PSOE experimentó ese declive a partir de 1993, cuando perdió la mayoría absoluta por primera vez. Felipe González trató de reaccionar, pero ya era inútil. La cuenta atrás se había iniciado, con el caso Juan Guerra, y los posteriores escándalos de corrupción. La “derrota más dulce” llegó en 1996, y el desastre total en 2000.

¿Coaliciones por un largo tiempo?

El profesor de Ciencia Política de la UAB Gabriel Colomé señala que España asiste a una especie de nuevo comienzo. Si durante la transición, y justo después de la victoria socialista en 1982, se articuló la vida política alrededor de cuatro partidos, dos en cada eje ideológico, además de los nacionalistas, ahora se recupera y se consolida, aunque con pesos más parejos entre ellos. Con la UCD convivió una reducida Alianza Popular. El PSOE tenía a su izquierda a un PCE cada vez más reducido. Ahora, PP y Ciudadanos, y PSOE y Podemos, con porcentajes cercanos al 20%, podrían formar dos bloques que obligará, “por fuerza y durante un tiempo largo” a coaliciones.

Fernández Albertos señala que el salto de Ciudadanos se ha producido por presentar un relato cada vez más sólido, mientras que el relato natural que sale de la calle Génova o de la Moncloa no tiene incidencia.

La crisis económica

“Ciudadanos se presenta como más sólido en la cuestión territorial, y nada asociado a la corrupción, mientras que el Partido Popular no tiene ningún rédito con su mensaje de que ha evitado los efectos catastróficos de la crisis económica y que ha conseguido sacar a España de ella”, señala.

Rajoy, la personificación de lo que se entiende por conservadurismo en España, se ha dado cuenta de que la formación naranja, ahora sí, va a por su propio espacio. Pero llega tarde, a juicio de los expertos consultados. Y las elecciones clave, las municipales y autonómicas, están al caer, a un año vista.