Enric Millo, exdelegado del Gobierno en Cataluña / EP

Enric Millo, exdelegado del Gobierno en Cataluña / EP

Política

Millo no ve solución política al secesionismo: "Requiere desprogramación de secta"

El exdelegado del Gobierno en Cataluña responde así a un mensaje de Alejandro Fernández (PP), que criticaba el "mecanismo psicológico suicida" del independentismo radical

4 agosto, 2021 16:42

Enric Millo sigue desde la distancia la actualidad de la política catalana después de haber dejado esta autonomía por el asedio sufrido a causa del procés secesionista. El que fuera delegado del Gobierno en Cataluña durante el mandato de Mariano Rajoy ejerce ahora como secretario general de Acción Exterior de la Consejería de Presidencia de Andalucía, desde no pierde detalle de lo que ocurre en su tierra natal.

Millo, que sufrió en primera mano el acoso y los mensajes y actitudes de odio de ultras nacionalistas en el pasado, ha vuelto a despertar este miércoles la irascibilidad de algunos de ellos a causa de uno de sus últimos mensajes de Twitter, en el cual califica de "secta" al secesionismo radical.

"Esto no tiene solución política, requiere un intenso ejercicio de desprogramación de secta", ha manifestado el dirigente del PP.

Enric Millo, pesimista con el 'procés' / TWITTER

Enric Millo, pesimista con el 'procés' / TWITTER

"Mecanismo psicológico suicida"

Millo apostillaba de este modo un comentario de su correligionario Alejandro Fernández, líder de los populares en Cataluña, quien por su parte había afirmado lo siguiente en esta red social: "Por increíble que parezca, son muchísimos los separatistas que aceptan la decadencia económica de Cataluña si es el precio a pagar por la independencia. Soy incapaz de entender semejante mecanismo psicológico suicida".

Millo se convirtió en una de las principales víctimas del asedio independentista, en especial después de prestar declaración, en su calidad de ex delegado del Gobierno, en el juicio a los dirigentes del procés. Antes de dejar Cataluña en 2019, tanto él como su familia recibieron repudio social y amenazas de todo tipo, tanto en su barrio, en las redes sociales como a través de los medios. También le hicieron, por ejemplo, una pintada cerca de su vivienda deseándole la muerte, entre otras acciones de acoso, a causa de las cuales tuvo que llevar escolta.