Política

La selectividad en Cataluña, una de las más caras de España

El presidente de la federción de padres de alumnos de Cataluña (FAPAC) critica a la Generalidad: "Esto de la selectividad puede inscribirse en la misma línea: amparándose en la crisis y en que Madrid no paga, están sableando a la gente".

10 junio, 2015 14:43

Los estudiantes que han iniciado este martes las pruebas de selectividad en Cataluña han tenido que pagar hasta 126 euros para poder examinarse en la comunidad autónoma, según ha informado El Periódico. Un elevado importe que sitúa a Cataluña como una de las autonomías más caras en las pruebas de acceso a la universidad (PAU).

Dicha cantidad se obtiene de sumar las tasas de matrícula (34,35 euros), el precio de la prueba general (otros 57,20 euros) y el de la fase específica, a la que se presentan los alumnos que aspiran a sacar cualificaciones más altas (11,50 euros más por cada asignatura, hasta un máximo de tres).

Por el contrario, entre la autonomías donde los estudiantes gozan de unos precios más económicos se encuentran Galicia, Cantabria, el País Vasco y la Comunidad Valenciana. En estos casos, la inscripción en la selectividad cuesta unos 75 euros a cada estudiante, si bien en la mayor parte de las comunidades autonónomas la cifra se encuentra alrededor de los 100 euros.

La Generalidad vende como excusa lo de "que Madrid no paga"

El presidente de la federación de asociaciones de padres de alumnos de Cataluña (FAPAC), Àlex Castillo, explica en el mismo rotativo como en el último lustro la Universidad catala se ha encarecido: “En los últimos cinco años, la universidad se ha encarecido de manera desproporcionada en Cataluña y ha llegado a un extremo difícil de sostener para muchas familias”.

"Esto de la selectividad puede inscribirse en la misma línea: amparándose en la crisis y en que Madrid no paga, están sableando a la gente", ha añadido Castillo.

Con todo, este dinero que sale de los bolsillos de los alumnos catalanes, el Consejo Interuniversitario de Cataluña (CIC) explica que se sufraga la preparación, organización, realización y posterior corrección de las pruebas, una labor en la que el año pasado participaron más de 1.600 profesores de universidad e instituto,

Dichas tasas servirían también para pagar los 124.000 cuadernos de respuestas que se editan cada año y las cinco series de exámenes de 28 materias que se elaboran, lo que suponen 620 tests diferentes. También se han de contabilizar los cedés que se precisan para las pruebas de idiomas y de análisis musical.

No obstabte, son unas cifras que resultan dificiles de justificar porque en el resto de las autonomías hacen el mismo trabajo con menores costes para sufragarlos.

La elevada suma puede tener consecuencias en el plan de estudios

El presidente de la FAPAC no solo se muestra crítico con la forma de actuar del Gobierno de la Generalidad en relación a la elevada suma que exigen a los alumnos, sino que advierte además de que una probable consecuencia de ello puede ser el hecho de que el segundo curso de bachillerato se centre solamente en pasar las costosas pruebas.

"El problema es que la selectividad, que se diseñó para ordenar la oferta y la demanda de plazas universitarias, ha terminado, en cierto modo, pervirtiéndose, ya que los institutos dedican casi todo el curso de segundo de bachillerato a preparar la prueba", ha lamentado Castillo.