Jaume Collboni, líder del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, y Miquel Valls, presidente de la Cambra de Barcelona.

Jaume Collboni, líder del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona, y Miquel Valls, presidente de la Cambra de Barcelona.

Política

Los socialistas de BCN, entregados a Colau

El líder del PSC en el consistorio barcelonés plantea condiciones muy genéricas para entrar en el gobierno municipal, y evita lanzar criticas de fondo a la gestión de la alcaldesa

17 febrero, 2016 19:37

El PSC prepara su entrada en el gobierno municipal de Ada Colau en Barcelona. Así lo ha dejado meridianamente claro este miércoles el presidente del grupo municipal del PSC, Jaume Collboni, en su almuerzo-conferencia en la Cambra de Comerç de Barcelona. No tanto por lo que ha afirmado abiertamente, sino por su mensaje entre líneas. Y éste ha consistido en criticar sólo muy parcialmente la labor de Colau. Acompañando sistemáticamente estas críticas marginales con alusiones a la anterior etapa del convergente Xavier Trias.

El mensaje de Collboni ha quedado claro desde el principio, después de que el presidente de la Cambra, Miquel Valls, presentara la conferencia poniendo sobre la mesa uno de los temas más controvertidos de la gestión de Colau, como es su política turística. "Somos una ciudad comercial, industrial y turística", ha dicho Valls.

"Es importante destacar que somos una ciudad turística", ha insistido, remarcando que el sector "genera el 14% del empleo de la ciudad". Y ha añadido que es importante "situar a Barcelona como central de compras para el turismo de la ciudad –aludiendo, de paso, a la también controvertida cuestión de los horarios comerciales en festivos–.

Contra el "monocultivo turístico"

Un planteamiento que ha esquivado Collboni. "No queremos un monocultivo económico", ha advertido. Ha reconocido que el turismo es importante para la economía de Barcelona, que ha definido como "ciudad turística". Pero ha señalado que "sería un grave error poner todos los huevos en el mismo cesto".

En este sentido, Collboni no ha avalado directamente la moratoria turística de Colau. Pero tampoco la ha criticado globalmente, permitiéndose sólo alguna corrección, como que no deberían limitarse los nuevos alojamientos en barrios "sin problemas" con el turismo.

Los males, de la época de Trias

Collboni incluso ha excusado a Colau, cargando parte de las posibles responsabilidades de su gestión en decisiones del anterior equipo de gobierno de CiU. Preguntado por si la moratoria turística puede afectar la confianza de los inversores, ha pedido "reglas claras y conocidas". Ha añadido a continuación que esta falta de criterios estables "no ha pasado sólo ahora, también en otras épocas". Y ha puesto el ejemplo de la ordenanza de las terrazas –aprobada con Trias, aunque le haya estallado a Colau–.

Aun ha insistido Collboni en este argumento para excusar a Colau. Ha sostenido que la ciudad no está desplegando todo su potencial. "Barcelona puede hacer más, pudiendo ir a 120, va a 80", ha sostenido. Pero, preguntado por si la culpa de no avanzar a más velocidad es de Colau, ha rehusado responzabilizarla. "Hay cosas que vienen de antes", ha repetido. "A este gobierno le ha faltado diálogo y capacidad de análisis", ha añadido, en lo que ha sido prácticamente su única crítica directa al equipo de gobierno. Pero agregando a continuación que muchos problemas de Barcelona "no son nuevos de estos últimos ocho meses".

Las mismas que tesis que BComú en el 'top manta'

También en relación al top manta ha excusado Collboni a Colau. Ha admitido que hay "ordenanzas que no se están aplicando". Pero, preguntado por "el problema de raíz, que es la venta en la calle", ha negado la mayor. "El problema de raíz es social", ha replicado. Ha apuntado que "están los que venden, y están los "productos fabricados ilegalmente". E incluso se ha apuntado a la última reivindicación del equipo de gobierno sobre esta cuestión, cuando ha precisado que, respecto al 'top manta', "muchas cosas escapan a las competencias del Ayuntamiento"

A la vez que evitaba la crítica global a Colau, Collboni se ha mostrado abierto a entrar en el gobierno municipal –como hace tiempo que pide la alcaldesa–. De hecho, ha presentado sus grandes condiciones a BComú. Unas condiciones, a priori más que asumibles para los de Colau: garantizar el crecimiento económico y la creación de empleo –ha pedido un plan para "reducir un tercio" el paro de la ciudad y generar "30.000 nuevos puestos de trabajo"–, y a la vez "reducir desigualdades".

Pide políticas "predistributivas"

En este sentido, Collboni se ha presentado –entre líneas– como garante para matizar hacia el centro algunos aspectos de la política municipal de BComú. Como cuando ha recalcado la necesidad de atraer inversiones a la ciudad, porque "las inversiones no son solo especulativas". O cuando ha pedido políticas sociales "predistributivas" –ha puesto el ejemplo de una sexta hora de inglés en las escuelas pagada por el municipio, para "dar las mismas oportunidades a los hijos de los trabajadores"–, y no solo "paliativas".

En el acto han estado presentes, entre otros, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta; el exalcalde socialista Jordi Hereu; los alcaldes también socialistas Núria Marín (l'Hospitalet de Llobregat), Antonio Balmón (Cornellà de Llobregat) y Antonio Poveda (Sant Joan Despí), o el presidente de la patronal Pimec, Josep González.

También ha asistido al acto el primer teniente de alcalde de Barcelona, Gerardo Pisarello, que ha marchado al inicio de la intervención de Collboni. El dirigente socialista ha excusado su partida con algo de sorna. "Los conflictos laborales se acumulan, y tienen prioridad", ha soltado, aludiendo a las convocatorias de huelga del transporte público para la semana del Mobile World Congress.