Política

Mas activa el plan Navidad (sí, ya) y Calamaro le canta al Rey

Entre Can Vies y Felipe VI, CiU comparece para presentar la iluminación navideña, en La Vanguardia. Los diarios le hacen un hueco al Día D y al desembarco de Draghi y los tipos negativos.

6 junio, 2014 10:20

El Día D. Se cumplen setenta años. Los niños y jóvenes saben qué fue el "Día D" por el videojuego "Call of Duty" y el comienzo de "Salvar al soldado Ryan". La última obra definitiva es la de Antony Beevor, el tocho de la editorial Crítica en el que el historiador (ex militar) reconstruye el mayor desembarco de la historia. A estas horas los soldados estadounidenses eran acribillados sin piedad por las ametralladoras alemanas. Supuso el fin del nazismo en la Europa occidental. En el frente del Este, Stalin cerraba el círculo, etcétera, etcétera.

Hasta ese instante, el más grande desembarco de los siglos había sido el intento inglés de conquistar Cartagena de Indias, plaza bajo el mando militar de Blas de Lezo, en 1741. Nuestro almirante había perdido un ojo, un brazo y una pierna, por ese orden, en el desempeño de sus servicios en la Armada del antepasado más notable de Felipe VI. De hecho, el plomo de uno de los defensores de Barcelona en el asedio de 1714 fue el que se cobró el apéndice ocular del entonces jovencísimo oficial de fragata, goleta o cascarón flotante en el bloqueo del puerto de Barcelona. Lo normal que estás en cubierta y el tiro de un gracioso desde la playa te pone mirando, por decir, a Marsella. El caso es que ya con el alias de "Mediohombre" fue el autor intelectual y material de la mayor, más grande, más histórica, rotunda, inapelable, absoluta y total victoria militar (naval y terrestre) de todos los tiempos. Sobre Inglaterra. En Colombia es fiesta nacional. En el Reino Unido borraron el "suceso" de los libros, de modo que sólo saben de Trafalgar y la Armada Invencible. Aquí y ahora hay tímidos intentos por restaurar la figura del gran marino guipuzcoano, cuya gesta consistió en rechazar el intento de desembarco de decenas de miles de soldados británicos lanzados sobre la plaza (la Manhattan de entonces) desde una flota compuesta por más de cuatro mil barcos de esos de tres hileras de cañones por banda y todo el velamen de las botellas de Cutty Sark. Unos pocos centenares de cartageneros (militares, esclavos, mercenarios y comerciantes) lograron expulsar al inglés y sobreponerse a las conspiraciones en contra del gobernador y sus funcionarios. Lo típico español. Desde lo de Jerjes, Leónidas y las Termópilas no se había visto nada igual.

Total que en pleno desembarco de Normandía, Operación Overload, el día más largo y la razón por la que existen los Rolling Stones, los mercados, el dinero y los índices impulsan la operación sucesoria. España coloca deuda al tipo más bajo de la historia el día en el que Mario Draghi, el señor de las portadas, recibe los agasajos del gran capital (¡Viva el mal, viva el capital!) por imponer un tipo negativo a los depósitos bancarios, refinamiento regulatorio que obligará a los bancos a prestar dinero y a reactivar la economía en modo despegue. O no.

En el sur de Europa, la abdicación del Rey, el lunes a las diez y media, fue el momento exacto en el que la crisis tocó suelo o fondo. A partir de ahí parece haberse instalado la sensación de que la castaña tiene efecto rebote, de modo que volvemos a ser favoritos para el Mundial. Está pasando lo que en la Crónica del rey pasmado de Torrente Ballester, una sucesión de extraños acontecimientos en los que parece atisbarse un "happy end". En El Mundo y en El País se pide desde portada que se blinde jurídicamente al Rey y se redoblan los tambores de asentimiento y buen rollo. Hay futuro. En el Abc y La Razón se cuenta que la ceremonia será muy austera y que ahora se baraja el 19 de junio, fiesta en Madrid y Castilla-León. Y sin misa con Rouco. El ambiente es tan favorable que hasta Calamaro pide la vuelta al ruedo para el Rey, lo que demuestra que en España no hay republicanos ni monárquicos, que la cuestión es entre taurófilos y animalistas, razón por la cual Calamaro se exclama de ser republicano y monárquico hasta las trancas. Lo destaca el Abc. ¿Le escribirá una canción a su colega de Las Ventas? ¿Qué? Sabina es muy colega de los (casi) Reyes.

Que no hay monarquía buena ni república mala y viceversa lo explica Federico Jiménez Losantos en El Mundo:

"Si en Justicia no padeciéramos un ministro tan fatuo como Gallardón, hubiera bastado consultar a un par de expertos para ahorrarnos las dos sesiones en las Cortes que van a convertir una decisión personal -la del Rey- en un debate sobre la forma de Estado, o sea, en una reedición de la trampa del 'derecho a decidir', sobre monarquía o república. Y tanto la una como la otra sólo tienen sentido dentro de una Constitución, es decir, de una carta de derechos y libertades, porque no es lo mismo la república de Corea del Norte que la monarquía holandesa; ni cabe comparar la monarquía de Ubu Amin Dada con la república de los Estados Unidos de América".

A más abundamiento, insiste el autor: "Hay repúblicas y repúblicas, monarquías y monarquías. Es cuestión de régimen, no de forma de Estado. Por eso no sorprende que Pablemos se una a los etarras en la cadena separatista vasca o respalde el referéndum separatista catalán; ni que el demagogo de la coleta haya dicho con una falsa humildad que no veíamos desde Guardiola: '¿Y quién soy yo para decirles lo que tienen que hacer a los vascos y a los catalanes?'. Pues, hombre, el mismo que tras conseguir -gracias a Lara y Berlusconi- un millón de votos quiere decirnos qué debemos hacer todos los españoles".

Y que el ambiente es favorable a Felipe VI lo prueba la general coincidencia de que Artur Mas no está a la altura de la situación, sino bastante más abajo, entre un Trias en Can Vies y un Revilla (el ex presidente de Cantabria) en La Sexta. El editorial de hoy de La Vanguardia es la continuación de ayer de El País y dice:

"Causa extrañeza que partidos como los de la coalición CiU, que tradicionalmente han mantenido relaciones cordiales con la institución monárquica, se decanten ahora por una abstención que puede ser recibida como una descortesía. Portavoces del nacionalismo catalán basan su decisión en dos líneas argumentales. Por una parte, y obviando los contactos que hubo entre CiU y el Gobierno al respecto, se lamentan de que la ley habría llegado precedida de un acuerdo PP-PSOE, y eso evocaría el trámite de la reforma del artículo 135 de la Constitución en 2011, de ingrato recuerdo para la coalición. Por otra parte, los nacionalistas parecen interesados en difundir la idea ­ya ampliamente conocida, dada la excluyente omnipresencia del debate soberanista­ de que todo lo que se relacione con el Estado español, incluida la monarquía, carece de interés para los catalanes. Es obvio que eso no es así para todos los catalanes. Pero esa es la idea que se reitera, ahora concretada en el concepto de desconexión, que ha empezado a manejarse para marcar distancias con un Estado del que los independentistas no piensan sino en alejarse. En paralelo a este pronunciamiento, CiU ha deseado al sucesor de Juan Carlos I toda clase de aciertos y éxitos y de paso le ha reclamado "una especial atención sobre la voluntad mayoritaria de la sociedad catalana, tanto en lo relativo al trato que recibe de las instituciones del Estado como al deseo de ser consultada sobre su futuro político". Es decir, por una parte CiU ha desairado a la monarquía y, por otra, le pide ayuda".

¿Y dónde está la contradicción?, podría piular Duran. Hacer una cosa, decir la contraria, prepararse para la otra y propagar una vía es la marca de la casa CiU. Miquel Porta Perales, en Abc, desentraña la clave motivacional de la federación nacionalista: "Por lo demás, la abstención es una manera 'elegante' de dar otra vuelta de tuerca a la cultura de la queja. El segundo mensaje –victimista- que transmite la abstención: ni 'sí', ni 'no', porque no se les tiene en cuenta".

Ara y El Punt Avui aprovechan el efecto Draghi para descansar de vicisitudes coronarias y advertir a sus lectores de que el mundo es grande, aunque en todo el mundo se hable de España, del Día D, del vil metal y Boko Haram. "El Día Draghi", titulan en Avui. Del proceso aún se habla, pero de otra manera. Sociedad Civil Catalana es una organización nivel "papel prensa" y desayunos en televisión, de modo que la gira diplomática en Madrid de sus impulsores genera amplias informaciones. José Ramon Bosch y Joaquim Coll han sido las cabezas de puente del desembarco de SCC en Madrid, lo que no ha sido óbice para que el historiador firme una notable pieza en El Periódico sobre el tema monarquía-república-socialismo. Es Coll contra Collboni, a quien censura el arrebato pueril de la tricolor en un partido cuyo líder, Pere Navarro, se anticipó en muchos meses a avizorar los efectos regeneradores que podría tener un cambio de ciclo simbolizado por la abdicación. Demasiado sutil seguramente lo de Coll para la cultura audiovisual de Collboni, cuya "okupación" de despachos municipales es motivo de comentarios (y no precisamente favorables) en todo el Ayuntamiento, conserjerías incluidas.

El 6 de junio Día D tiene algo especial. Pasan cosas, cosas extrañas. Siempre. En Argentina se ha anunciado la creación de lo siguiente: la "secretaría del Pensamiento Nacional", lo que es indudablemente más gordo e inquietante que la creación de la dirección general de asuntos multilaterales y europeos de Quico Homs. Francisco Peregil lo cuenta en El País: "La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, ha creado la Secretaría de Coordinación Estratégica del Pensamiento Nacional, dependiente del ministerio de Cultura, mediante un decreto publicado el martes en el Boletín Oficial del Estado. Al mando de ella designó al filósofo oficialista, de 56 años, Ricardo Forster. Entre las filas de la oposición se juzgó el nombramiento como un 'regalo tardío' a Forster y un acto de 'viejo fascismo'". Un filósofo oficialista es una categoría tan absurda como lo es ahora el concepto "Ayuntamiento de Barcelona".

6 de junio. ¿Que no pasan cosas raras? La mirilla de La Vanguardia: "El diseño de las luces navideñas suele ser motivo de debate mediático, político y ciudadano en Barcelona. Este año, el Ayuntamiento pretende dar un salto de calidad en el controvertido mundo de la ornamentación festiva, un salto que requiere un tiempo de preparación. Así se explica que el gobierno municipal haya convocado para hoy una rueda de prensa en la que la teniente de alcalde Sònia Recasens explicará las bases del concurso público abierto para renovar completamente las luces". De "previsor" califica el texto al Ayuntamiento de Trias bajo el título "Se acerca la Navidad". ¿Cómo se han quedado? Viene una ola de calor y ya estamos a las puertas de lo de si en casa de tus padres o en la de mi hijo. La carga crítica es brutal. Can Vies, Monarquía o República, Taurinos y Antitaurinos, la consulta, el proceso, la intemerata más Draghi y Convergència presentando el concurso para renovar la iluminación navideña. Es que es para comérselos de tiernos...

La rematadera. 6 de junio, San Marcelino Champagnat. Los Maristas. Josep Pla en Gerona, Pedro J. Ramírez en Logroño, Francisco Marhuenda y Jan Laporta (sí, el del Barça) compartiendo pupitre en los del paseo San Juan... El paso por los Maristas dejaba huella, algo que no se olvida por mucho que se intente, además de un respeto muy supersticioso por las cosas de las religiones.