Pedro Sánchez y Quim Torra, que hoy presiden en Moncloa una mesa de diálogo condenada al fracaso, en el Palau de la Generalitat / CG

Pedro Sánchez y Quim Torra, que hoy presiden en Moncloa una mesa de diálogo condenada al fracaso, en el Palau de la Generalitat / CG

Política

Perdedores y vencedores de una mesa de diálogo condenada al fracaso

Las concesiones del Gobierno agudizan la guerra independentista: ERC ha vetado al mediador, a la ANC y a Puigdemont, mientras JxCat logra desnaturalizar el foro, hecho que indigna en el PDeCAT

26 febrero, 2020 00:00

La mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat prevista para esta tarde en Moncloa viene precedida de un cruce de declaraciones entre ambos Gobiernos que ha convertido ese foro en un oxímoron. Ni en el fondo ni en la forma parece que haya consenso entre las partes. Mientras la catalana ha metido con calzador representantes de la Generalitat, asesores electorales y dirigentes de partidos, el Gobierno español se ha limitado a intentar igualar a la baja la cifra de asistentes, que en su caso es estrictamente institucional.

No es ajena a esa errática representación catalana la proximidad de unas elecciones autonómicas que han convertido esa mesa en una arma arrojadiza entre independentistas. ERC se empeña en salvar el diálogo, mientras que Junts per Catalunya (JxCat) insiste en banalizarlo, hecho que desata las iras del sector neoconvergente más moderado, PDeCAT.

Pedro Sánchez durante la Sesión de Control / CONGRESO DE LOS DIPUTADOS

El Gobierno mira desde la barrera

El Gobierno mira desde la barrera esta guerra secesionista, a la que se suma la CUP negando la mayor, esto es, que se tenga que negociar algo con el Estado. Pero realmente, ¿quién gana y quién pierde con esta mesa de diálogo bilateral?

Esquerra tiene asumido que sus todavía socios en el Govern intentarán azuzar las acusaciones de traidor y que, si la crisis del coronavirus no lo impide, el acto que se celebrará el sábado en Perpiñán (Francia) en honor de Carles Puigdemont --los organizadores prevén la asistencia de 100.000 personas-- apuntará a esa supuesta rendición de ERC. De momento, Junts per Catalunya solo puede ofrecer eso, propaganda y más confrontación, pues ni siquiera tiene candidato, ni apoyos parlamentarios, ni plan para implementar la república catalana. Solo aporta sus exigencias a Sánchez sobre autodeterminación, amnistía y el fin de la represión. El Gobierno de coalición las rechaza por completo.

Pero la gestación de esa mesa de diálogo demuestra que los neoconvergentes tampoco han logrado salirse con la suya en la puesta en escena de sus reclamaciones separatistas.

Sin mediador, sin la CUP, sin la ANC...

De hecho, la mesa que se reúne hoy por la tarde en Moncloa se celebrará sin la figura del mediador que exigían los neoconvergentes, quienes de esta forma pretendían elevar de rango el conflicto e incluso internacionalizarlo. En un principio, los republicanos apoyaban la presencia de ese árbitro, cuya conveniencia ya se barajó durante los convulsos días previos a la aprobación de la declaración unilateral de independencia (DUI). Finalmente, Gobierno y Generalitat se reunirán sin notarios de este calibre.

Tampoco asistirán, como pretendía el presidente Quim Torra, representantes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), de la CUP y del Consejo para la República, un chiringuito con sede en Waterloo. La entidad independentista quería imponer su presencia, mientras la comparecencia virtual de Puigdemont es algo que, en realidad, nadie se tomó demasiado en serio.

En definitiva, que Esquerra ha aceptado esa presencia de partidos y de un hombre de confianza de Puigdemont, Josep Rius, lo que desnaturaliza esa mesa entre Gobiernos.

Composición de la mesa

El resto de la delegación catalana está integrada por el presidente Quim Torra, el vicepresidente y consejero de Economía Pere Aragonès, el de Acción Exterior, Alfred Bosch, el de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, y otros cuatro dirigentes de JxCat y ERC que no forman parte del Govern: la concejal en el Ayuntamiento de Barcelona Elsa Artadi, y la diputada Marta Vilalta, portavoz de ERC, y Josep Mª Jové --encausado por el procés independentista-- 

Ante esta heterodoxa composición, el Gobierno español aumentó al apuesta e incorporó a la ministra de Hacienda y portavoz, María Jesús Montero, y al ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos. Previamente había confirmado la asistencia de otros seis cargos: el presidente Pedro Sánchez, los vicepresidentes Carmen Calvo y Pablo Iglesias, el ministro de Sanidad, Salvador Illa, el de Universidades, Manuel Castells, y la ministra de Políticas Territoriales, Carolina Darias.