Pedro Sánchez con Josep Borrell, en la valoración de los resultados del 26M / EFE

Pedro Sánchez con Josep Borrell, en la valoración de los resultados del 26M / EFE

Política

La sonrisa del PSOE en toda España se congela en Madrid

Los socialistas se imponen en las autonomías, en las europeas y en grandes ciudades, pero la derecha los frena en Madrid, en el ayuntamiento y en la comunidad

27 mayo, 2019 01:26

Una gran satisfacción. En sólo un año Pedro Sánchez le ha dado la vuelta al poder en España. El PSOE ganó las elecciones generales el pasado 28 de abril y ha logrado una enorme implantación territorial este domingo, con victorias en comunidades autónomas, grandes ciudades y al Parlamento europeo. ¿Es suficiente? La sonrisa socialista quedó congelada por un inesperado freno: la derecha retendrá la capital española, en el Ayuntamiento de Madrid, y también en la Comunidad de Madrid. Y ese poder del PP, con acuerdos con Ciudadanos y Vox, puede convertirse en la verdadera oposición de los socialistas en el Congreso.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha celebrado la victoria del PSOE en las elecciones al Parlamento Europeo.

Esa sonrisa congelada la exhibió Pedro Sánchez, en el momento de valorar los resultados, con una primera advertencia, dirigida a Ciudadanos, aunque sin nombrar en ningún momento al partido de Albert Rivera. Y es que si se producen esos acuerdos, “será porque la derecha pacta con la extrema derecha de Vox”.

Un mensaje a Ciudadanos

Lo que pidió Sánchez es que Rivera abandone el cordón sanitario a los socialistas. Un primer caso se ha producido en la ciudad de Zaragoza. Ciudadanos tiene en su mano ofrecer la alcaldía al PSOE o al PP, aunque la lista más votada haya sido la socialista. Y las palabras de Sánchez se referían directamente a lo sucedido en Madrid. Si hay pacto de las derechas, los socialistas no gobernarán ni en el Ayuntamiento de Madrid ni en la Comunidad. Esa situación se da en Zaragoza, en la comunidad de Aragón y en Catislla y León, donde la decisión de Ciudadanos será crucial: las listas más votadas son las socialistas, pero sólo podrán gobernar si el partido de Rivera acepta un acuerdo.

El último esfuerzo del PSOE se ha visto truncado en el Ayuntamiento de Madrid, lo que castiga especialmente al posible socio en el Congreso, Unidas Podemos. El partido de Pablo Iglesias confiaba en Manuela Carmena, aunque fuera a remolque de la propia candidatura diseñada por la alcaldesa. Y en la Comunidad de Madrid tampoco ha podido ayudar, junto con la lista de Iñigo Errejón, a que el socialista Ángel Gabilondo se haga con la presidencia de la autonomía.

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, en un acto del PSC en Barcelona / PSOE

El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, en un acto del PSC en Barcelona / PSOE

Pedro Sánchez, en un acto de campaña

El PP pierde Castilla y León

Es un problema para el PSOE, después de lograr un éxito electoral en la mayoría del territorio español. En las elecciones europeas, con Josep Borrrell, los socialistas han arrasado con 20 europarlamentarios, por los 12 del PP y los siete de Ciudadanos. Y la victoria se ha producido en comunidades como Castilla y León, con nueve diputados más, un territorio que se había convertido en un feudo del PP. También en Castilla-La Mancha, con 18 diputados, cuatro más que en 2015.

Y el mismo empuje se ha producido en Extremadura, Asturias, Murcia, La Rioja y Aragón. Pero todo se ha nublado con los resultados en Madrid.

¿Coalición ahora con Iglesias?

Ni en Madrid, ni en Barcelona, aunque en la capital catalana los socialistas catalanes han logrado un resultado mejor de lo esperado, con ocho concejales. Pero el alcalde será el republicano Ernest Maragall y en Madrid el candidato del PP José Luis Martínez-Almeida.

Sánchez deberá afrontar esa circunstancia, con la inminencia del debate de investidura en el Congreso. Lo primero que deberá decidir es si llega a un acuerdo de coalición con Pablo Iglesias. El poder territorial de los socialistas se ha duplicado, pero el contrapoder se concentrará en Madrid, el segundo motor económico de España, a muy poca distancia de Cataluña, y con un enorme eco mediático.

La amargura final

Esa idea la puede dejar aparcada Sánchez, porque Unidas Podemos no es ahora una fuerza política que pueda exigir demasiado. Su debilidad interna ha provocado que pierda tanto Madrid como Barcelona, aunque en el caso de la capital catalana la situación es distinta. El partido de Iglesias sólo puede ayudar al PSOE en dos comunidades: Asturias y La Rioja. 

En cambio, el PSOE tiene un problema mayor con Ciudadanos. La unión de las derechas podría dejar a los socialistas en la estaca en Canarias y Murcia, pase a haber logrado la victoria. Y lo que haga Ciudadanos es clave en Aragón y Castilla y León. Sólo en Castilla-La Mancha y en Extremadura, las mayorías han sido aplastantes. Sánchez gobernará, con mucho más poder territorial, pero su sonrisa expresaba una cierta amargura final.