Angela Merkel, líder de la CDU y canciller alemana

Angela Merkel, líder de la CDU y canciller alemana

Política

La República (europea) de Merkel

Alemania ha vivido este domingo las que, seguramente, son las elecciones más europeas desde su reunificación; Europa, en cambio, ha vivido las elecciones europeas más alemanas desde la entrada del euro. Si hasta ahora alguien ha temido a una Europa alemana, en esta campaña hallará una prueba irrefutable. Las propuestas de los dos principales candidatos -la vigente canciller Angela Merkel, de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), y Peer Steinbrück, del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD)- han llegado a cada pueblo de Europa.

22 septiembre, 2013 22:23

No hay ciudadano bien informado de España, Grecia o Portugal que no conozca las intenciones del candidato socialdemócrata de aprobar una salario mínimo interprofesional o subir los impuestos a las rentas más altas, la propuesta de Los Verdes de establecer una día vegetariano en las cantinas públicas o el programa de Merkel de copiar parte del programa social a su principal rival.

¿Cómo hay que leer los resultados de estas elecciones europeas? En clave alemana, desde luego. A la espera de conocer los resultados definitivos, los últimos sondeos a pie de urna apuntan que la canciller deberá buscarse un socio de coalición. Sus socios liberales de la FDP se han quedado fuera del Bundestag o parlamento federal, por lo que en todo el país se habla ahora de una reedición de la gran coalición entre democristianos y socialdemócratas como la del periodo 2005-2009. La canciller alemana se ha mostrado abierta a esta opción; y esta opción también parece ser la preferida por los ciudadanos, según las diferentes encuestas.

Sin embargo, los socialdemócratas no quieren oír hablar de eso; temen ser penalizados por sus votantes como lo fueron en las elecciones de 2009. Desde los socios europeos del sur, en cambio, se observa esta opción como el mejor de los mundos posibles. Incluso desde España, donde rige un gobierno afín a Merkel. La entrada de los socialdemócratas podría suavizar el rigor presupuestario defendido en Berlín, abrir las puertas a la unión bancaria y otras medidas defendidas por los países en crisis.

La canciller ya advirtió en su mitin más europeo de este sábado que los países deberán emprender más reformas estructurales y descartó una vez más los eurobonos y las emisiones conjuntas de deuda pública. Su partido no apoya, además, la unión bancaria, una posición que desespera a sus compañeros españoles del PP. De tener derecho a voto en estas elecciones, no habría de descartar que Rajoy hubiera votado al... SPD.

La encrucijada del SPD

Sin embargo, ¿cabe esperar tanto de los socialdemócratas alemanes? Europa es un tema que les incomoda tanto o más que a Merkel. En este asunto, como para el PP en España, los socialdemócratas alemanes tampoco entienden de familias políticas paneuropeas. Aquí como allá el votante manda. En las pasadas elecciones francesas celebradas el año pasado, Steinbrück se cuidó de guardar distancia con el entonces candidato y hoy presidente de Francia, el socialista François Hollande. La crítica de éste a la política de austeridad de Merkel no encontró portavoz entre sus homólogos alemanes; más bien incomodo, cual hermano indeseado.

En el programa electoral del SPD para estas elecciones sólo se encuentra cuatro inanidades sobre "el futuro de Europa" que podría suscribir la misma CDU. Para hacerse una idea del calado o influencia de los socialdemócratas en un descafeinamiento de la política de austeridad de Merkel, el lector podría intentar responderse a esta pregunta: ¿Alguien ha visto en esta campaña alguna imagen de Steinbrück con Hollande?

Los socialdemócratas alemanes temen desairar al votante alemán, que aprueba en su mayoría la política europea de Merkel. Tradicionalmente, los alemanes han mostrado un entusiasmo por Europa mayor al mostrado por el resto de los países cofundadores de la Unión Europea. Pero los rescates a Grecia, Portugal, Irlanda y España y el anuncio de un tercer rescate al primero ha hecho crecer su escepticismo hacia la moneda única. El nuevo partido euroescéptico Alternativa para Alemania (Afd) ha sabido capitalizar ese descontento y con el 4,8% de los votos ha estado a punto de entrar en el Bundestag.

Las encuestas señalan que dos de cada tres alemanes apoyan el euro y apuestan por su supervivencia, pero bajo las condiciones que impone su canciller, quien, no lo olvidemos, ha hecho posible que el euro no haya acabado en el vertedero de la historia. Así también lo han entendido los socialdemócratas, que pese a las críticas en público, no han dejado de apoyar en los hechos, es decir, en el Bundestag, la política europea del gobierno federal. Si se ha de esperar un cambio en la política europea de Merkel éste no vendrá por la presión de socialdemócratas, sino más bien de la propia Angela Merkel. Los alemanes han confiado casi en su mayoría en ella para afianzar lo que Der Spiegel ha llamado, tras conocerse los primeros sondeos, la República de Merkel. Difícilmente les defraudará.