El candidato del Partido Popular a la presidencia del Gobierno, Pablo Casado (2-i), valora los resultados electorales en la sede de su partido en Madrid / EFE

El candidato del Partido Popular a la presidencia del Gobierno, Pablo Casado (2-i), valora los resultados electorales en la sede de su partido en Madrid / EFE

Política

El PP se divide entre un congreso extraordinario y el apoyo a Casado

La formación conservadora se espera a la constitución de gobierno en España y el resto de autonomías para tomar una decisión

30 abril, 2019 08:00

El silencio reina en la sede del Partido Popular tras la debacle electoral del pasado domingo tras el golpe del cual todavía no aciertan a comprender qué ha fallado. Prefieren aparcar los análisis cuando el golpe continúa caliente y, por eso, esperan a la reunión del Comité Ejecutivo Nacional con todos los barones territoriales del partido. 

Tras el desastre, en la que el PP perdió 3,7 millones de votos y 71 diputados, únicamente dio la cara Teodoro García Egea, salió a dar la cara a nivel nacional. En ese momento, lo hizo respaldado por la vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy. Según explica El Español –socio de Crónica Global–, los populares cierran filas en público pero en privado los que "no son nada de la cuerda intentarán hacer bloque si ganan el 26-M o si consiguen gobernar" para forzar un congreso extraordinario y forzar la dimisión de Casado. 

Sombra de Feijóo

Egea aludía a lo sucedido tanto con Rajoy como con Aznar, que llegó a presidente tras sus terceras elecciones generales. El portavoz popular aseguró que la presencia de Aznar les perjudicó, también el fantasma de Adolfo Suárez encarnado en su hijo y candidato de la formación conservadora.  

Las miradas apuntan, principalmente, al presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que será la única ausencia en el Comité Ejecutivo, dado que tiene una comparecencia en el parlamento regional a esa misma hora: una cita ineludible. Lo cierto es que el gallego ya se autodescartó de la sucesión de Rajoy en su momento y, desde su entorno, niegan rotundamente que exista ahora la posibilidad de ningún golpe.