La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, ha sido clara --y dura-- en su valoración sobre el alegato de Quim Torra ante el tribunal que debe juzgarle por un presunto delito de desobediencia. La política vio la intervención del presidente catalán en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) y ha asegurado que sintió "vergüenza ajena".
Robles ha insistido en sus críticas hacia Torra y, seguidamente, ha declarado que espera que el independentista "sea un paréntesis, un paréntesis muy lamentable, en la historia" de la comunidad autónoma. Y aún hay más: "Cataluña no se merece un presidente como el señor Torra", ha reiterado la ministra.
Los desplantes de Torra
Las palabras del president durante su última intervención en el juicio reflejaron un tono desafiante, en algunos momentos. Por ejemplo, Torra no dudó en chulear al tribunal al asegurar que, si le consideraban culpable, la condena sería "bienvenida" por su parte ya que, en su opinión, su actitud al no retirar la pancarta que pedía la libertad de los políticos condenados por el procés refleja su "compromiso con el pueblo de Cataluña". A pesar de que el fiscal le recordara que "la estelada y el lazo amarillo no representan a todos" los catalanes.
También destacó Torra que su caso era el primero en el que "un presidente en funciones se sienta en el banquillo" y cargó criticó a la justicia de "no ser imparcial". De hecho, en un momento del juicio aseguró estar por encima de los jueces de la Junta Electoral Central, que --según sus propias palabras, en respuesta a las preguntas de su letrado Gonzalo Boye-- "no tenían competencias" para hacerle retirar la pancarta.
'Consecuencias' de la butifarra
Pero la polémica terminología utilizada por el president para referirse a su causa judicial dio sus primeros titulares incluso antes de que se celebrara la vista en el TSJC. Un día antes publicó un tuit en el que reafirmó su "compromiso para trabajar, sin tregua, para culminar el proceso de independencia".
Todo ello sin mencionar las burlas sobre las consecuencias de la butifarra que ingirió aquel día en una de las cenas independentistas y que podrían provocar "una contestación u otra". Allí mismo avisó al tribunal de que no se defendería "de nada, porque cumplí con mi deber como presidente, defender los derechos y las libertades".