Miquel Rodríguez Planas, Comisionado de la Agenda 2030 en el Ayuntamiento de Barcelona / PABLO MIRANZO

Miquel Rodríguez Planas, Comisionado de la Agenda 2030 en el Ayuntamiento de Barcelona / PABLO MIRANZO

Política

Miquel Rodríguez: “El Covid exige una transición digital y energética"

El Comisionado de la Agenda 2030 del Ayuntamiento de Barcelona asegura que este proyecto supone "una garantía de futuro para las próximas generaciones"

8 noviembre, 2020 23:46

Un total de 193 estados miembros de Naciones Unidas aprobaron la Agenda 2030 con la finalidad de construir una sociedad más próspera, justa y sostenible. Los gobiernos locales, entre ellos el Ayuntamiento de Barcelona, se han sumado a esta iniciativa, que incluye 17 objetivos sociales, económicos y ecológicos. Miquel Rodríguez, comisionado de la Agenda 2030 en el consistorio barcelonés, afirma en una entrevista con Crónica Global que los retos que plantea ese proyecto contribuyen a superar la crisis del Covid.

--PREGUNTA: La Agenda 2030 tiene 17 retos, pero quizá el principal sea que el ciudadano conozca lo que es.

-RESPUESTA: El reto es saber qué contiene esa agenda. Hablamos de una mejor calidad del sistema sanitario, la necesidad de hacer una transición ecológica y económica, fortalecer la educación, reducir la pobreza... Creo que los objetivos de la agenda son conocidos. El conocimiento de la sociedad sobre cuáles son los retos de la agenda está claro. Aun así, debemos explicar qué Barcelona queremos dentro de diez años.

--¿El Covid es una oportunidad o puede obstaculizar esos objetivos, debido a que las personas estén más preocupadas por el hoy que por el mañana.

--El Covid ha reforzado la necesidad de la Agenda 2030. En un principio teníamos necesidades que resolver de forma inmediata ante la situación nueva, pero los retos que plantea el Covid como la sanidad, la educación, la brecha digital o la diversificación económica refuerzan la Agenda. Los retos sociales, económicos y ecológicos que contempla permiten superar la situación en la que estamos en positivo.

--¿La ciudadanía barcelonesa es receptiva a esos objetivos de mejora o el éxodo provocado por el encarecimiento de la vida supone un obstáculo por la pérdida de entramado social?

--Creo que tenemos una sociedad barcelonesa muy plural, muy rica culturalmente y concienciada, que ha dado apoyo a unos partidos políticos de gobierno que apuestan por la calidad de la salud, el medio ambiente y los espacios urbanos, y eso expresa una voluntad de vincularse con los objetivos de la Agenda 2030

--Hablaba de los partidos políticos. ¿Habrá rendición de cuentas en 2030? ¿Qué pasa si hay un cambio de gobierno?

--Eso es algo muy interesante. El primer acuerdo entre todos los partidos municipales en plenario en este mandato fue el impulso de la Agenda 2030. Por tanto, tanto partidos de gobierno como de oposición estamos de acuerdo. Además, la Agenda no nace de la nada, sino de proyectos y estrategias que el Ayuntamiento ya tenía. Ha habido un largo proceso de pacto, de acuerdo y de participación ciudadana. Pongo un ejemplo: la parte vinculada al cambio climático se alimenta de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático. Los objetivos están ahí, son mundiales. Se me hace difícil pensar que si hay un cambio de gobierno no siga con los objetivos de la Agenda, que es global y que se está adaptando a la ciudad en base a un trabajo previo.

--¿Se han consensuando las medidas con el sector empresarial? Lo digo porque en ocasiones se reprocha al ayuntamiento que no dialogue con los agentes sociales.

--Cuando hemos hablado con los sectores empresariales vemos que están muy implicados, creen en ella, son conscientes que deben adaptar su actividad a lo que se pide, por ejemplo en temas de igualdad de género, temas ecológicos.

--La Agenda también aborda el polémico tema del turismo. ¿Cuál es el modelo alternativo proponen para la ciudad?

--Uno de los objetivos es la diversificación económica, para que ningún sector en concreto tenga un peso excesivo. Por una cuestión de diversificación de riesgos y de tener una ciudad competitiva. Tenemos el ejemplo de Covid, que provoca que el sector turístico se encuentre en una situación muy difícil, por  lo que es necesaria una adaptación, aunque todavía no sabemos el modelo. Pero tenemos un turismo muy potente, muy capaz de adaptarse a los cambios necesarios.

--¿Más turismo cultural, gastronómico?

--Efectivamente. Todos los trabajos hechos por el sector previamente van enfocados a aprovechar el valor añadido. Creo que se tiene que seguir trabajando en esa línea.

--Las empresas se pueden reconvertir, pero los trabajadores o personas sin formación cualificada pueden quedar relegadas.

--Cuando hablamos de diversificación de la economía tenemos muy claro que se debe trabajar en ese tránsito, donde hay dos grandes apartados claramente: la transición digital y la transición energética. Apoyarlas requiere impulsar proyectos que garanticen una aplicación energética más sostenible, un apoyo a la energía solar, y acompañar a los trabajadores en ese cambio. En el ámbito digital, desde Barcelona Activa, trabajamos con la idea de formar a 3.000 programadores al año. Nos dirigimos a personas en situación precaria debido al Covid para que puedan acceder a ese mercado digital.

--¿Todo ello va acompañado de una dotación presupuestaria?

--El presupuesto de Barcelona Activa se está negociando, pero será el mayor que haya tenido hasta ahora.

--La Agenda incluye el concepto de la Ciudad de los 15 minutos en materia de movilidad. No sé si es contradictorio con la idea de Maragall de que Barcelona será metropolitana o no será.

--La Ciudad de los 15 minutos es un concepto que ha aparecido en los últimos meses de la mano del urbanista Carlos Moreno --director de la cátedra ETI (Emprendimiento, Territorio, Innovación) de la Universidad de la Sorbona--, que apuesta por trayectos de 15 minutos, a pie, bicicleta o transporte público en los que se cubran las necesidades básicas. Barcelona ya está aplicando esos criterios de 15 ó 20 minutos. Es el modelo de la ciudad de barrios que planteó el exalcalde Jordi Hereu, consistente en procurar que el ciudadano disponga de todo lo que necesita y complementarlo con un buen transporte público en el que la movilidad no supere la media hora.

--Eso requiere un esfuerzo de inversión en transporte público.

--Barcelona es un referente en ese aspecto respecto a otras ciudades, sus niveles de calidad son muy altos. Pero hay que seguir trabajando en ello, ya que Barcelona es muy densa, en población y en red de transporte.

--El debate sobre la reducción de la movilidad choca con el rechazo de los comerciantes que se sienten perjudicados. ¿Cómo conciliar los diferentes intereses?

--Hay que ir caso por caso, calle por calle. Y trabajar con los gremios para determinar cuáles son las zonas que se pueden abrir. Un ejemplo que está funcionando lo tenemos en la calle Gran de Gràcia, peatonal una vez al mes. No todo es blanco o negro. Hay que buscar los grises.

-La Agenda 2030 es aplicada por ciudades, gobierno… ¿Existe coordinación entre ellos?

-El trabajo en red es parte del trabajo de adaptación de la agenda. Hemos hablado con la Diputación de Barcelona, la Generalitat y el Gobierno. Trabajamos también con la Unión de Ciudades y Gobiernos Locales, la gran asociación de ciudades donde estamos creando un grupo de trabajo para compartir experiencias, aprender entre nosotros. Porque la Agenda de 2030 es, a fin de cuentas, global. Es también nacional, pero donde se va a producir es en las ciudades. El siglo XXI es el siglo de las ciudades. Todos los expertos del mundo, con o sin Covid, coinciden en que cada vez habrá más gente viviendo en ciudades. Son el lugar donde los grandes retos que tenemos como sociedad están más presentes, y también donde se puede generar más riqueza, más prosperidad.

--¿Hay alguna ciudad que sea un referente para Barcelona?

-Barcelona es muy singular, geográficamente está cerrada por dos ríos, con un puerto y aeropuertos cercanos, con una metrópoli muy permeable. Somos una ciudad global de tamaño medio, como puede ser Amsterdam. Y podemos competir, en el sentido sano, en esa liga. Equipararnos con Nueva York, Londres o París es un mal ejemplo.

--¿Con Madrid hay sinergias, o la cuestión política aleja a ambas ciudades?

--Formamos parte de la Federación Española de Municipios y mantenemos contacto, hay capacidad de diálogo profesional. Vuelvo a lo dicho, la Agenda 2030 es global, sus objetivos son comunes. Todo el mundo los comparte, menos unos pocos países.

--¿Mejor con Biden que con Trump en ese sentido?

--Personalmente, creo que será mejor con Biden, más consciente de que ser la primera potencia mundial conlleva una serie de responsabilidades y prioridades.

--¿Qué consecuencias tendría no aplicar la Agenda 2030? ¿Cómo será Barcelona en esa fecha si no se cumplen los objetivos?

--No nos podemos ni debemos plantear este escenario. Cumplir con los objetivos de la Agenda 2030 es una garantía de futuro para las próximas generaciones, supone dejar a nuestros hijos un mundo mejor. Tenemos que cumplirla, no hay un plan B.

--¿La gente joven es más sensible a esas propuestas?

-Es más sensible, hay una gran predisposición a los objetivos medioambientales. Pero la Agenda también busca una sostenibilidad económica, un sector que sea resistente a los cambios, respetuoso con el medio ambiente también y con el bienestar social. Por tanto, no podemos dejar a nadie atrás. Si nos movemos entorno a estos tres objetivos, social, económico y ecológico, ya no son solo los jóvenes los que están interesados. Es toda la sociedad.