Pimec rechaza la intervención de las cuentas de la Generalitat

Pimec rechaza la intervención de las cuentas públicas catalanas por parte del Ministerio de Hacienda. La patronal de pymes liderada por Josep González ha hecho público un manifiesto en el que muestra su preocupación por las consecuencias que tendrá sobre las empresas la no disponibilidad de créditos en el presupuesto catalán firmada por Cristóbal Montoro.

Pide a las “entidades e instituciones” que se unan a su alerta por las consecuencias empresariales de la medida. Lamenta que la implementación de este modelo de pago “podría comportar retrasos importantes en el cobro de los proveedores y, en consecuencia, atrasar toda la cadena”. La organización, que a los largo del procés se ha mantenido próxima a las tesis de la Generalitat, teme que las que trabajan en el sector público catalán deban liquidar los impuestos antes de cobrar la factura por la lentitud de los pagos de la Agencia Tributaria.

Impacto en las inversiones públicas

“De producirse este escenario, podría comportar restricciones financieras a muchas pymes”, advierte la patronal. Un golpe a las compañías en un momento en el que la “Generalitat había mejorado sustancialmente los plazos de pago a sus proveedores” gracias a las medidas de liquidez autonómica.

Pimec también advierte del impacto de la intervención en las inversiones públicas. Recuerda que el mandato ministerial deja claro que Hacienda controlará la liquidación de los proveedores de servicios básicos de la Generalitat pero que el resto de gasto que no se entiende como esencial “queda en suspense, ya que la orden decreta su no disponibilidad”.

Ampliación del déficit fiscal catalán

Advierte que podría afectar a más de 3.000 millones de euros de partidas no previstas que no se podrán ejecutar en los próximos meses. “Esta medida tiene la consecuencia inmediata del recorte de gastos e inversión en Cataluña, ampliar el déficit fiscal catalán y perjudicar los intereses de las empresas catalanas”.

Asimismo, la patronal reitera su “reclamación de diálogo” y rechaza “cualquier tipo de actuación en que impere la imposición y la fuerza”.