Gemma y Jordi Montull, números tres y dos del Palau de la Música, a su entrada en la sede de la Ciutat de la Jistícia / EFE

Gemma y Jordi Montull, números tres y dos del Palau de la Música, a su entrada en la sede de la Ciutat de la Jistícia / EFE

Política

El Palau pasó de pagar el 3% al 4% a CDC porque el partido quería más dinero

Jordi Montull ratifica "toda" la declaración de su hija de la víspera e identifica a Osácar como el "recaudador" de Convergència

9 marzo, 2017 10:56

Jordi Montull ha manifestado a preguntas del fiscal que en una primera etapa pagaban el 3% a Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), pero ha añadido que “subimos al 4% porque CDC quería más dinero”.

El número dos del Palau de la Música ha confirmado los pagos a Convergencia a mediante dinero en metálico, de cheques o a través de facturas falsas que aportaba Daniel Osácar y que servían para camuflar dichos pagos.

Osácar el cobrador

Durante su declaración, y en varias ocasiones, Montull ha apuntado directamente el extesorero Daniel Osácar, “con quien me reunía habitualmente. Osácar venía al Palau, le tenía preparado el sobre, lo contaba y se iba”, ha dicho Montull sonriendo. Ha explicado que Ferrovial pagaba para obtener de la Generalitat  gobernada por CiU obras como la línea 9 del metro o de la Ciutat de la Justícia.

De nuevo la sombra de Gordó

El fiscal le ha preguntado por la reunión que mantuvo en 2005, en el hotel Majestic con el diputado convergente Jaume Camps, con el exconsejero de Justicia, Germà Gordó, y con Fèlix Millet.

Dice que hablaron de política y de fútbol “y que seguramente no se habló de otra cosa --en irónica referencia a la financiación de CDC-- porque yo estaba allí delante”.

Montull ha reconocido esa reunión, pero no ha querido apuntar a otros mandos de Convergència por encima de Osácar.

El “bombero” de Millet

Montull ha asumido que cobraba un bonus ilegal que superaba el millón de euros anual. El 20% era para él y el 80% para Millet.

También ha tratado de exculpar a su hija: “Ella no tenía firma ni poderes, ni nada. Allí el único que mandaba era Millet. Las obras en casa de mi hija las pagó el Palau, sí, pero fue decisión mía. Él –en referencia a Millet-- mandaba de forma absoluta. Era presidente y gerente del consorcio. A mi me llamaban el ‘bombero’ de Millet”.